"Acosado. Crónicas del druida de hierro I" de Kevin Hearne

Acosado. Crónicas del druida de hierro I, Kevin Hearne, Minotauro, 2011

Después de unas cuantas lecturas decepcionantes e inacabadas es muy agradable encontrarse con una novela de aventuras sin pretensiones, agradable, rápida, de consumo rápido y leve permanencia en la memoria como libro que ha proporcionado unas horas de diversión. Y este Acosado me ha dado todo eso además de despertarme el gusanillo de investigar sobre la mitología celta. No es la gran novela de fantasía del año, pero sí que es una novela honesta y sincera con lo que es: un gran divertimento lleno de referencias culturalmente dispersas (también conocidas como frikis), dosis de acción, un poco de fantasía urbana y cierto aire a Serie B que me resulta muy agradable. ¿De qué va esto?

Atticus O'Sullivan es uno de los últimos druidas que quedan sobre la tierra. Tiene dos mil y picos años con la apariencia de veintiuno. Es librero y tiene una espada mágica que le reclama un dios que ha jurado destruirle. Vive tranquilo hasta que le advierten que el dios ya sabe donde está y que viene a por él.Su tranquila vida corre peligro. Y empiezan las hostias.

Acosado es un divertimento. Una novela de puro entretenimiento para pasar unas horas en buena compañía. No invita a grandes reflexiones ni a cambiar de vida, pero tampoco lo pretende. No hay pretensión de crear una gran obra, sino de presentar lo que es: algo correcto y entretenido. Una novela honesta en sus limitaciones y ya sabéis que en este blog eso se aprecia mucho. Por momento recuerda a esas películas de la Universal de los cuarenta de La zíngara y los monstruos; esas películas donde aparecían vampiros, monstruos, hombres lobos mezclados y revueltos. Aquí nos encontramos con druidas, dioses de los diferentes panteones, magos, brujas, vampiros, demonios y hombres lobos. Así, a lo bruto. Y pese a mis reticencias en las primeras páginas, la mezcla funciona. Y funciona por lo dicho y repetido antes, la novela no es pretenciosa ni se toma muy en serio, todo está pensado para el disfrute del lector. Y el lector disfruta. Y más cuando por momentos parece que estés leyendo un capítulo de Buffy, cazavampiros.

Personajes correctos e interesantes. El protagonista es funcional y acaba ganándose los respetos del lector por su mezcla de arrogancia y simpatía. Y más porque Atticus no es uno de esos héroes obsesionados con el bien y salvar el mundo. Es un druida práctico que por experiencia sabe que es mejor salvar el culo y que se escriben cantos sobre los valientes, pero sobreviven los cobardes o los que saben cuando huir. La novela no versa sobre salvar el mundo, sino salvarse uno mismo.  Morrigan actuando como diosa de la muerte celta  reconozco que me conquistó desde las primeras páginas. El aquelarre de las brujas y la manada de lobos es funcional, pero muy efectiva. Y agradezco a hombres lobos asalvajados y muy violentos. El malo más malo era un poco menos de lo que esperaba, pero la acción compensa. Y Oberón, el lebrel de Atticus, es un personaje simpático y humorístico pese a que no me acaben nunca de convencer los animales que hablan (aunque sea mentalmente). Y Granuaile, encantadora camarera pelirroja con nombre de pirata.

Y muy interesante la mitología celta. Algo nuevo y que me ha abierto el apetito de conocer más. Tanto su magia como los dioses como las tradiciones. Y un acierto mayor es que las diferentes mitologías convivan en un mismo espacio mágico. Aunque la novela se centra en el panteón celta, continuas referencias a los demás dioses con especial énfasis en dejar claro que Thor es un gilipollas.

