El cuaderno púrpura. Oscuridad de Elena P. Melodia

Oscuridad, Elena P. Melodia, ed. Roca, 2010.

Alma es una chica guapa. Y sabe que cuando se arregla y se pone ropa ajustada los chicos la miraran de arriba a abajo con deseo y, seguramente, las chicas la miraran de arriba a abajo con envidia. Tiene pocas amigas porque su afecto se lo tienen que ganar. Su madre trabaja demasiado, su hermano es casi un espíritu que comparte techo con ella y su hermana pequeña no habla desde la muerte del padre, pero con la mirada dice muchas cosas y calla muchas más.

Y tiene horribles pesadillas que a la mañana siguiente no recuerda. Y dolores de cabeza que casi la vencen. Y en ese extraño cuaderno purpura que compró en aquella tienda empiezan a aparecer por la mañana relatos escritos con su propia letra que ella no recuerda haber leído. Relatos de crímenes que se hacen realidad.

Vive en una ciudad donde cuando no llueve, se levanta una fría niebla. Donde todo parece triste y desesperado. Donde todo a su alrededor parece plagado de oscuridad y secretos y donde empieza a ver a extraños hombres que la vigilan. Y sus amigas dejan de ser ellas para empezar a ser desconocidos. Y en unos pocos días la violencia entra con fuerza en la vida de Alma. Y la maldad. Y la más absoluta oscuridad.

Oscuridad es una de las sorpresas más agradables que me he llevado dentro del panorama de la actual novela juvenil. Es una de esas novelas que llegan a la librería y que inmediatemente dejas a un lado catalogándola de "una más", hasta que un día de poco trabajo la coges y lees con calma el argumento y algunas páginas. A primera vista parece una versión adulta y malrollera de esa pequeña joya que es Poderosa de Sergio Klein (y de la que muy pronto hablaremos aquí). Así que un fin de semana me la llevo para casa, me instalo en el rincón de leer y me adentro en el malsano mundo de Alma.

¿Por qué la he catalogado de sorpresa? Porque Oscuridad apuesta por la sutilidad. Hasta cierto punto, me recuerda un canón musical. Me explico. Esta novela es una de esas novelas juveniles con aspecto fantástico, pero mientras que la inmensa mayoria apuesta por el fantástico en bruto (me explico, la inmersión total y la aparición clara de vampiros, ángeles, hombres lobo, extraterrestres, etc. y los conflicto que acarrea y todo eso), la novela de Elena P. Melodia apuesta por ir poco a poco. Muy poco a poco.

La novela empieza como una novela adolescente realista más. Bueno, todo es más oscuro y las protagonistas son menos simpáticas. Pero a medida que vamos pasando páginas nos vamos encontrando con pequeños elementos fantásticos (que podrían no serlo) que se van colando por las fisuras del mundo de Alma. El cuaderno. Los hombres con sombrero. Los sueños. Los crímenes. A parte de esto, la novela teje tramas secundarias alrededor de las amigas de la protagonista (ataques, novios extraños, secretos) que van añadiendo puntos de misterio. Y tramas terciarias en torno al chico que aparece de vez en cuando y a su misterio. Y trama cuaternaria con las visitas a una tienda. Sin olvidar todos esos asesinatos que parecen suicidios que inundan la ciudad. Asesinatos ridículos, absurdos y terribles. Todo esto se va uniendo, va danzando y acaba convirtiendo el mundo de Alma, la novela que estamos leyendo, en una maraña de inquietud, de violencia latente, de presión y, sobre todo, de terror psicológico. Porque Oscuridad es una de las mejores novelas de terror psicológico que he leído en mucho tiempo. Todo lo que sucede es insinuación, está cocido poco a poco y, quizá, proporciona pocas sorpresas, pero tampoco es lo que el lector busca en la novela. Lo que se busca es una salida al desasosiego que poco a poco va impregnando la novela hasta su explosión en tres momentos clave de la novela:

- Una casa.
- Un solo de guitarra.
- Un viaje en autobús.

Los personajes están bien tratados, pero no son particularmente simpáticos. Sus acciones son discutibles y censurables (sólo hay que ver la reacción de las cuatro amigas ante una foto que circula por el instituto), la violencia impregna todas las páginas, los desencuentros son continuos y va creciendo una sensación de irrealidad que la novela no concluye ni explica. Todos los personajes tienen secretos que una vez desvelados implican más secretos y todos los personajes se ven enfrentados a una violencia irracional y oscura que parece conllevar los peores miedos de cada uno. Hambre, sectas, desamor, perdida de control, etc.

Porque al acabar la novela el lector se queda con más interrogantes que soluciones y con ganas de explorar más ese mundo, esa ciudad nunca nombrada y entrar en la tienda donde Alma compró su cuaderno púrpura.

Y explorar la oscuridad que emana de las calles, de los edificios, de los transportes, de las miradas, de los silencios, de la propia Alma y de nosotros como lectores.

"Lo he escrito yo, sin duda, pero con una escritura que no controlaba, un flujo de pensamientos independientes de mi voluntad. Debo de haberlo tirado al suelo en una especie de trance. De sueño. De pesadilla. No recuerdo lo que he escrito. Un raudal de palabras, sin pensar. A pesar del cansancio, la respiración agitada y la oscuridad del exterior, que presiona contra las ventanas, leo. Palabras que no me creo. Me repito que quizás haya descrito parte de un sueño, que quizás haya plasmado en el papel una fantasía propia."

Las muchachas del invierno. Frío de Laurie Halse Anderson

Frío, Laurie Halse Anderson, Roca Jove, 2010

Si alguien mira las etiquetas que corresponden a esta reseña verá que se establece en ellas una contradicción. Etiqueto como "Realista" y como "Fanstasmas". Y lo hago con plena conciencia. ¿Por qué? Porque esta novela se enmarca dentro de la corriente realista de la novela juvenil; aquella que no establece una aventura fantástica y donde se aborda de forma directa problemas cotidianos y, habitualmente, para denunicarlos. Pero, además, en esta novela intervienen fantasmas. O, por lo menos, esa es una de las lecturas que pueden hacerse de lo que ocurre (la otra lectura permite una explicación puramente racional, pero menos sugerente).

Pero, ¿de qué va Frío?

Lia no quiere comer. No. Debe. Comer. Cuenta las calorias de todo y siente como su estómago se horroriza cuando suman más de la cuenta. Observa a su alrededor y todos comen, su padre y su madre y su madastra y su hermana y todos les parecen vacas rumiando o buitres acechando. Los olores son de comida y todo es comida. Lia no quiere comer. No. Debe. Comer. Y, además, hizo un pacto con su mejor amiga Cassie; una apuesta a ver cual de las dos sería la más delgada del instituto. Y parece que Lia ha ganado porque Cassie ha muerto. Parece que suicidio. Y le dejó más de treinta mensajes pidiendo ayuda en su contestador. Y ahora se le aparece como un fantasma y le dice que se de prisa, que vaya con ella, que no quiere estar sola en el otro lado.

Frío (cuyo título original es el muchísimo más sugerente Muchachas/Chicas de invierno) podría ser una novela sobre adolescentes con transtornos alimenticios, o una novela de terror, o una novela psicológica, u otras muchas cosas, pero Laurie Halse Anderson convierte esta novela en todo eso y en mucho más. Partiendo de una muchacha con anorexia y tendencias hacia la automutilación, la autora nos lleva gracias a una inteligente utilización de la primera persona del presente a una insondable y nada complaciente incursión dentro del cerebro de la protagonista, una muchacha que se ve gorda, que no debe comer y que sueña con llegar a los 40 kilos y luego a los 36 y luego a los 32 para poder volar.

Una de las mayores virtudes de esta novela es que pese a tratar un tema tan delicado como la anorexia, la autora ni es complaciente ni es paternalista ni adoctrina ni nada de eso. Sabe meterse en la piel de Lia y nos deja que sea ella la que explique su historia. La realidad pasada por su mirada, una mirada errónea, pero que ella considera correcta. Para ella la comida lo es todo. Todo a su alrededor se reduce a eso y el lenguaje se impregna de esta obsesión. Metáforas, comparaciones.... todo el léxico está en algún momento relacionado con la comida, con comer, masticar... con animales que comen... personas comiendo... comida escondida... vomitada... calorias perdidas corriendo dos horas cada noche en la cinta... Lia se revela como un gran personaje perfectamente real y, por tanto, lleno de contradicciones y miedos. Y culpa. Una enorme culpa.

