La voz de las espadas, La primera ley: Libro I, Joe Abercrombie, Alianza Editorial, 2010
No me preguntéis por qué, pero creo que a
Lana Drown le puede gustar mucho esta saga.
No peco de exagerado si digo que este libro es una de las mejores novelas que he leído este año. Y tampoco exagero si digo que esta novela abre una trilogía fantástica que roza lo maestro. Pocas veces en estos casi seis meses que llevamos de 2011 había disfrutado tanto con una lectura y me ha sabido tan mal que llegaran las últimas cien páginas. Y, más importante, encontrarme deseando que llegue a la librería su segunda y tercera parte para devorarlas. ¡Malhalla esa tarde que cerré la venta de las tres partes de una tacada! Librero ante todo...
El inquisidor Glokta, convertido en un cínico tullido tras su paso por las cárceles de los enemigos de la Unión, es ahora a su vez un eficaz torturador capaz de extraer información de cualquiera. El capián Jezal dan Luthar no ha hecho otra cosa en su vida que desplumar a sus amigos jugando a las cartas y soñar con la gloria de vencer en el Certamen de esgrima. Pero se está fraguando una guerra, y en los campos de batalla del Norte la lucha se rige por normas mucho más sangrientas... Logen Nuevededos, ínfame bárbaro de pasado sangriento, acaba de perder a sus amigos y está decidido a abandonar sus tierras y dirigirse al Sur, pero los espíritus le advierten que le busca un Mago de los Viejos Tiempos... Sus historias se entrelazan en una fantasía negra repleta de acción y personajes memorables.
Personajes memorables... quedémosnos con estas dos palabras.
El material con el que Joe Abercrombie ya lo conocemos. El que ha leído un poco de fantasía reconoce de buenas a primera los tema, actitudes y argumento que compone
La voz de las espadas. No solo el que ha leído a Martin y su monumental e imprescindible
Canción de hielo y fuego, sino aquel que ha crecido con las aventuras de la
Dragonlance, o la fantasía más clásica como Paul Anderson o Tolkien (y sé que la lista es breve y tópica, pero sigo siendo un novato en los terrenos de la fantasía... algo que espero corregir en los próximos treinta o cuarenta años). Bárbaros, magos, guerra en el norte, intrigas políticas, gremios enfrentados (lo siento... siempre que salen gremios pienso en Pratchett), amenazas, peleas, muchas sangre, y bastantes etcéteras.
Todo eso ya nos lo sabemos, entonces... ¿por qué la novela de Abercombrie me ha resultado tan arrebatadora y fascinante?
Uno, porque la historia a pesar de no ser un prodigio de inventiva, está explicada con un estilo rico, vivo, vibrante y cuidado que hace que todo suene a nuevo.
Dos, por un sentido del humor negro que aflora de vez en cuando y domina toda la novela. Con algunos apuntes geniales como el jugar a vestir al bárbaro de "bárbaro" porque es lo que se espera de él.
Tres, porque hace lo difícil, fácil. Porque consigue esa alquimia imposible de que al leer no se aprecien las costuras de la escritura, que todo fluya en un todo narrativo y que no se aprecie el oficio. Un gran narrador, vamos.
Cuatro, por jugar con el género y las espectativas que el lector tiene de él. La novela empieza con un bárbaro huyendo, los magos están lejos de grandeza, los caballeros no son más que petimetres ridículos... Porque hace esto tan querido a los jugadores de rol que es
entrar en furia.
Cinco, por sus personajes. Vivos, ricos, complejos, duros, humanos... Tipos abyectos que hacen cosas humanas, tipos simpáticos que cometen aberraciones, culpa y arrepentimiento... Glokta es un derroche de genio y carisma, uno de esos personajes que podrían acabar siendo repulsivos y que se salvan por cómo están escritos. Logen es el bárbaro que quiero llevar en un partida. Y las mujeres, dos extremos, pero ninguno de los dos damiselas en apuros que esperan a ser rescatadas. Luchadoras, fuertes, decididas y femeninas. Y el grupo de Los mejores guerreros, bárbaros en el monte. Todo personaje tiene su voz y Abercrombie los distingue. Consigue

Seis, es un libro violento, muy violento. Pero reflexiona sobre esa violencia. Los tres personajes principales rechazan y se oponen a que la sangre forme parte de su mundo, pero es inevitable. Es un mundo oscuro, sucio (muchas veces se habla de lo mal que huelen los personajes... como ese estupendo momento en que la visión de una mujer que podría conducir a un momento romántico se termina de forma abrupta al darse cuenta uno de los personajes que esa muchacha huele a orina), desagradable y duro.
¿Alguna pega? La típica de las primeras partes. Es introductoria. Crea un mundo, crea un universo, presenta personajes y presenta las líneas argumentales en las que nos moveremos. Esto hace que cuando por fin se lanzan a la clásica Búsqueda de los personajes de fantasía, la novela se acabe. No pasa nada. Porque hemos tenido setecientas páginas de buena literatura fantástica, de grandes personajes y de excelentes momentos de lucha, vivos diálogos y escenas contundentes.
Y efecto secundario. Al acabar
La voz de las espadas me puse con una novela juvenil que me apetecía mucho leer con el resultado de dejar la novela en la página 200 porque todo eran costuras, pésima construcción de personajes y argumento mal explicado. ¿Habría tenido la misma impresión si antes no hubiera estado inmerso en la excelente estructura narrativa de Joe Abercrombie?
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