¿Algo no me ha gustado? Sí, un tema de estructura. La anécdota de la novela es que Atticus tiene una espada que otros personajes quieren. Esto provoca que buena parte de la novela sean diferentes entidades que van a ver a Atticus a preguntar por la espada (dioses, brujas, policías, etc.) ya sea en su casa, ya sea en la librería. Esto provoca que en ocasiones la novela adolezca de cierta repetición en su forma de presentar las acción. Atticus está en la librería, entra un personaje, espada sí, espada no, el personaje se va. No entorpece la lectura ni la narración, pero es algo repetitivo y ¿perezoso?

Y poco más. La lectura de Acosado ha sido tiempo bien empleado. Divertida, ágil, rápida y llena de acción. Primer capítulo de una serie, pero con final cerrado para dejarlo aquí. Llena de humor y cachondeo. Va al entretenimiento y lo consigue. Aventura llena de monstruos y muy honesta. Y la honestidad y los monstruos se agradecen mucho en este blog.

Libros a medias II

Ha sido una mala semana lectora. Cuatro libros empezados, cuatro libros dejados poco después de la página 100. Por eso la poca actualización. Porque al no encontrar nada bueno para leer, se me quitan las ganas de escribir y reseñar y empiezo a vagabundear por casa y la librería sin nada que llevarme al coleto, de mal humor, con ganas de nada y buscando algo, lo que sea que me vuelva a despertar el ansia lectora. Como hice a principios de septiembre con otra entrada, hago un repaso rápido y somero de las lecturas empezadas y abandonadas siendo perfectamente consciente de que es una opinión sesgada. Pero, ¿para qué continuar con una novela que no me aporta nada?

El juramento, Kimberly Derting, Lluna Roja-La Galera, 2011
El jurament, Kimberly Derting, Luna Roja-La Galera, 2011

La única de las novelas de hoy que no abandoné esta semana pasada. Intentona de leer hace un mes y medio, pero dejada pronto porque ya la había leído en las catorce o quince presuntas distopías que llevamos este año. Chica especial, amiga maja, sociedad totalitaria, nebulosa en el origen de esa sociedad, chico misterioso, poder especial, revolución, etcétera, etcétera, etcétera. Prou. Cierro el libro y a otra cosa. ¿Me atrevo a decir que eran unas malas setenta páginas (sí, aguanté solo setenta)? No, pero es lo de siempre presentado como siempre. Y ya estoy de lo de siempre un poquito hasta aquí. Y de la maquinaria fotocopiadora de la industria del libro. Y que sale un libro distópico, pues venga quince mil copiando la superficie y olvidando lo importante: buenos personajes y buena forma de narrar lo que pasa. Aburrido hasta la náusea, cerré el libro y a otra cosa.

La esfera, Myra McEntire, Molino, 2011

En cambio, La esfera sí que me pareció una mala novela. Llego de las minivacaciones y me encuentro con un miriada de novedades y esta esfera era una a la que tenía ganas. Me miro la contraportada y los pelos como escarpias por una simple frase: "Conoce a Michael (...) ¿Quién es de verdad ese tipo reservado, misterioso y tan dulce, el único que la entiende?". Tócate los huevos, los adjetivos perfectos para que odie al protagonista y me sepa la reacción de la protagonista. La esfera es diferente, me decían. No. La esfera es lo mismo y más, es el tipo de novela que me pone de los nervios. ¿Por qué? Vamos a ver, Emerson ve fantasmas y piensa que se está volviendo loca. Vale. Es muy fuerte y está super preocupada de lo que está pasando a su alrededor y con su futuro y suerte que tiene una amiga que la entiende y que está más buena que ella porque ellas, claro, no es nada, poquita cosa, lo de siempre, una florecilla del campo a la que ningún chico mira, pero claro quien va a mirar a una loca como ella... hasta que llega Michael y la mira y ella pasa de sus posibles problemas mentales a estar suspirando por el chico, preguntándose como besa, qué músculos tiene, cómo abrazara y escuchar como respira a través de las paredes y... Y en este punto Jorge dice basta de amores obsesivos, de vacíos de personalidad y que toda la trama, los personajes y la forma de contar esté supeditada a la historia de amor de dos (inserte el vocablo que se quiera). Ni los viajes en el tiempo me justifican una historia basada en si me gusta o no me gusta, en personajes poco trabajados y en una de esas protagonistas "metepatas" tan irritantes.