Su amiga Cassie le pidió ayuda y ella no respondió al teléfono. Su amiga Cassie murió sola en un motel. Su amiga Cassie se le presenta como fantasma porque quiere que vaya con ella. Este es, para mí, uno de los mayores aciertos de la novela: la presencia real de Cassie que convierte algunas páginas en auténticos momentos de terror. Una lectura posible, pero aburrida, es la de convertir a Cassie en una proyección de la culpa, en una equivocación de un cerebro con la química alterada y que altera la realidad. Por mi parte, prefiero una lectura fantástica. Cassie es realmente un fantasma y Lia está atrapada entre dos mundos, es una chica de invierno. ¿Es Cassie, por tanto, la mala de la historia? No. Como Lia, Cassie acierta y se equivoca.

No estamos sólo antes una novela sobre los transtornos alimenticios. Si solo fuera eso sería una mala novela (para entedernos, tengo la teoría de que un tema importante no hace una obra importante). Es una novela con conciencia literaria, con exigencia literaria tanto para el escritor como para el lector, bien escrita y mejor estructurada. Y, además, creo que Laurie Halse Anderson utiliza el tema de la anorexia o de los transtornos alimenticios para hablarnos de muchos temas más: relaciones famliares, soledad, amistad, culpa, perdón y, especialmente, sobre:

- la fragilidad de la infancia, y
- la incomunicación pactada y consciente entre adolescentes y adultos.

Los niños son fuertes y débiles a la vez. Aguantan de todo y acaban por hacerse adultos, pero una simple frase en un momento delicado sirve para destruir una vida. En la novela, la protagonista hace el cambio de todo adolescente y se engorda. Según cuenta ella, mucho. Inmediatamente, la profesora de ballet se lo hace saber pellizcando los michelines (gesto que los que siempre hemos sido algo entrados en carne hemos odiado de los adultos y que es una inmensa falta de respeto hacia el niño) y retirándola del espectáculo de final de curso por "estar gorda". A eso añade la presion de los padres para que sea la mejor, la presión de las amigas, de los amigos, de las revistas (buen momento el del encuentro de una revista con todos los estereotipos de belleza en la consulta del psicólogo), etc. Añade los silencios y muchas palabras que sobran. Y padres que no hablan con los hijos e hijos que no hablan con los padres. Ninguno de los dos quieren o saben hablar. Dicho explícitamente en el texto. Ignorar la realidad del otro. Mis padres no tienen problemas y mi hijo es perfecto. No existe la fuerte tensión de la adolescencia, la soledad de esos años, las tendencias suicidas, la automutilación, la obsesión por la imagen, por desaparecer, etc. Como repite una y otra vez el padre de la protagonista cuando le comentan que su hija tiene problemas, "estáis exagerando. Mi hija está bien".

Vamos, que esta novela me ha gustado mucho. Hay una enorme inteligencia en la construcción de la novela. Un lenguaje preciso, la creación de una realidad onírica, metafórica y, en ocasiones, rozando la pesadilla. La sensación que transmite de soledad, de abandono e incomprensión de sí misma y del mundo. La necesidad de buscar cabos que la aguanten, de motivos que la retengan en el mundo.

¿Me ha gustado la novela? Sí. ¿Me lo he pasado bien leyéndola? Sí, pero con nudos en el pecho y en el estómago. No es una historia complaciente o fácil. Exige atención del lector por su construcción cercana al sueño. Es una historia dura, seca y fuerte. Y vale la pena. Creo que hacía tiempo que una novela me golpeaba tan fuerte y conseguía que se me quedará una imagen grabada: la de Lia desnuda delante de un espejo con un cuchillo en las manos. Pura pesadilla admirablemente escrita.

"Atrapados" de Chris Wooding. Los peligros del noveno arte.

Atrapados, Chris Wooding, ed. Montena, 2010.
Maldat, Chris Wooding, ed. Estrella Polar, 2010.

Si con doce años llego a leer este libro me da algo. Se hubiera convertido sin dudarlo en uno de esas novelas que reelería continuamente. Repasaría de forma incansable los dibujos y me perdería en ese fragmento o en aquel. Con toda seguridad hubiera acabado plagiando algún fragmento o algún diálogo para mis "Franki-novelas", escritos que confeccionaba con pedazos de aquí y de allá hasta configuarar un monstruo nuevo. Y que una novela llegara a formar parte de mi creación era el mayor de los elogios.

¿Y por qué digo esto? ¿De qué va este Atrapados o esta Maldat? Existe un cómic llamado Malice. Corre por las sombras. Entra de lleno en el terreno de la leyenda urbana. Es un cómic de terror donde aparecen fragmentos de adolescentes sobreviviendo en un mundo de pesadilla. Su anfitrión es una imagen inquietante llamada Jake el Largo. Haciendo correctamente un ritual, Jake viene a por ti. ¿Qué ritual?

"Primero, una pluma negra. Después una ramita. Luego, un mechón de pelo de gato. (...) El cuarto ingrediente era una lágrima. No le dio explicaciones sobre eso. (...) Una solitaria gota se derramó y empapó el pelo de gato. A continuación, Luke sacó las tijeras para cortar las uñas, inclinó la cabeza a un lado y se cortó un pequeño mechón de pelo. (...) Y el sexto ingrediente, el fuego. (...)". Solo falta exclamar

¡Jake el Largo, de mí hazte cargo!
¡Jake el Largo, de mí hazte cargo!
¡Jake el Largo, de mí hazte cargo!
¡Jake el Largo, de mí hazte cargo!
¡Jake el Largo, de mí hazte cargo!
¡Jake el Largo, de mí hazte cargo!

Luke hizo este ritual y desapareció. Como otros tantos adolescentes desaparecen en Inglaterra cada año. Hasta que sus amigos Kady y Seth abren un ejemplar de Malice y creen ver entre sus páginas a su amigo Luke huyendo de unas sombras. Unas sombras que lo atrapan. Y lo matan.


Kady y Seth deciden investigar. Y, naturalmente, se verán envueltos en una aventura que en apariencia les ira demasiado grande. Naturalmente, no pueden contar con la ayuda de los adultos y, naturalmente, harán una terrorífica vistia al mundo de Malice.

Atrapados es por encima de todo una novela de aventuras. Una estupenda novela de aventuras. Leída en dos febriles noches de insomnio hacía tiempo que no lo pasaba tan bien con una novela juvenil de corte aventurero (creo que lo último fue Los juegos del hambre). Es dinámica, es fresca, es ágil. Va al grano, pero manteniendo unas descripciones adecuadas para la atmosfera, para el mundo. Chris Wooding sabe escribir y sabe crear ambiente. ¿Un ejemplo?

"Esa voz le puso a Kady la carne de gallina, como cuando se araña una pizarra. Le recordó al metal oxidado, a los ceniceros llenos a rebosar y a las tumbas vacías."

¿Queda claro, no?

La novela combina la propia narración con la inclusión de algunas páginas del mencionado cómic Malice. Son seis minicómics que describen alguna de las batallas en las que se ven envueltos nuestros protagonistas, donde se nos aportan información para el desarrollo de la historia (y que no aparece en la narración) y donde veremos la cara de los chavales y algunos de los monstruos. Además, la novela se permite el lujo de jugar con la tipografía y la página. Y sale airosa. Palabras que forman espirales, páginas en blanco, páginas en negro, diferentes cuerpos de letras. Y todo en su justa medida. No se trata de un despliegue para ver lo ingenioso que es el autor, sino que está al servicio de lo que se cuenta y trata de provocar una emoción al lector. O darle más información. O provocarle miedo.

Porque otra lectura que podemos hacer es la de una novela de terror. Y casi diría más, una novela que acerca parte del universo de Lovecraft a los jóvenes lectores. Porque creo que esta es una de las intenciones no confesadas del autor. Los monstruos, la forma de aparecer, el mundo, los altares, el propio Jake el Largo, el dueño de la tienda de cómics, etc. Todo esto me recordaba a parte del universo de Lovecraft de primigenios y sectas. Es como si Chris Wooding hubiera destilado ese mundo lovecraftiano para hacerlo más accesible a los lectores de diez para arriba (ocho sin son muy lectores y les van las emociones fuertes).


