"Amy y Roger" de Morgan Matson y "El club de los corazones solitarios" de Elizabeth Eulberg

Un par de reseñas más. Recta final del reto.
Tengo ganas de recuperar mi vida.

Amy y Roger, Morgan Matson, Neo

Esta era una novela que no esperaba que me gustara, lo reconozco. Desde el momento en que la vi en un servicio de novedad, me abandoné a un prejuicio debido a todas las novelas románticas juveniles predecibles y aburridas que me he tragado desde siempre.. Un prejuicio absurdo, lo sé, pero estaba. ¿Y por qué? Todo por un subtítulo. Esos "5.000 kilómetros para enamorarse" que la editorial tuvo a bien de sacarse de la manga y que hizo que me imaginara cuatrocientas páginas de pavisosa suspirando por los musculitos de un pavisoso mientras no pasan nada hasta la doscientas en que se soban, se pelean un poco, se soban otro rato y acaba en un amor para toda la vida a los diecinueve.

Pero no, para mi sorpresa hago una lectura bastante agradable de Amy y Roger y me encuentro con la sorpresa de que no es una novela de dos personajes de dos personajes que se enamoran durante 5.000 kilómetros, si no una historia de dos personas muy heridas que aprovechan un largo viaje para conocerse, para poner las cosas en perspectiva, curarse y sí, enamorarse, pero esto es secundario y casi un accidente.

¿De qué va? Amy no conduce por algo que pasó y tiene que ir del punta A al punto C pasando por B. Su madre contrata a Roger para que la lleve al punto C. Durante el camino deciden que la mejor forma de llegar a C es pasar por D, E, F y W y dan un rodeo donde se conocerán, pondrán algo de orden en su vida y empezarán a vivir una discreta y muy tranquila historia que les hará ser otros. Ya sabéis, lo que importa es el viaje, no llegar. Ah, y mucha música (que no está nada mal... toda lista donde aparezca Ida Maria o St. Vincent vale la pena).

Amy y Roger es una novela algo larga y en algún momento, algo repetitiva, pero que resulta muy interesante por el mimo con el que la autora ha creado a los dos protagonistas y sus historias. Tanto Roger como Amy son cercanos y su historia, miedos y preocupaciones son creíbles. Dos personajes que crecen, hablan, conocen gente que los cambian y se acercan uno a otro con mucha tranquilidad y sin momentos forzados (bueno, quizá hay un par algo tensos, pero no chirrían demasiado). No es una novela romántica ni leemos una enorme historia de amor. Una historia de viaje y conocimiento que desemboca en un final abierto completamente lógico. Lo que importa es el viaje... lo que pasa en Itaca es otra historia.

Una novela muy interesante, agradable y con buenos diálogos y música. No lo esperaba... lástima de subtítulo, quizá sin él la habría leído antes.


Otras opiniones
Perdida en un mundo de libros
Adicción literaria
Lo que quiera leer hoy

El club de los corazones solitarios, Elizabeth Eulberg, Alfaguara

Una suerte de Lisístrata en el instituto. Penny Lane monta un club. Nada de salir con chicos. Nada de perder el tiempo contentando a los chicos. Y lo que era un pequeño rebote se escapa de las manos cuando se convierte en una revolución.

El club de los corazones solitarios es una inofensiva comedia de instituto con más voluntad que gracia. O por lo menos yo no he acabado de vérsela. Pese a que el punto de arranque tiene su interés, creo que la forma que le da la autora hace que no acabe de sacarse todo el jugo a lo propuesto quedándose en la superficie. Tanto en el tratamiento de los personajes o la historia, la novela no profundiza y me da la sensación de quedarse en el chiste, en la broma y, en algún momento, en la caricatura (el personaje de Tracy y su lista de chicos...). Los personajes se mueven entre estereotipos y creo que tienen una fuerte dependencia del imaginario de la comedia estudiantil cinematográfica (escenas como la del concierto, en una película queda bien. En este novela, tal como queda explicada, resulta pobre).

Pero como ese tipo de cine, se deja leer, tiene un par de momento divertidos y mata una tarde tonta. No hay perdirle mucho ni ser muy exigente. La verdad es que Gimme a call explica lo mismo y es más divertida. Y se agradece una novela que no lo apuesta todo al amor o al romance, aunque estos términos sean el centro.