Witch & Wizard, James Patterson & Gabrielle Charbonnet, Alfaguara, 2011
Witch & Wizard, James Patterson & Gabrielle Charbonnet, Estrella Polar, 2011

Empieza bien. Una ucronía con buenos puntos de humor (todo el glosario final de obras muy parecidas a muchas que conocemos), pero perdió mi interés por pocos motivos.

1. Dos voces narradoras que son prácticamente la misma. Cuesta distinguir cuando habla cada uno de ellos y eso me molesta. Y más cuando la novela la construyen sobre capítulos que compiten entre ellos para ver cuál es más corto.
2. Acumulación. La novela parece construida sobre el "vale que..." con el que los niños juegan. Vale que tenemos un estado totalitario, vale que los hermanos son magos, vale que también salen fantasmas, vale que hay dimensiones paralelas, vale que nos vamos sacando poderes de donde sea, vale que... Ep, quieto parao... No, no vale todo y menos cuando me lo metes a cascoporro sin justificar y a lo bruto.
3. Malos de pacotilla. Cuando el malo no da miedo y no se percibe como una amenaza, la novela no funciona.  El Único que es el Único resulta casi cómico... al igual que la enfermera o los soldados. No se percibe una amenaza sino un trozo de carne que es muy malo, mucho, uy qué malo que es, pupa le va a hacer al nene.
4. Atropellado. Acción por acción. ¿Para qué entretenerse en crear un mínimo de personalidad o trasfondo a los personajes? Eso son chuminás. A correr, que pasen cosas, todo el rato, que no se pare, venga, venga, venga... para qué describir, para qué indagar... vamos, vamos, vamos...

Al final acabé aburrido, cansado y de mal humor. Acción por acción, no.

Hojas de dedalera, Victoria Álvarez, Viceversa, 2011

Vaya por delante que el debut de Victoria Álvarez no es una mala novela. Está escrita con gusto, con conocimiento histórico y cariño al oficio. Personajes funcionales aunque algo irritante el terceto protagonista, algún buen momento, pero no conseguí conectar con su propuesta. A medida que avanzaba la novela se me hacía más cuesta arriba y tenía cada vez más la convicción de que menos páginas le habrían ido de perillas. Casi que diría que unas ciento y pico. Llega un momento en que la narración no avanza y se cae en un terreno de nadie que me llevó a dejar un momento la novela con el punto de libro en la estantería y allí se ha quedado. Y la historia... bueno... acepto la parte de los fantasmas, pero la parte de Jack me cuesta más. Supongo que volveré a él en unos días.

R y Julie, Issac Marion, Mondadori, 2011
R i Julie, Issac Marion, Empúries, 2011

Un serio problema con esta novela;  al igual que me cuesta tragarme las películas donde los anímales hablan, me cuestan las novelas de zombis con conciencia. Y R y Julie es la historia de un zombi con conciencia, movimientos, carnet de conducir y lenguaje que se enamora de una chica y como llevan adelante su historia. No me la creí  Mi principal problema con esta novela es que no me creí lo que Issac Marion me explicaba. Desde la sociedad zombi que habita en el aeropuerto, los esqueletos andantes o que al comer cerebro se pueden acceder a los recuerdos almacenados en él (sin estímulos eléctricos ni nada... solo comiendo aunque el trozo de carne esté seco y de días). Y si esto me lo presentan con humor y desenfado, vale. Pero es que además el tono de la novela es de una seriedad aplastante y por momentos roza lo cursi y la pedantería. Además de explicitar el mensaje en más de una ocasión. "Los zombis no son el problema... somos nosotros que nos cargamos el planeta antes". "Todos somos iguales y el amor todo lo puede" (Frases no sacadas del libro de forma literal sino paráfrasis mías, que conste). Y cosas así.