Además aparece por aquí Stephen King, Clive Barker, el submundo de la leyenda urbana y, según impresión de A., una presencia palpable de Freddy Krueger.

Vamos, que la novela me ha gustado mucho. En octubre aparece la continuación porque, naturalmente, forma parte de una saga y este es el primer capítulo. Deja interrogantes, muchos cabos sueltos y muchas ganas en el lector de adentrarse de nuevo en el mundo de Malice, un mundo formado por máquinas, trenes y una infinidad de monstruos que harán pasar un mal rato a protagonistas y lector (monstruos que detectan por el movimiento, pero si avanzas a una media de un centímetro cada x minutos, no. Una de las mejores escenas de suspense de la novela junto con la sesión de hipnotismo a Robert).

Atrapados es una buena novela juvenil y, por tanto, es una buena novela para un público adulto. Lo que importa es que es una buena novela, por eso me sorprende tanto encontrar en otros blogs descripciones del tipo "es demasiado juvenil", "me parece que está pensada para el público juvenil", "¿no es muy juvenil?". A ver, sí. Es una novela juvenil. El autor la ha escrito pensando en un público a partir de doce años. Entonces, ¿por qué convertir en crítica la intención del autor? ¿Por qué la única crítica que se hace a la novela es una crítica a su público potencial? ¿Es que los autores de novela juvenil no deben pensar en el público juvenil sino en el posible e hipotético público post-adolescente o adulto que a lo mejor lee su novela? ¿Por qué no valorar la obra en sí misma y no con las expectativas de las que partimos?

Preguntas sin respuesta. Lo único que sé es que Atrapados es una buena novela y que ya estoy desenado que llege ese octubre con su continuación.

La hostia del ángel o "Hush, hush" de Becca Fitzpatrick

Hush, hush, Becca Fitzpatrick, ed. B, 2010
Hush, hush, Becca Fitzpatrick, ed. Lluna Roja-La Galera, 2010

Esta novela refuerza mi sentimiento de rara avis o que quizá con treinta y años hay cosas que me pierdo. Desde antes de llegar a la librería, ya me había encontrado con anuncios y reseñas de este novela por los blogs de literatura juvenil que frecuento. En todos se cantaban las bondades de la historia, lo buena y emocionante que es, lo carismático de su protagonista masculino y un montón de cosas más. Bueno, en todos no. En el blog El cementerio de los libros olvidados lei una reseña que me divertió y que debió servirme de señal. ¿Le hice caso? No. Si lo hubiera hecho ahora tendría unas cuantas neuronas más, más tiempo que perder en algo más interesante y no estaría haciendo esto.

- O sea, que no te ha gustado.

No, no me ha gustado. Y hace unos años, antes de madurar y todo eso, hubiese despechado esta reseña diciendo simplemente algo así como: "Este libro es una inmensa y apestosa mierda. Y ya está". Pero desde hace unos años recuerdo siempre esa frase que nos decían en el instituto, justifica tu respuesta. Y a eso vamos. A justificar. Aviso: voy a destripar el argumento de arriba a abajo. Con mala leche y alevosia. Así que si alguien quiere leer la novela, que se retire ahora.

Empecemos por el argumento. ¿De qué va Hush, hush?

Nora es una chica que se considera normal aunque en verdad es un fracaso andante y bastante idiota, la pobre. Sólo tiene una amiga que se llama Vee y que es más idiota que ella y que en la novela cumple la típica función de "amiga-putón de boquilla, pero decente que deseas que alguien le pegue un tiro para que cierre la boca". No se le conocen más relaciones, ni amistades ni nada pese a que ella suele fantasear con que algún chico a veces la mira. Su padre murió hace un tiempo y vive con su madre aunque ésta pasa mucho tiempo fuera de casa por cuestión de trabajo y cuando vuelve a casa siempre está fuera con los amigos o en alguna boda (vamos, la madre es el típico personaje desdibujado que solo sirve para aparecer de vez en cuando e impedir un beso entre los protagonistas). Un día en la clase de biología (empiezo a pensar que en la novela juvenil estadounidense sólo existe la clase de biologia) la obligan a hacer un trabajo con un alumno nuevo llamado Patch. Éste Patch es el hombre, el héroe, el macho de la historia y que reúne las siguientes características:

- Misterioso.
- Poco hablador.
- Mirada profunda y negra.
- De pasado misterioso (otra vez la palabra) y turbio.
- Viste de negro.
- Y es un chico malo. Muy malo.
- Y tiene esa típica actitud de chulo/perdonavidas del que cree tener una enorme p***a entre las piernas.


Chicos malos, chicos malos.

Ella, naturalmente, en cuanto posa sus ojos en él siente "una óscura humedad" recorriéndole el cuerpo. Vamos, que se moja toda. Él con solo mirarla ya lo sabe todo de ella, que colabora en la revista digital del instituto, que le gusta la música barroca, que toca el chelo, que en verdad no quiere ir a estudiar a la universidad (todo esto no vuelve a aparecer en la novela. Nora no escucha ni una sola vez música, ni vuelve a hacer referencia a un instrumento y sólo de vez en cuando dice que tiene un trabajo para la revista que nunca llega a concluir porque siempre tiene otra cosa que hacer). A partir de ese momento empieza un tira y afloja de trescientas y pico páginas en el que él se comporta como un chulo perdonavidas que la trata mal y ella como una idiota sin personalidad que justifica que la mangonee porque confía en que la quiera como ella no admite quererle a él. De vez en cuando intentan matar a Nora, pero ella siempre se libra porque deja su chaqueta a otros personajes. Sí, se la deja a su amiga Vee y el asesino es tan inútil que confunde a una rubia más bien rellenita con una castaña flacuha. Se le da a una indigente y el asesino es tan idiota que confunde a la vieja pobre con la adolescente idiota y le mete dos tiros.

Aparecen otros personajes como:
- Leonard: en principio parece el buen chico que tratará bien a la protagonista y que le van dando plantón de forma sistemática para convertirse hacia la mitad del libro en sospechoso de asesinato y luego borracho y sospechoso de todo lo malo.
- Jules: amigo del de arriba que entra y sale de la novea sin pintar nada hasta la escena final donde se descubre que el malo de todos los malos y suelta un largo discurso explicándo todos sus planes, toda su historia y lo que ha comido esa mañana en vez de cargarse a Nora y a otra cosa mariposa.
- La psicóloga del insituto (no recuerdo como se llama y paso de buscarlo) que ni hace su trabajo ni hace nada más que decirle a Nora que se aleje de Patch. Tiene una escena rollo Glenn Close en Atracción fatal que es la monda lironda.
- Otros: vamos, personajes que ni pintan ni cortan ni hacen nada de nada.

Al final resulta que Patch es un ángel caído (pero de los que quieren ser buenos) porque se enamoró de una pava y luego ésta se muere y... (oh, Dios mío... y él viste de negro y es callado y seguro que tiene cara de merluzo... todo esto me recuerda peligrosamente a... sí... aquella película donde sólo salían rizos de Meg Ryan, tonos dorados del atardecer, la cara de palo de Nicolas Cage y un más que agradecido camión)... y él se ralla y entonces de vuelve malo y quiere ser humano, pero, claro, el amor redime y, vamos, lo de siempre.

- Pero, Jorge, sigo sin saber por qué no te ha gustado. Si te tragas y disfrutas arumentos más tontos que este.

Tienes razón. Me centraré. Empezaré por los protagonistas. Nora es la típica víctima de todo macho abusador que se precie. No denuncia cuando la agreden, justifica que el tipo la mangonee y obecede sus ordenes y ruegos. Es la típica heroina romántica juvenil hija de Bella Swann que por amor chupa y traga con toda la mierda que le tire en cara el chico porque en ella se establece la ecuación que amar es aceptar que el chico te haga sufrir.

Y Patch... bueno... en principio había leído que se trataba de un chico malo, peligroso e impredicible. Un héroe romántico malvado. El típico chico malo que vuelve loquitas a las muchachas. Pero malo. Malo de verdad. Más malo que la tiña. ¿Y qué me encuentro? Con el típico chuloputas. Descarado, borde, creído y que hace cosas supermalas como montar en moto sin casco o ir a jugar a los billares con tipos desgreñados y sucios. A ver... es un chulo, no malo. No confundamos términos. Malo hubiera sido si obliga a Nora a prostituirse para pagar sus deudas de juego, si la obliga a pegarle un tiro a su madre en las rodillas porque lo ha mirado mal. Aquí parece que lo peor que puede hacerle a Nora es obligarla a robar chicles en una tienda, por favor.