Otras opiniones
Nanny books
Noche de palabras
Paperblog

"El alquimista" de Paulo Coelho, "A de amor" de David Levithan, "La gente feliz lee y toma café" de Agnès Martin-Lugand

Hoy toca tres mini reseñas (así adelantamos lecturas del reto).
Estas novelas tampoco merecen mucho más.

El alquimista, Paulo Coelho, Planeta
L'alquimista, Paulo Coelho, Proa

No os podéis imaginar la profunda pereza que me daba la lectura de la archifamosa novela de Paulo Coelho. Ha sido un libro que pese a tenerlo desde el principio del reto, iba retrasando. Esta semana no podía retrasarlo más. Un café cargado y dos horas por delante. Y si su lectura me provocaba tedio y pereza, su reseña no os lo podéis ni imaginar.

Primero de todo dejar claro que creo que las valoraciones que de forma habitual hacemos para otras novelas no pueden aplicarse en este caso. Conceptos como ritmo, estilo, profundidad de historia o personajes no pueden aplicarse en el caso de El Alquimista. Coelho nos presenta una historia de "ideas", de mensaje y todos los elementos de los que se sirve solo están para vendernos unas ideas, una filosofía, un mensaje con algo de afan didáctico y mucho de gran verdad. No existe un mínimo de complejidad en los personajes, por ejemplo. Son tipos, títeres que solo están como vehículo para el viaje espiritual del protagonista y para presentar la idea de la vida, el universo, la espiritualidad y el amor que tiene el autor. Una fábula sin ningún tipo de valor literario que se alarga demasiado, repite hasta la saciedad las mismas ideas y apuesta por la obviedad y el cliché (el niño interior, lo que importa es el viaje, no el destino, creer en uno mismo para conseguir los sueños, etc.). Amén de ser terriblemente aburrido, tener un estilo inexistente y pese a su brevedad, tener una sobreabundancia de páginas que no vienen a nada más que a repetir lo que nos han explicado hace poco.

Eliminado, pues, cualquier tipo de placer literario queda el mensaje y, la verdad, a mí estas fábulas espirituales construidas en mensajes manidos y obvios no me gustan. Cuatro soluciones fáciles, cuatro clichés de autoayuda donde se nos dice que somos especiales y que las fuerzas del universo conspiran para hacernos felices. Un mensaje de fuerte contenido religioso y donde los hombres buscan, y las mujeres esperan.

Borges en el cuento original explica exactamente lo mismo, mucho mejor y en solo una página.

A de amor, David Levithan, Grijalbo
A d'amor, David Lecithan, Ara Llibres

De este autor conocía una de sus novelas juveniles, la muy recomendable y simpática Cuaderno para dos que coescribió con Rachel Cohn. Así que cuando propusieron este A de amor pensé que sería interesante ver alguna otra faceta de David Levithan.

Y sí, interesante ha sido. Una historia de amor cotidiana y sin nada especial, pero explicada de una forma diferente... una especie de diario del protagonista estructurado como un alfabeto donde va puntuando, reflexionando, callando los detalles de su historia de amor por medio de definiciones.

Interesante, sí, pero en mi opinión fallido ya que no consiguió que me interesara por los protagonistas, por su historia o problemas. Grandes vacíos de información, saltos temporales, muchos silencios, medias palabras que obligan al lector a completar la historia... todo esto es muy interesante y resulta un reto ir añadiendo los detalles, poniendo voz a todo lo que callan los protagonistas. Pero en mi caso ha sido bastante frustrante porque en ningún momento he hecho míos a los protagonistas o su historia. Hay una evidente falta de desarrollo en su historia, una mayor profundidad en el análisis de sus sentimientos, miedos, enfados y pasión.

Y no podía dejar de pensar que por momentos se quedaba más en la frase ingeniosa que en el desarrollo de una historia. Un experimento interesante que no lleva más de hora y media de lectura, pero que en mi opinión se queda a medio camino.

La gente feliz lee y toma café, Agnès Martin-Lugand, Alfaguara

Lo mejor que se puede decir de esta novela es que es corta. Uno empieza a leerla sin mucho entusiasmo y a las dos horas ya está acabada y en proceso de olvido. Rápida, breve, sin complicaciones, sin estilo, sin personajes y con una historia que es puro planteamiento olvidando que toda novela tiene que explicar algo, por mínimo que sea. Y esta, que en principio es una historia de superación, se queda en repetir, en alargar y en su tramo final, en correr.