Y cuando ya estaba desesperado, los amigos de Impedimenta publican La juguetería errante de Edmund Crispin, una divertidísima novela de detectives que es la que me ha reconciliado con la lectura. Un cadáver que desaparece, una juguetería que también desaparece, absurdas persecuciones por Oxford, conversaciones literaris, pistas en forma de malos poemas, humor british en cada página y unos personajes irónicos y llenos de carisma. Desde el mismo Gervase Fern hasta el camionero que lee a D.H. Lawrence.


Un placer lector. Próximamente una reseña más extensa.

"La espada de fuego" de Javier Negrete

La espada de fuego. Saga de Tramórea I. Javier Negrete, ed. Minotauro, 2003

Siguiendo los sabios consejos del amigo Txema gravitando siempre en su Sobrasada Cósmica, estos días de vacaciones me he lanzado y por fin he leído el primer volúmen de la saga de Tramórea de Javier Negrete, La espada de fuego. Casi 460 en apenas dos días. Así que ya podéis imaginar que la novela me ha gustado. Y mucho.

Zemal, la Espada de Fuego, es el máximo símbolo de poder y la mayor aspiración de todo guerrero. Sólo los Tahedoranes, los grandes maestros de la espada, pueden competir por ella. Tras la muerte de Hairón, el último Zemalnit, siete aspirantes se disputan la espada; pero hay en juego algo más que la ambición de poder, pues extrañas fuerzas están  dispuestas a romper la concordia entre los hombres y los dioses y se han unido para despertar a Tubilok, el dios rebelde que duerme fundido en una roca en los abismos del Prates y cuyos sueños se convierten en las pesadillas de los hombres.


Derguín y Kratos May, los guererros, y Linar y Mikhon Tiq, los magos, deben enfrentarse al caos y la destrucción a fin de superar las múltiples traiciones y trampas de Togul Barok, príncipe de Áinar, así como para ganar la Espada de Fuego y salvaguardar el frágil equilibrio de Tramórea.

Una buena novela. Ni más ni menos.Una novela entretenida y adictiva con la que pasar unas tardes en gran compañía. Personajes típicos, pero carismáticos. Acción. Peleas. Magia. Traiciones. Amigos. Amores (menos). Dioses. Profecías. Etc. Los elementos característicos de una novela de fantasía épica y que como lector se conocen, se aprecian y, en ocasiones, irritan (no me gustan las profecías...). De raíz clásica me recuerda inevitablente a Tolkien, pero más a Poul Anderson y La espada rota (sobre todo por la idea del doble) y al universo de Robert E. Howard (rescatando a doncella de las garras de secta, jo, maravilloso), sin olvidar los apuntes a las diferentes mitologías y al universo lovecraftiano. El héroe, el maestro, el mago, la compañía, el reflejo oscuro y el objeto mágico. Pienso en las partidas de rol que hago los lunes y en las peleas de pequeño contra enemigos imaginarios y dotados de grandes poderes (entre los que destacaba una velocidad infinita).

Y aquí se quedaría todo si no fuera por algunas cosas más:

- Un mundo. Tramórea. Vivo. Real. Javier Negrete consigue eso tan difícil de presentar un mundo nuevo (pero no desconocido para el lector atento a las pistas) sin atosigar. Nombres, leyendas, historia, tradiciones, pueblos, lenguas... Todo presentado sin prisa y a galope con la historia. Sin solapar, sin cansar y sin aburrir.

- Un estilo. Lo mejor de esta novela es el cómo está escrita. Javier Negrete es escritor versado. Un estilo rico y elaborado, cuidado, casi cincelando la frase. Descriptivo sin excesos, de lenguaje vivo y variado. Conjuga diferentes influencias (literarias, filosóficas, históricas, etc.) para crear un mundo trabado y sin fisuras donde la magia, los combates y las criaturas (benditos monstruos) se perciben como reales y creíbles.