La novela está mal escrita, mal estructurada y mal pensada. Tiene una historia ridícula formulada de manera ridícula. Con escenas que me arrancaron unas buenas carcajadas. Porque creo (y atención que esta es mi tesis) que esta novela es una de las mejores parodias involuntarias que he leído en mi vida. Al final, tal acumulación de despropositos solo me los pude tomar a guasa. A. es testigo de mis bufidos y risas. Porque, ¿se puede escribir en serio una cosa como ésta?:

Pongo en situación. Nora, después de sentirse acosada por Patch, de verse obligada a hacer cosas que no quiere, de pensar que la quiere matar, de sentir miedo y pánico por la sola presencia del macho, lo invita a cenar a solas en su casa. Van a preparar tacos (curiosa la obsesión por la cocina mexicana de la autora). Ella cocina y él la enseña a prepara unos buenos tacos.

"- Estupendo. - Dio un paso para atrás y me examinó, atento a cualquier imperfección (se refiere al tomate que ha elegido ella). Por un instante me pareció ver una sonrisa secreta de aprobación (vale, el tomate es bueno, has elegido bien) -. No se puede enseñar a cocinar - dijo -. Con eso se nace. Lo tienes o no lo tienes. Es como la química. ¿Crees que estás hecha para la química?"

El momento taco. Mi favorito: "No se puede enseñar a cocinar".
Lo siento estudiantes, a joderse. Os están timando en la escuela.

Otros momento memorables: el despliege de feromonas y seducción mientras Patch enseña (otra vez) a Nora a jugar a billar. Un momento de gran originalidad, de evidentes recursos narrativos, nunca visto y menos explicado. A la altura de momentos literarios tan nuevos como "cabellos como oro" o "negro como la boca de un lobo".

Hay un momento de la novela en que Nora quiere investigar sobre la vida de Patch. Ni corta ni perezosa decide ir al restaurante mexicano (¿veís?) donde trabaja él limpiando mesas para hablar con sus compañeros de trabajo. Para hacerlo se le ocurre entre ella y la imbécil de su amiga Vee el siguiente plan: en vez de acercarse y, sencillamente, preguntar quedan con un par de chicos. Entonces Nora se va al lavabo, se pone una peluca y de disfraza de putón verbenero bien corta y bien escotada y se va a seducir al camarero de turno y sacarle toda la información que pueda.

Y, ¿cómo descubre Nora que Patch es un ángel? Pues muy fácil, con un par de pistas absurdos (se incluye ver un par de dibujos) y una visita al google y poner en el buscador: angel + alas + cicatrices. Y ya está. En el primer enlace lo explica todo.

Y el final... ¿es tan malo Patch? Pues no. Al final no es malo. Lo que pasa es que hizo alguna cosa mala que no se menciona para no ensuciar la imagen idealizada que se tiene de él (si el confesase que se dedica a empujar a viejas por escaleras o a impedir que se cargen los vídeos en el ordenador), pero se arrepiente porque quiere ser humano, todo lo que ha hecho es porque quiere ser humano. Y la quiere y bla bla bla. Y desaparecen las cicatrices y se quieren y pueden estar juntos y pégame un tiro, A.

La verdad, no entiendo por qué gusta esta novela. No lo entiendo. Y no entiendo la obsesión de los blogs con Patch y la idea del chico malo que hace sufrir y que por amor justifico que me haga sufrir. ¿Por qué? ¿Qué necesidad hay? Y si al menos fuera un chico malo de verdad... Es una novela larga de narices, trescientras páginas para el elemento fantástico, treinta páginas de resolución llena de tópicos y un montón de diálogos ridículos, machadas, miedo y atracción y frases llenas de palabras como miedo, terror, peligro, amor, sufrir y vocabulario que relacionan amar con dolor. Personajes tópicos y otros que no llegan a categoría de personajes sino de simples sombras que corretean por allí. No sé... ¿seré demasiado mayor? ¿O nos encontramos delante de otra de esas novelas muy bien publicitadas de las que no puedes decir que son malas? ¿Dónde está la gracia de esta historia o dónde la calidad? Si alguien me lo explica con argumentos medianamente convincentes, le haré un regalo.

A no ser, claro, que se haya hecho la misma lectura que yo. Una comedia. Una parodia de la novela juvenil de ambiente fantástico y gótico. Una brutal desenmascaración de todos los tópicos manidos que se usan y abusan. Pero no lo creo... Ah, y se anuncia ya una segunda parte. ¿Me la leeré? Pues no diré que no. Si me asegura la mitada de risas y carcajadas que ésta, me la apunto.

Página 4

"Invocación" de Kelley Armstrong

Invocación, Kelley Armstrong, ed. Marlow, 2010.

Chloe tiene quince años y es una muchacha normal tirando a borde. Su madre murió cuando era pequeña, su padre está siempre de viaje y es su tía la que se ocupa de ella. Un día que parece completamente normal le suceden tres primeras veces:
1. Se tiñe el pelo.
2. Le viene la regla.
3. Ve a un fantasma.
Y no es el fantasma de un chico guapo, precisamente. Sino el fantasma de un tipo con la cara quemada. Como no es muy normal que las adolescentes vean fantasmas, la internan para que descanse en la "Residencia Doyle". Allí conocerá a otros adolescentes problemáticos, internados por episodios de violencia o una extraña fascinación por el fuego, ganará amistades y odios, luchará contra esas visiones y no, no se enamorará de nadie. Bastante tiene con luchar para evitar volverse loca y aceptar que puede levantar a los muertos de sus tumbas. Naturalmente la residencia es más de lo que a primera vista parece, los chicos son más especiales que problemáticos y la novela me gustó bastante más de lo que esperaba.

Porque, la verdad, vi esta portada y pensé "una más". Otra de esas novelas sacadas a la sombra de los vampiros brillantes y que los comerciales intentan vender como una novela que gustará a las lectoras a las que les gusta las novelas que se sacan para lectoras que les gustaban las aventuras saltarinas de los chupasangres. ¿Por qué me la lei? Bueno, me gusta darle una oportunidad a casi todo (paso de darle una oportunidad a autopsias en vivo y el puenting). Así que decidí la pille prestada unos días de la librería y sentado en el rincón de leer me dispusé a ver qué me encontraba entre sus páginas rezando porque no fuera muy noña.

Pues sorpresa. Y agradable. Lo que me encuentro es una novela de terror. Simpática, agradable, con ritmo, elegante, divertida. Y, por momento, terrorífica. Chloe ve fantasmas. Y no le gusta. Y piensa que se está volviendo loca. Hay escenas que se acercan al género del terror siguiendo sus pautas más evidentes (subterráneos y altillos, cuerpos que se mueven en la oscuridad, voces, etc.), un par de guiños al maestro King (especialmente en el prólogo), personajes que me gustaron porque no gustan. Me explico, no son los habituales personajes carismáticos con los que los autores nutren una novela para que los lectores se identifiquen. Aquí los personajes son unos bordes, son desagradables, desconfían unos de otros y el lector desconfía de todos. Incluso con la protagonista, que aunque me cae bien, piensas que le iría mejor si aflojara un poco en su relación con los demás. Y aunque por lo que he leído todo el mundo odia a Tori, pues a mi me cae bien. Es mucho más de lo que parece a primera vista.Y, claro, entre la locura, las malas relaciones que se establecen con un par de sus compañeros, las reticencias con los otros, la desaparición de la chica con la que se llevaba bien, la medicación y las voces de los fantasmas y todo eso, pues nada que poco tiempo tiene para enamorarse de algún chico guapo, misterioso y callado.