Diane pierde a su marido y a su hija en un accidente de coche. Deprimida, se da una última oportunidad y se va a vivir a un pueblo de Irlanda donde la gente es maja, sonríe siempre, los perros son super cariñosos y los vecinos están mazo que te peinas aunque tengan un carácter de mierda.

La novela está vertebrada en tres fuertes pilares.
- La ausencia de cualquier tipo de estilo literario. Frases cortas, ausencia de descripciones, vocabulario limitado. La nada absoluta. Páginas donde no pasa nada, repetición de las mismas escenas para explicar exactamente lo mismo, atropellamiento en su recta final para acabar cerrar una historia que no existe...
- Nada mejor para crear una historia que moverse entre clichés. A saber, el macho alfa atormentado, el mejor amigo gay promiscuo y muy divertido, la amiga guapísima y alocada, la mala guapísima y arpia, el perro simpático y juguetón, el encantador pueblecito donde todos son majos en contraposición con la ciudad donde todo el mundo anda enfurruñado, etcétera.
- Un argumento inconsistente y banal plagado de todos los lugares comunes de la peor literatura romántica que no quiere pasar por tal. La gente feliz lee y toma café es una novela romántica, pero que intenta no parecerlo camuflándose en una novela de superación. La tensión sexual, las primeras peleas que ocultan una atracción, la aparición de la arpía, el encuentro de dos personas heridas... Al menos, honestidad.

La gente feliz lee y toma café es una novela superficial, aburrida, tópica, inconsistente, contradictoria y con personajes que se contradicen y un final ridículo en su intento de dejar al lector con una sensación agridulce.

Al menos es corta.

Por cierto, el título hace referencia a un café literario donde trabaja la protagonista. Aparece al principio y al final y no pinta mucho.

"Sombra y hueso" de Leigh Bardugo

Sombra y hueso, Leigh Bardugo, Hidra editorial

Entramos en la recta final del reto que me tiene hipotecado desde hace unos meses. ¡Ya me quedan menos de veinticuatro reseñas! Y hoy nos vamos con una novela de aventuras y fantasía de ambientación e imaginario ruso bastante entretenida y resultona pese a estar edificada sobre lo que todos ya conocemos.

El resumen argumental está tomado de la página web de la editorial que ya sabéis que para esto de los resúmenes soy muy perezoso.

Alina Starkov no espera mucho de la vida. Se quedó huerfana después de la guerra y lo único que tiene en el mundo es a su amigo Mal. A raíz de un ataque que recibe Mal al entrar en la Sombra, una oscuridad antinatural repleta de monstruos que ha aislado el país, Alina revela un poder latente que ni ella misma sabía que tenía. Tras ese episodio, Alina es conducida a la fuerza hasta la corte para ser entrenada como un miebro de los Grisha, un grupo de magos de élite comandado por un individuo misterioso que se hace llamar El Oscuro.

Buena novela de aventuras y fantasía. Muy entretenida, ágil (sobre todo en su segunda parte). Un buen pasa páginas construido sobre todos los motivos (aunque está llegando un punto que casi se están convirtiendo en clichés) a los que nos hemos acostumbrado (y algunos aborrecidos) estos últimos años. A saber.

- Chica discreta que no es nada ni nadie hasta que se descubre poseedora de un don que la convierte en alguien especial.
- Triángulo amoroso que bascula entre el chico majo y el chico malo.
- Por supuesto, a ella nunca la habían querido y nadie se había enamorado de ella.
- La total falta de experiencia en lides amorosas de ella que contrasta con la amplia experiencia del elemento masculino.
- Afirmación de la valía de ella como individuo siempre que pase por previa afirmación del elemento que la rodea.
- Escuela de magia que en ocasiones se parece demasiado a un instituto.
- Otros etcéteras que ya podéis imaginar.

Por estas cositas mi lectura se resintió. Me produjo la molesta sensación de que la autora se había limitado a repetir un esquema ya preconcebido añadiendo su propio marco y algunos diálogos. No existe ningún factor sorpresa en su desarrollo y me dejó un regusto a libro que tiraba de formula que no me pude quitar en toda su lectura.