- Una intuición de que hay algo más. Intentaré explicarme. Creo que Javier Negrete como todo buen escritor está jugando con el lector. Tanto tópico de la fantasía, estructura tan clásica, personajes tan reconocibles que casi se huele el estereotipo no puede ser casualidad ni pereza. Hay algo más. Mi intuición es que en los próximos volúmenes nos vamos a ir desviando del camino que la fantasía clásica nos marca hacia otros terrenos. ¿Ciencia ficción? ¿Universos paralelos? Son pequeños destellos en el camino de lectura que despiertan mi imaginación y mis ganas de más.

Y un par de cosas que no me han convencido, uno es un final algo apresurado. Lo otro ciertos deux-ex-machina que aparecen en algunas páginas y que como recurso narrativo me cuestan aceptar de buenas a primeras aunque entienda el motivo narrativo.

La espada de fuego ha sido una novela que me ha dado una lectura entretenida, divertida, rápida, adictiva y estimulante. Dos días con buenos personajes, buenas escenas de acción, descripciones evocadoras, grandes momentos e ideas muy interesantes para futuras partidas de rol. En poco tiempo espero ventilarme la continuación, El espíritu del mago.

Javier Negrete me ha dejado con hambre de Tramórea.

Tramórea
Me encantan los mapas de tierras de fantasía

Otras opiniones del mismo libro
Sobrasada cósmica
El rincón de Nacho
Regina Irae
La pluma del ángel caído

"Yo, Jennifer Strange, la última cazadragones" de Jasper Fforde

Yo, Jennifer Strange, la última cazadragones, Jasper Fforde, Duomo, 2011

Nota al lector: si de forma habitual dejo la objetividad en el último cajón, en esta reseña la he tirado por el váter encerrada en una caja de plomo y con la maldición de que quien la abra se verá engullido por un kraken con mucha mala leche. Advertidos quedáis.

¡Albricias! ¡Qué resuenen címbalos y tambores! ¡Qué las calles se engalanen de fiesta y la bebida corra a cuenta del tipo éste que está a mi lado! ¿Y todo esto por qué? Por que cuando ya estaba perdiendo la esperanza, el bueno de Jasper Fforde aparece y me regala una de las mejores novelas juveniles que he leído este años y, con toda seguridad, del año que viene. Una novela de aventuras que pese a sus imperfecciones, para mí es perfecta. Señoras y señores, Jennifer Strange, de casi dieciséis años.

Y advierto, el humor y las novelas de Jasper Fforde son especiales y yo conecto a la perfección con su mundo. Si todas las reseñas son subjetivas, esta lo es más porque no puedo evitar que el señor que inventó a Thursday Next me caiga bien y me trague sus propustas. Porque en ocasiones me da la sensación de que sus libros los podría haber escrito yo en otra dimensión. Su absurdo es mi absurdo.

Con solo quince años, Jennifer es la directora de una agencia de colocación de magos, brujos y adivinos que está al borde de la bancarrota. En otros tiempos, los magos gozaban del favor de los reyes; hoy en día, desatascan tuberías y renuevan instalaciones eléctricas. Sin embargo, algo está cambiando, se intuye en el ambiente una magia distintia, la Magia Extraordinaria. Y es que varios adivinos han tenido una premonición sobre la muerte del último dragón, con lo que las tierras de éste pasarían a pertenecer al primero que las reclame. Y el nombre que más se oye como responsable de la muerte del dragón es el de Jennifer Strange.

Me está costando mucho escribir esta entrada. Y el motivo principal es que está novela me ha gustado mucho y no soy capaz de transmitir por escrito todo lo que tengo en la cabeza y todo lo que me ha entusiasmado. Por lo que seguro que me saldrá una reseña diferente, rara, subjetiva y personal. Como todas, pero sin máscaras.