Es una novela sin romance o, por lo menos yo no se lo encuentro. En otras reseñas se hace hincapié en este punto, pero no me lo parece. ¿Qué dos adolescentes hablan? Sí, pero la intención no es el ligue, sino estudiarse y, si puede ser, manipularse. Sólo se insinúa un ligero deseo hacia el físico de unos de los chicos, pero nada de miradas, de cruces de manos o de triángulos de chica entre opuestos. De momento, por lo menos. La autora construye una novela de intriga y terror y huye de lo que está machacando la actual narrativa juvenil, las novelas de amor disfrazadas de novelas fantásticas donde se perpetúan todos los tópicos posibles (y pronto hablaremos de Alas como ejemplo perfecto). Es otro ejemplo donde el envoltorio nos dice una cosa y el contenido es otra muy distinta. Supongo que se debe a esa moda de envolverlo todo en portadas oscuras, medios rostros, símbolos y goticismo postromántico. Incluirlo todo en la misma amalgama para que se confunda y nada sobresalga. Todo es lo mismo. Y no, la gracia está en la diferencia y en diferenciar.

Invocación es una buena novela. Entretenida, agradable y de fácil difestión. Con un par de buenas escenas y su buena dosis de misterio y cabos sueltos para esperar la continuación. Porque sí, es el primer capítulo de una saga de cuatro. El episodio introductorio. Y espero que el resto de los capítulos se mantengan en este mismo nivel de entretenimiento, que los personajes y sus relaciones no vayan por los caminos trillados y que siga la balanza cayendo del lado del más sano, desprejuiciado y divertido fantástico. Por lo menos es lo que augura una escena final que nos puede conducir de la mano a un divertido apocalípsis y a unos cuantos muertos.

Y una última cosa, si bajáis a un sotano, encended la luz.


Página 3

"Si decido quedarme" de Gayle Forman

Si decido quedarme, Gayle Forman, ed. Salamandra, 2010.
Si et quedes amb mi, Gayle Forman, ed. Estrella Polar, 2010.

Hay novelas cuyo argumento me tira de espaldas y hace que se me pasen todas las posibles ganas que tenía de leerla. Y este argumento es uno de ellos. ¿De qué va?

Mia es una chica normal. Tiene unos padres que la quieren, tiene un hermano pequeño que la quiere. Tiene una mejor amiga y tiene un novio. Tiene una gran familia y buenos amigos. Pero siempre se ha sentido un bicho raro. Quizá su pasión por la música clásica en una familia de músicos punk tenga algo que ver. Quizá porque físicamente nunca se ha parecido a ninguno. Quizá porque su pasión es el violoncello.

Llega un momento en su vida donde tiene que elegir. Quedarse en su ciudad o irse a Nueva York a estudiar música. Decírselo a su novio, o no. Pero entonces, un día cualquiera, se sube a un coche con su familia y tienen un accidente. Sus padres mueren, su hermano está muy grave y ella acaba en coma. Desde su nuevo estado de semiinconsciencia tendrá que decidir si quiere quedarse y vivir con todo lo que supone, o mejor marcharse, morir.

La verdad, con un argumento así todo lo que me viene a la cabeza son los telefilms de sobremesa que tienen esa tonalidad anaranjada y que siempre mezclan enfermos terminales, con psicópatas en casa y niños graciosos. Además, debo añadir, no soy muy aficionado a la novela juvenil de índole realista porque me suele parecer paternalista y superficial. Pero me decidí leer esta novela porque había leído ya un par de reseñas favorables y quería juzgar por mí mismo. Así que este fin de semana me la llevé para casa y sentado en la butaca de leer, en unas tres horas la devoré. ¿Conclusión? Me ha gustado. ¿Por qué?

Bueno, lo principal porque no cae ni en el sentimentalismo barato, ni en el melodrama fácil, ni en la exacerbación gratuita del dolor pese a tratarse de una novela que habla especialmente del dolor, de la perdida y de la muerte. Y, además, de las peores perdidas posibles. Mantiene durante todo el relato una ligera pátina de sentido del humor debido sobre todo a la opción que la autor ha decidido como voz narrativa. La imagen semiinconsciente de una Mia que se mueve como un fantasma entre sus conocidos y que contempla su cuerpo en coma enchufado a miles de cables. Esto otorga cierta distancia con lo relatado, una primera persona que en ocasiones se comporta como una tercera. Además, la novela está estructurada en saltos temporales que explican la vida de Mia y todas las decisiones que ha ido tomando en su vida, cómo conoció a Adam, la relación con sus padres, con sus abuelos, sus secretos. Nos explican los momentos importantes en la vida de la protagonistan para que nos quede claro esa decisión final a la que se enfrenta: vida o muerte. Elegir quedarse y vivir con todo lo que supone o marcharse y morir con todo lo que se pierde. Toda la novela está pensada para llevar a Mia, y al lector con ella, a esa última decisión. Por el camino hay momentos muy duros (el accidente, por ejemplo), con otros más cómicos, más tranquilos o eróticos (los cuerpos como instrumentos de música y tocados como tales).


Y es por eso, porque lo importante en la novela es la decisión final de Mia y que su vida o su muerte dependen por entero de ella, que el título en su versión catalana es un mal título. Me explico. El título original de la novela es If I stay cuya traducción aproximada bien podría ser Si decido quedarme, fórmula por la que ha optado la editorial Salamandra. En cambio, la editorial Estrella Polar ha optado por un Si et quedes amb mi (que traducido para los que no entienda catalán sería algo así como "Si te quedas conmigo"), en vez del correcto "Si decideixo quedar-me". ¿Por qué el cambio de persona en el título y por qué considero que es un mal título? Empecemos por lo segundo.

Creo que es una mala opción de título porque traiciona el espíritu y el drama más puro de la novela: la decisión de Mia. Ese si decido quedarme que habla el título original supone las consecuencias que tendrá esa elección; la vida o la muerte. Más aún, una vida con dolor por la muerte de los seres más queridos, por el accidente, por la secuelas, pero también por el amor, por los amigos y por todo lo que queda por descubrir, o la muerte con su silencio, su anestesia, su ausencia de dolor, pero también su vacío y su nada. Este es el drama de Mia. Y por eso repasa su vida y sus vínculos con personas o lugares. En cambio, el título en catalán deja fuera la decisión de Mia para ser una petición de una tercera persona (ya sea el novio Adam, su mejor amiga Kim, su abuela, su tía, etc.) Es la petición del consciente al que está en coma de que vuelva para protegerlo y cuidarlo. No, de esto no va la novela. Esto es traicionar la historia de Mia. Entonces, ¿por qué han optado por este título? Bueno, mi teoría es que decidieron esta título de Si et quedes amb mi para hacerlo coincidir la conocida canción del grupo de pop Sopa de Cabra (para los que no conozcan esta canción, pincha aquí) y así buscar algún extraño tipo de relación en el subconsciente del posible lector (en mi caso, una relación bastante desagradable, por cierto). Y así, por arte de birli birloque, convertimos una novela sobre el dolor, la muerte, la aceptación, la pérdida y la pena en una historieta de amor que busca el mismo público de Moccia, cuando no tiene absolutamente nada que ver.

Y acabamos.

Una buena novela. Una buena historia. Una protagonista simpática. Momentos emocionantes y alguna lágrima que se escapa. Y mucha música. Porque lo que une y acaba salvando a los protagonistas de esta historia es la música. Desde los Ramones a Yo-yo Ma, este último fundamental en dos momento de la historia. Si es que la música, en definitiva, es el mejor vehículo de los sentimientos para quienes no se atreven a hablar.


Le grand tango, Astor Piazzola
Violocello: Yo-yo Ma

P.S. Por cierto, la portada me recuerda a cierta película de dibujos japonesa que iba de una niña enferma que dice que morirá cuando caiga la última hoja del árbol que ve desde la ventana y entonces un tipo pinta un hoja en la pared para manternerla con vida. Todo así muy dramático y muy de arrancarse la camisa a jirones. ¿Alguien sabe cuál es? ¿Alguien recuerda el título? Es que lo único que me viene a la cabeza es la cruel parodia que hicieron en Paranoia Agent de esa escena. Por cierto, que elegir este motivo para la portada no es coincidencia, ¿verdad?

Página 2

Entre puertas y dragones

Primera reseña.

Y estoy algo nervioso. Deben ser los típicos nervios del estreno. Supongo que es lo mismo que cuando se inaugura una exposición o se presenta un libro o se hace la primera autopsia. Que uno quiere que todo salga bien, que la gente esté cómoda y se vaya contenta. Y supongo que por eso, para estas tardes de estreno, uno se rodea de amigos y conocidos que los salvarán si los nervios traicionan. Y como no quiero que los nervios me traicionen, he decidio que las primeras reseñas sean para personas que conozco. Dos reseñas que se pueden tomar como homenaje y demostración de cariño a dos escritores talentosos, buena gente a la que aprecio, que están haciendo grandes cosas y darán mucho de que hablar. Empezamos pues.