Porque la única frase coherente que me sale es un "joder, qué haces leyendo esta tontería y sal corriendo a leer cualquier cosa escrita por Jasper Fforde". Porque tanto esta aventura de Jennifer Strange como las de la otra serie del mismo autor, la protagonizada por la detective literaria Thursday Next, son oasis de gracia, sentido del humor y de la aventura. Son novelas llenas de chistes literarios, referencias sobre referencias, personajes carismáticos, secundarios vivos, metaliteratura y metaficción, humor surrealista y absurdo y páginas de diversión. Lewis Carroll, Monty Phyton, Terry Prattchet, Jonathan Swift y toda la tradición humorística y satírica inglesa se dan la mano en unas novelas diferentes, apasionantes y adictivas. Quien conecta con el humor y la forma de hacer de Jasper Fforde se queda con él para toda la vida.

¿Y qué encontrará el lector en Yo, Jennifer Strange, la última cazadragones?

Una protagonista femenina de casi dieciséis años como heroína involuntaria de algo que le viene grande. Con mucha personalidad. Fuerte. Real. Rápida e incisiva. Independiente. Un dragón moribundo. Magos egoístas, infantiles y honorables. Quarkimañas. Especulaciones inmobiliarias. Espías industriales. Espadas. Cazadragones. Magia Espectacular. Posters de admiradoras. Secretos. Traiciones. Huérfanos  Datos inútiles. Chistes absurdos. Humor. Aventura. Persecuciones. Propuestas de matrimonio. Mensajes grabados. Burocracia interminable y mucho papeleo. Reyes y consejeros. Publicidad. Premoniciones. Aventuras. Renos intermitentes. Final cerrado y muchas, muchas cosas más.

¿Y qué no encontrará el lector en Yo, Jennifer Strange, la última cazadragones?

Tríos amorosos. Chicos misteriosos. Mejores amigas con más personalidad. Romance lleno de azúcar. Romance en general. Padres que siempre están trabajando. Paseos bajo la luz de la luna. Páginas de relleno. Final abrupto y abierto. Dependencia del elemento masculino.

¿Es perfecta? No. Necesitaría unas páginas más y algo más de desarrollo en algún punto y en la relación de Jennifer con alguno de los personajes. ¿Me importa? No. Porque las horas de diversión que me ha proporcionado me compensan cualquier cosa. Los personajes carismáticos, el humor de sonrisa y un par de carcajadas de sus páginas, la sensación de estar leyendo un libro de aventura pura que empatiza y respeta con el lector. Porque Jasper Fforde respeta a la persona que sostiene el libro que ha escrito y le pide que juegue, que participe en la estructura (más lineal que en Thursday Next), en los chistes y bromas, en las referencias y en la subversión del espíritu de las novelas de caballeros.

Grandes dosis de imaginación para crear un mundo casi como el nuestro, pero diferente, y para abordar temas como la corrupción, el abuso de poder, la preservación de los espacios naturales, la sátira a los medios de comunicación, la manipulación de los poderosos entre otros. Y todo sin que por ninguna parte asomen las orejas del discurso o la moralina fácil.

Los "Encantamientos y seducciones molestos, problemáticos o maliciosos" estaban estrictamente prohibidos incluso en el caso de que se hubiera rellenado el papeleo necesario y lo cierto es que el natural prejuicio hacia los magos había aumentado desde aquel famoso episodio del siglo XVIII, conocido como "Temblad de terror, despreciables lacayos y, obedeced a Drax el Destructor".

Ah, se me olvidaba. Yo, Jennifer Strange, la última cazadragones entra directamente entre las mejores novelas juveniles de leídas este año. Y sí, Jasper Fforde es uno de mis escritores preferidos.

Y una pregunta a Doumo, ¿por qué no mantener la portada original? Es muchísimo más adecuada, más bonita y atractiva que ese cuello de la edición española. Que no digo que no sea bonito, pero que mucho que ver con lo que cuenta dentro no tiene...