Dragones
Conocí a Martín Piñol porque nos sentaron juntos en una cena y hablando hablando acabamos hablando de Marc Pastor, los trailers en los cines y un fortuito ataque zombie. Me comentó que escribía, "y muy bien", especificó. Yo le dije que soy librero y que sé leer. Después de aquella cena hemos mantenido el contacto y me he ido leyendo todo lo que de Martín Piñol ha ido cayendo en mis manos. Y lo último que ha caído en mis manos, y que además coincide creo con lo último que ha publicado, ha sido esto:


Los dragones de hierro, Martín Piñol, ed. Alfaguara, 2010.

La leí en un par de horas sentado en mi butaca nueva con un zumo en la mesita y con una continua sonrisa que se transformaba en ocasiones en una sana carcajada. Porque estamos, y eso es lo mejor de esta pequeña novela, ante una novela divertida. Muy divertida, añadiría. Una novela escrita para que el lector (ya sea un niño de diez años, una niña de doce o un muchacho encantador de treinta y dos) pase un buen rato, se ría, se emocione, se preocupe por los personajes y quiera una página más, una página más, una página más. Pero, ¿de qué va esta novela?

Pues hay una princesa que ni es tonta ni es cursi que la quieren casar con el príncipe más valiente que ha habido jamás, pero que es más bruto que un arado tirado por un bruto al que han expulsado de la escuela de brutos por ser demasiado bruto, y que además es creído y engreido y chulo y valiente y todo eso. Un día aparece un extraterrestre (!!!) que le mete un dedo en la nariz a la princesa (!!!) y se enamoran (!!!) y le dice que otros extraterrestres quieren conquistar la tierra y llevarse a la princesa. Y, efectivamente, los extraterrestres malos se llevan a la princesa. Y el príncipe chulo y el extraterrestre se ven obligados a colaborar pese a que se caen fatal. Y les acompaña un carcelero cobarde y vivirán un montón de aventuras y salen monos, cabezas cortadas que hablan, platillos volantes, dragones, bichos raros, rayos láseres, espadas y un montón de cosas más que parecen imposible que quepan en sólo 190 páginas.

Es una novela estupenda. Una novela de entretenimiento y aventura donde se habla de amor, amistad y de sacrificio desde una óptica humorística para que el lector se ría continuamente. Y esto es importante. Porque a Martín Piñol le gusta hacer reír y en el campo de la literatura juvenil eso es un valor añadido. ¿Por qué? Porque existen muy pocos buenos autores de literatura juvenil de humor. Y Martín Piñol es uno de ellos por dos motivos básicamente:
1. Es que es un tipo divertido que escribe cosas divertidas.
2. No es condescendiente con los jóvenes lectores. Los trata de tú a tú sin tratarlos de tontos.
3. Y escribe muy bien.
Bueno, me han salido tres motivos.

Sólo tengo un enorme pero a la novela, pero que ya le comentaré a Martín Piñol en privado aunque ya lo deducirá él cuando acabe de leer este párrafo. Martín, te pido un regalo de cumpleaños: una larga serie de libros (una de esas trilogías en dieciocho volúmenes) donde se relaten las aventuras y desventuras de mis dos personajes favoritos de esta estupenda novela: el valiente, chulo y bruto príncipe Gulman y el cobarde y carísmatico Gepecé. Sé que está difícil, pero para algo has montado un mundo lleno de magia, ¿no?

Puertas
A Susana Vallejo la conocí de forma distinta. Nos sentamos juntos en una comida. Más en concreto en una Ter-Cat que se organizó en Igualada en marzo del 2009 (reseña aquí). Fue una gran casualidad porque en ese momento llevaba veinte páginas de su primera novela, Porta Coeli I. La orden de Santa Ceclina. Hablamos, reímos, me recomendó efusivamente esa pedazo de novela que es El mapa del tiempo que no me cansó de recomendar, y me cayó estupendamente desde que me la presentaron. Pero, claro, es que Susana es adorable. Esa misma semana me lei esa primera parte y un tiempo después, la segunda (tengo pendiente la tercera y la cuarta que me ponen ojitos desde las estaterias de casa).



Saga Porta Coeli, ed. EDB, 2008-2010
La orden de Sta. Ceclina (cat. L'ordre de Sta. Ceclina)
Cosecha negra (cat. Collita negra)
El principio del fin (cat. El principi de la fi)
La llave del secreto (cat. La clau del secret)

A esta estupenda saga ya le dediqué una pequeña reseña (se puede leer aquí), pero no me canso ni me cansaré de recomendarla a los clientes que me piden una buena novela de aventuras. Porque lo que Susana Vallejo ha escrito es una tetralogia que por lo que intuyo empieza siendo novelas de fantasia para irse convirtiendo volumen tras volumen en novelas de cienca ficción. Y sólo pensar que en una misma saga puedo ir de viaje entre mis dos género favoritos me llena de alegría. Pero, ¿de qué va todo esto?

Bueno, hay un mundo, el nuestro. Y hay otro mundo. Y no se sabe porqué existen unas puertas que comunican ambos mundos y permiten que los seres que habitan en uno viajen al otro y viceversa. Naturalmente, esto implica que diferentes poderes luchen por explorar y dominar ese otro mundo. Volumen a volumen iremos descubriendo los misterios de ese otro mundo y las implicaciones que supone en éste. Todo esto entre aventuras, amores, crímenes, caballeros, unicornios, bichos raros, caballos, universidades y un montón de cosas más.

¿Y tenemos que empezar por el primer volumen? No, porque eso es uno de los grandes aciertos de esta saga. Aunque forman un todo unitario, se pueden leer de forma independiente. Quien le apetezca aventura épica medieval que empiece por el primero o el segundo. Quien desee fantasía urbana, que vaya directamente al tercero. Y quien quiera ciencia ficción, tiene el último. Y luego, que vaya combinando.

Leer a Susana Vallejo es un placer. Es una de esas escritoras de las que se puede decir con toda la calma y el cariño del mundo, "joer, es que escribe muy bien la jodía". Y se percibe en sus novelas, o en sus cuentos, que se lo pasa bien escribiendo. Que aun conserva (y que conserve, por favor), el placer de escribir por escribir, para pasárselo bien y divertirse. Y eso hace que el lector se lo pase bien, que disfrute y que espere otra novela de esta preciosa (porque todo hay que decirlo) madrileña. Pero, claro, es que Susana es una de las más interesantes y más prometedoras voces de la actual novela española (y una de las mejores dentro del panorama de la literatura juvenil, por supuesto). Lo único que percibo en las dos novelas que he leído es que le falta un punto de saltar al vacío. No sé como explicarlo... como si no se atreviera a dejar salir todo lo que es capaz de hacer. Porque creo que el día que se decida a dejarse llevar, a soltar todo lo que puede llegar a hacer, puede crear algo muy grande y muy hermoso.

Y yo espero estar allí para verlo.

Página 1

Prólogo

Como ya tengo suficiente trabajo y pocas horas del día, en un alarde de esa suprema y escasa inteligencia que me hacer ser tan especial decido abrir un nuevo blog con título no muy afortunado (ya se decidirá uno), un formato que no me convence (se admiten sugerencias), unas intenciones muy claras y muchas, muchas, muchas ganas. De eso sí que no me faltan.

Así que aquí vamos. Empezamos.

Declaración de intenciones:

1. Hablar de libros, de literatura y de escritores que se suelen enmarcar en el género de literatura juvenil.
2. Hablar de libros, de literatura y de escritores que no se suelen enmarcar en el género de literatura juvenil, pero que yo los enmarco porque me da la gana.
3. Intentar demostrar que los géneros no importan.
4. Habrá reseñas de novelas. Y música. Y vídeos. Y películas. Y lo que me de la gana que para algo es mi blog.
5. Hablar de escritores y, si todo va bien, hablar con escritores. Si puede ser para que expliquen cosas ajenas a la literatura.
6. Establecer muchos puentes con otros aficionados a la literatura juvenil para intercambiar opiniones, lecturas, visiones y criterios.
7. Intentar atraer a los no aficionados. O, por lo menos, a que les pique la curiosidad por los títulos de los que hablaremos.
8. Intentaré valorar la obra por sí misma.
9. Me lo quiero pasar bien.
10. Lo quiero hacer pasar bien.

Y ya está. Mañana empezamos en serio.

Página 0

Índice

Este índice es para Alexia, que me pidió uno


0

20th Century Boys de Naoki Urasawa

A

A la cara de Christa Faust
Abrasada de P.C. Cast y Kristin Cast
Abrázame fuerte de Lof Yu
Accidente de Max Frisch y Uwe Johnson
Acero de Todd Grimson
Acosado. Crónicas del druida de hierro de Kevin Hearne
Adicción de Clauda Gray
Aire negre de Agustín Fernández Paz
Alas de Aprilynne Pike
Almas cruzadas de Elizabeth Chandler
Almas gemelas de Elizabeth Chandler
Alta sierra de W. R. Burnett
Amos y mazmorras. La doma de Lena Valenti
Ángel de L.A. Weatherly
Ante el espejo de Veniamín Kaverin



B

Bajo la hiedra de Elspeth Cooper
Bajo la misma estrella de John Green
Bakuman de Tsugumi Ohiba y Takeshi Obata
Bendecida por la sombra de Richelle Mead
Beso de vida de Daniel Waters
Bella malicia de Rebecca James
Blood magic de Tessa Gratton
Boston. Sonata para violín sin cuerdas de Todd McEwen
Bride Stories 1 de Karou Mori
Buenos días, princesa de Blue Jeans
Buscaré el océano de Carrie Ryan
Buscaré el océano de Carrie Ryan (lectura completa)

C

Cabal de Clive Baker
Canciones para Paula de Blue Jeans
Cantos de súcubo de Richelle Mead
Carolina se enamora de Federico Moccia
Cartas cruzadas de Markus Zusak
Casi una novela de Megan Maxwell
Cazadores de sombras 1. Ciudad de hueso de Cassandra Clare
Cazadores de sombras II. Ciudad de ceniza de Cassandra Clare
Cenizas de Ilsa J. Bick
Chicos que muerden de Mari Mancusi
Chuletas de dragón de Martín Piñol y Vótric (dibujitos)
Cincuenta sombra de Grey de E.L. James
Cinder de Marissa Meyer
Ciudad humana de Carlos J. Lluch
Claudia de Miriam Dubini
Corazón mecánico de Jaclyn Dolamore
Crepúsculo de Stephanie Meyer
Crescendo de Becca Fitzpatrick
Cuando los árboles hablen de Laurie Halse Anderson
Cuando Susanah llora de J.J. Castillo

D

Dead Space. Mártir de B.K. Evenson
Del color de la noche de Nell Leishon
Delirium de Lauren Oliver
Despertar de Kelley Amstrong
Despierta de Beth Revis
Destrózame de Tahereh Mafi
Deuda de espíritu. Vampire Academy 5 de Richelle Mead
Deus ex machina 2.0 de Mara Oliver
Diario de un zombi de Sergi Llauger
Días eternos de Rebeca Maziel
Diástole de Emilio Bueso
Diez de Gretchen McNeil
Diez gansos blancos de Gerbrand Bakker
Dioses menores de Terry Pratchett
Divergente de Veronica Roth
Donde los árboles cantan de Laura Gallego
Dos coronas de Susana Eevee
Dos noches de Ennio Flaiano
Drachenfels de Jack Yeovil (seud.)
Dragún de Ricardo Riera

E

El 10º Círculo de Juan Carlos Sánchez
El abanico de seda de Lisa See
El aliento de los dioses de Brandon Sanderson
El asesino de mujeres de Martina Cole
El atlas de las nubes de David Mitchell
El baile de los secretos de Jesús Cañadas
El baúl de viaje de Bianca Turetsky
El camino de las sombras de Brent Weeks
El camino de los reyes. La guerra de las tormentas I de Brandon Sanderson
El cayo de Theodore Taylor
El ciclo del hombre lobo de Stephen King
El circo de la noche de Erin Morgensten
El círculo de Mats Stradberg y Sara B. Elfgren
El código de la medianoche de David Whitley
El corredor del laberinto de James Dashner
El despertar de Amanda Hocking
El espíritu del último verano de Susana Vallejo
El fantasma enamorado de Jonathan Carroll
El fin de los sueños de Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina
El hacha de Gary Paulsen
El héroe perdido de Rick Riordan
El hombre del balcón de Per Wahlöo y Maj Sjöwall
El hombre divergent de Marc R. Soto
El hombre marcado de Peter V. Brett
El hombre sin rostro de Luis Manuel Ruiz
El jinete de bronce de Paullina Simmons
El juego de Claudia de Laura S.B.
El juramento de Kimberly Derling
El imperio final. Nacidos de la bruma I de Brandon Sanderson
El infierno de las chicas de Kuysaku Yumeno
El lado explosivo de Jude de Nicole Williams
El lazo rojo de Carla Miller
El libro de Jade de Lena Valenti
El libro del día del juicio final de Connie Willis
El juego de la inocencia de Marisa Sicilia
El mapa del caos de Félix J. Palma
El mapa del cielo de Félix J. Palma
El mapa del tiempo de Félix J. Palma
El nombre del viento de Patrick Rothfuss
El prodigi de Gerard Guix
El retorno de los dragones. Crónicas de la Dragonlance I de Margaret Weiss y Tracy Hickman
El secret de Lucia Morke de Inés MacPherson
El secreto de Julia de Montse García-Moncó
El segundo asesino de Sarah Pinborough
El talent de Gerard Guix
El tributo de Holly Black
El último unicornio de C.C. Humphreys
El último deseo de Andrzej Sapkowski
El umbral de la noche de Stephen King
Elantris de Brandon Sanderson
Els secrets extraordinaris de Aprul, May & June de Robin Benway
Embassytown de China Miéville
Emma de Kaoru Mori
En el bosque, bajos los cerezos en flor de Ango Sakaguchi
En el país de la nube blanca de Sarah Lark
Encantamiento de luna de Javier Ruescas
Enclave de Ann Aguirre
Entre extraños de Jo Walton
Erebos de Ursula Poznanski
Esmeralda. Rubí III de Kerstin Gier
Esta noche dime que me quieres de Federico Moccia
Eterna juventud de Drew Magary
Evelina de Frances Burney
Ex-libris de Sandra Andrés Belenguer
Extrañas apariencias de Daniel Waters

F

Filosofía de hielo y fuego de Bernat Roca, Francesc Vilaprinyó y David Canto
Forastera de Diana Gabaldon
Forgotten de Cat Patrick
Fría venganza de Craig Johnson
Fiebre oscura de Karen Marie Moning
Frío de Laurie Halse
Fut de Jim Dodge
Furia venenosa de Marika Gallman

G


Galácticas. Misión amor y Misión manga de Sabine Both y Gerlis Zillgens
Gata blanca de Holly Black
Génesis de Bernard Beckett
Generación Dead de Daniel Waters
Generación Z de Kellie Sheridan
Gimme a call de Sarah Mlynowski
Glaciares de Alexis M. Smith
Gregor 1. Las tierras bajas de Suzanne Collins
Guarida de ladrones de David Chandler (seud. de David Wellington)



H

Halo de Alexandra Adornetto
Hawkmoon. El bastón rúnico I. La joya en la frente de Michael Moorcock
Hechizo de fuego de Chloe Neill
Hex Hall de Rachel Hawkins
Hija de humo y hueso de Laini Taylor
Hija de lobos de Víctor Conde
Hojas de dedalera de Victoria Álvarez
Hush, hush de Becca Fitzpatrick
Hyde de David Lozano


I

I am a Hero de Kengo Hanazawa
Incarceron de Catherine Fisher
Inferno de Dan Brown
Insurgente de Veronica Roth
Invocación. Los poderes oscuros I de Kelley Amstrong


J


Joyland de Stephen King
Juntos de Ally Condie
Juntos. Caminos cruzados de Ally Condie
Juntos. Liberación de Ally Condie