Otra opinión del mismo libro
Sagacomic

"Blood magic" de Tessa Gratton

Blood magic, Tessa Gratton, ed. Montena, 2011
Blood magic, Tessa Gratton, ed. Lluna Roja-La galera, 2011

Para Silla y Nick, el cementerio es el centro de todo. Allí se conocieron y allí han visto nacer la magia más poderosa de todas cuantas pueden existir: la que se realiza con hechizos de sangre. Recurriendo a ella, todo se vuelve posible: desde regenerar una simple hoja muerte... hasta vivir para siempre. (Tacháaaaaan...).


Con la ayuda de un viejo libro de magia que ha llegado a sus manos de forma misteriosa, Nick y Silla irán adentrándose en un mundo oscuro y fascinante que les revelará algunas piezas que conforman el puzzle de sus vidas y su pasado. Pero todavía hay cosas que no saben: alguien les observa de muy cerca y ansía apoderarse de todo cuando les pertenece... (Retachánnnnnn...).

Maggie Stiefvater adora este libro. No lo digo yo, lo dice la solapa del libro. Yo no llego a los extremos de la autora de Temblor, ya que para mí la lectura de Blood Magic ha tenido poco de adoración y mucho de piloto automático. Se le bien, es entretenida, pero vamos... que cien páginas menos no le vendría más, que uno está curtido en novela negra y de misterio para que le pillen con la guardia baja, que la pareja protagonista está vista, pero con un contenido algo menor en azúcar de lo que suelen darnos, los secundarios andan entre los padres ausentes, las amigas alegres, la abuela enrollada y los colegas más chulescos, pero...

... no está mal.

Sé que decir "no está mal" es no decir nada, pero es lo que mejor resume mis sensaciones al acabar de leer la novela. No está mal. Se lee con sencillez y relativa rapidez pese a un par de momentos muertos y dos baches llenos de horripilantes tentaciones de cerrar el libro y pasar a otra cosa (de hay lo de las páginas que sobran). Todo el tema de la magia de sangre es interesante y aplaudo la cantidad de líquido sanguíneo que llena las páginas incluidas un par de escenas llenas de truculencia por su puntito gore (descafeinado, pero gore). Me gusta que la novela tenga puntos violentos y sea dolorosa para los protagonistas siguiendo la lógica del tipo de magia que se utiliza. Interesante narración por medio de cuatro puntos de vista. Reconozco que la voz de esa tal Josephine Darly es la que me convenció para ir pasando páginas pese a lo breve de sus intervenciones.

Los protas son majos... me gusta que no sea un amor total y posesivo desde el primer nanosegundo y que pasen por fases como "me gusta", "está buena", "me gusta estar a su lado". Y agradezco mucho a Tessa Gratton la creación de un romance no obsesivo donde tanto Silla como Nick pueden pasar páginas sin necesidad de nombrar, recordar, suspirar, murmurar, anhelar, añorar, clamar, rogar por el otro. Hay más vida en ambos que ese amor. El misterio es resultón, pero previsible y tiene cuatro o cinco buenas escenas; como suele ser habitual, aquellas que acercan la novela al género del terror. Como lo es el ambiente de la novela, bastante más negro y oscuro de lo que solemos encontrar. El lugar acaba por convertirse en un personaje más. El cementerio y el bosque como puntos fuertes de la narración.

Blood magic. Entretenida, bastante ágil, algo previsible, buen ambiente, personajes correctos, un par de sorpresas, algo de gore, algo de terror, mucho romance, no triángulos, algún magreo, un malo muy malo, una historia cerrada, algún fleco suelto para posible secuela y poco más. Ideal para un día de lluvia como el de hoy. Y a otra cosa.

Y, por cierto, ¿por qué no se ha traducido el título? ¿Acaso Sangre mágica o Sang màgica sonaban mal? ¿Hay algún motivo?


Mis slashers favoritos. Parte 1

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