K

Kupua de Mara Oliver

L


L'adorada Jenna Fox de Mary E. Pearson
L'any de la plaga de Marc Pastor
L'enginy de Gerard Guix
La afinidad alquímica de Gaia Coltorti
La bestia de Alex Flynn
La caída de los reinos de Morgan Rhodes
La casa infernal de Richard Matheson
La chica del lago de Steph Bowe
La chica dragón 1 de Licia Troisi
La chica que amaba a Tom Gordon de Stephen King
La corte de los espejos de Concepción Perea
La criatura de la noche de Kate Thompson
La edad de los milagros de Karen Thompson Walker
La elegida de la muerte. Öiyya de Virginia  Pérez de la Puente
La era de Drácula de Kim Newman
La era de huesos de Samantha Shannon
La Esfera de Myra McEntire
La espada de fuego. Saga de Tramórea I de Javier Negrete
La espada rota de Poul Anderson
La fuga de Logan de George Clayton Johnson y William F. Nolan
La hija del Rey del País de los Elfos de Lord Dunsany
La guardia de Jonás de Jack Cady
La larga marcha de Stephen King
La lección de August de R.J. Palacio
La luz de Candela de Mónica Carrillo
La llave de Junichirô Tanizaki
La magia muerde de Ilona Andrews
La mansión Glass de Rachel Caine
La niña que recorrió Tierra Fantástica... de Catherynne M. Valente
La noche a través del espejo de Fredric Brown
La noche de los trekkies vivientes de Kavin David Anderson y Sam Stall
La novia maldita de Nina Blazon
La nevada del cucut de Blanca Busquets
La pálida luz de las tinieblas de Erik L'Homme
La pastelería Bliss de Kathryn Littlewood
La portadora de almas de Victoria Vílchez
La selección de Kiera Cass
La sociedad Juliette de Sasha Grey
La soledad del corredor de fondo de Allan Sillitone
La traición de Natalie Hargrove de Lauren Kate
La transmigración de los cuerpos de Yuri Herrera
La vida iba en serio de Jorge Javier Vázquez
La voz de las espadas. La primera ley I de Joe Abercrombie
Las verdaderas confesiones de Charlotte Doyle de Avi
Las aventuras de Enola Holmes 1. El caso del marques desaparecido de Nancy Springer
Las chicas malas nunca mueren de Katie Alender
Las estrella, mi destino de Alfred Bester
Las furias de Alera. Códex Alera 1 de Jim Butcher
Las luminosas de Lauren Beukes
Las mentiras de Locke Lamora de Scott Lynch
Las mil y una historias de A.J. Fikry de Gabrielle Zevin
La señora Frisby y las ratas de Nimh de Robert C. O'Brien
Las sucias calles del cielo de Tad Williams
La verdad sobre el caso Harry Quebert de Joël Dicker
Legacy de Cayla Kluver
Lo que el viento se llevó de Margaret Mitchell
Lo que fue de ella de Gayle Forman
Lo único que queda es el amor de Agustín Fernández Paz
Los 100 de Kass Morgan
Los adivinos de Libba Bray
Los caminantes de Carlos Sisi
Los cien mil reinos de N.K. Jesimin
Los días que nos separan de Laia Soler
Los dientes de los ángeles de Jonathan Carroll
Los dragones de hierro de Martín Piñol
Los libros de OtroLugar 1. Las sombras de Jacqueline West
Los magníficos 12. La llamada de Michael Grant
Los ojos del dragón de Stephen King
Los oscuros límites de la magia de Pierre Bottero
Los renglones torcidos de Dios de Torcutato Luca de Tena
Luz de luna de Rachel Hawthorne

M

Macarrones con zombi de Martín Piñol y Votric (Ilustr)
Mackenzie. El poder de las sombras de Sarah Julia Kane
Malditos. Predestinados II de Josephine Angelini
Malice I. Atrapados de Chris Wooding
Malice II. La resistencia de Chris Wooding
Mañana todavía de Varios Autores, ed. Ricard Ruíz Garzón
Maravilloso desastre de Jamie McGuire
Marcada de P.C. Cast y Kristin Cast
Marea viva de Cilla y Rölf Börjlind
Mary Poppins de P.L. Travers
Me enamoré mientras dormía de Moruena Estríngana
Medianoche de Claudia Gray
Mercaderes del espacio de Frederick Pohl y C.M. Kornbluth
Memorias de Idhún de Laura Gallego
Meridian de Amber Kizer
Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea de Annabel Pitcher
Monster de A. Lee Martinez

N
nick de Inma Chacón
No te escondo nada de Sylvia Day
Nueva York: hora Z de Craig Dilouie


Ñ


O

Ojos negros de William Ritcher
Oksa Pollock y el descubrimiento de Edefia de Anne Plichota y Cendrine Wolf
Otro mundo I. La alianza de los tres de Maxime Chattam
Otro mundo II. Malahierba de Maxime Chattam
Orquídea blanca de Carmen M. Cañamero
Os gustará esto (como a todos) de Ruth White
Ósculos oscuros de Mara Oliver
Oscuros de Lauren Kate
Oscuridad de Elena P. Melodia


P


Pandemia de Wayne Simmons
Pánico al amanecer de Kenneth Cook
Paria Z de Bob Fingerman
Pequeñas mentirosas de Sara Shepard
Perdida de Gillian Flynn
Placeres prohibidos. Anita Blake Cazavampiros 1 de Laurel K. Hamilton
Poderosa de Sergio Klein
Por trece razones de Jay Asher
Porta Coeli I. La orden de Santa Ceclina de Susana Vallejo
Predestinados de Josephine Angelini
Primera tumba a la derecha de Darynda Jones
Príncipe del mal de Mark Lawrence
Prohibido de Tabitha Suzuma
Promesa de sangre. Vampire Academy IV de Richelle Mead
Promise de Wendy Wunder
Pulsaciones de Javier Ruescas y Francesc Miralles

Q


Quantic love de Sonia Fernández-Vidal

R


R y Julie de Issac Marion
Ready player one de Ernest Cline
Rebelión. Los poderes oscuros III de Kelley Armstrong
Rechless I. Carne de piedra de Cornelia Funke
Recuerda que me quieres de W. Davis (Fátima Embark y Merche Murillo)
Refugio de Harlan Coben
Resurrección de Lea Tobery
Ríos de Londres de Ben Aaronovitch
Rubí de Kerstin Gier


S


Sangre azul.Vampire Academy II de Richelle Mead
Sapphira y la joven esclava de Willa Carther
Scarlet de Marissa Meyer
Secouya de Kirstin Vanliender
Si decido quedarme de Gayle Forman
Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven de Albert Espinosa
Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson
Silber de Kerstin Gier
Sin salida de Pamela Clare
Skyland I. Islas en el cielo de David Carlyle (seud.)
Skyland II. La nau de les tempestes de David Carlyle (seud.)
Sobrevivo de Alex Morel
Solos de Adam Baker
Soy el número cuatro de Pittacus Lore (seud.)
Starters de Lissa Price
Steelheart de Brandon Sanderson
Sukkwan Island de David Vann
Sueño del Fevre de George R.R. Martin
Susurros de A. G. Howard

T


Taibhse de Carolina Lozano
Tallarines de momia de Martín Piñol y Votric (ilustr)
Taoshira de Julia Golding
Temblor de Maggie Stiefvater
Tentación de ángeles de Michelle Zink
The Blessed de Tonya Hurley
The Host de Stephenie Meyer
Toma mi alma de Rachel Vincent
Tormenta de Jay Kristoff
Tormenta de Jim Butcher
Tres deseos de Jackson Pearce
 de Charles Benoit
Tú y yo aquí, ahora de Jay Asher y Carolyn Mackler
Tu nombre después de la lluvia de Victoria Álvarez


U


Ullals de Salvador Macip i Sebastià Roig
Un puente hacia Terabithia de Katherine Paterson
Un saco de huesos de Stephen King
Una de vampiros de Martín Piñol
Una tierra más amable que el hogar de Wiley Cash
Universo de locos de Fredric Brown


V


W

Witch & Wizard de James Patterson y Gabrielle Charbonnet

X


Y


Y pese a todo de Juan de Dios Garduño
Yo, Jennifer Strange, la última cazadragones de Jasper Fforde


Z

Zafiro. Rubí IIde Kerstin Gier

Mis slashers favoritos. Parte 1

Empiezo una de esas entradas por secciones que no acabaré nunca, pero que tanto me divierten. Slasher. Ese denostado (con razón la mayor ...