Por suerte la novela tiene una brillante ambientación de inspiración rusa, un buen ritmo narrativo y la suficiente habilidad para que aunque la estructura sea la de siempre, la novela funcione bien y se convierta en un más que correcto pasa páginas. La autora consigue que los personajes sean algo más que arquetipos e intenta dotarlos de suficientes claroscuros como para que el lector se interese por ellos y los haga suyos (aunque el continuo lamento de "florecilla del campo" de la protagonista moleste y consiga que su evolución como personaje vaya a trompicones).

Además, tiene una sesenta páginas finales muy buenas donde los personajes se dejan de tonterías y se lanzan a fondo en desarrollarse ellos y la trama; un estallido de acción que sirve de vehículo para hacer que los personajes y el argumento se desarrollen y expandan hasta un más que correcto final que cierra tramas y abre otras nuevas consiguiendo eso tan difícil de que al lector no se le queda cara de imbécil.

Sombra y hueso me ha parecido una novela correcta y entretenida. Ni me ha sorprendido ni me ha entusiasmado, pero me ha proporcionado un par de tardes muy entretenidas.

Otras opiniones
Rapsodia literaria
Generación reader
La danza de las letras

Esas cosas que pasan en la librería que tanta gracia os hacen...

Y con esta entrada cumplo el primero de los dos castigos que me han impuesto los lectores de este blog por no acabarme Me enamoré mientras dormía. Id pensando más porque no encuentro por ninguna parte la novela Infinity y no sé si podré leerla...

Espero que quede bien. Es mi primera vez y estoy nervioso...

Temporada de Navidad. Junto con Sant Jordi y la odiosa temporada de libros de texto los momentos más duros de la vida de un librero. Donde en un instante, un librero simpático, medianamente atractivo, con importantes taras sociales, pero que gana mucho en petit comité pasa de esto


a esto


Y es que en general los días son movidos, pero paradojicamente, tranquilos. Gente que viene, que habla, que compra, pregunta y se deja aconsejar. Pero pasan cosas... pasan cosas... siempre pasan cosas...

Llaman al teléfono.
Le tengo pánico al teléfono.
- Llibreria Aqualata, diga.
- Hola, mira, hará cosa de un mes compré un libro para un módulo que iba a hacer y ya no lo hago y quería saber si me cambiaríais el libro.
- Bueno, en principio los libros de texto no los cambiamos.
- Pero, mira, te explico. Es que yo iba a hacer el módulo, pero yo trabajo y al final no podré hacerlo y, claro, ahora tengo un libro que no voy a utilizar. Si no he ido a clase ni nada porque yo trabajo.
- Los libros de texto no los cambiamos, pero pasa por aquí y vemos qué se puede hacer. ¿El libro está bien?
- ¿Qué quieres decir?
- Si está en buen estado.
- Mira, te explico. Es que yo iba a hacer un módulo y entonces, claro, como iba a hacerlo pues forré el libro y le puse el nombre...
- Entonces no te lo puedo cambiar.
- No, escucha, es que ahora no voy a hacer el módulo y por eso quiero cambiar el libro porque si no voy a hacerlo, ¿para qué tener el libro?
- Ya, pero si el libro tiene el nombre puesto y está forrado no podemos aceptar el cambio.
- Pero el nombre se quita con tipex y le quité el forro.
- Ya, pero...
- Lo que pasa es que al quitar el forro se rompió la tapa. Tiene una raja.
- Está roto, entonces.
- Sí, pero ya no tiene forro.
- Si el libro está roto no te lo puedo cambiar.
- Ya, pero es que ya no hago el módulo. Como trabajo pues no puedo hacerlo.
- Sí, ya, no haces el módulo, pero el libro está roto.
- Sí.
- No te lo puedo cambiar.
- ¿Por qué?
- Porque está roto.
- Pero si ya no hago el módulo.
- Pero el libro está roto.
- Claro, al quitarle el forro se rompió, pero es que ya no hago el módulo.
- Sí, pero no te puedo cambiar el libro.
- ¿Por qué?
- Porque lo has roto.
- Claro, al quitarle el forro.
- Y por eso no te lo puedo cambiar.
- Pero es que no hago el módulo.
- Sí, pero has roto el libro. Y si lo has roto, no hay devolución.
- No entiendo por qué no.
- Porque está roto. Es como si te compras unos zapatos, los llevas a casa, no te van bien y antes de cambiarlos les tiras un café encima. No te los cambiaran.
- Sí, claro, pero no me vas a comparar unos zapatos con un libro.
- Lo siento, pero no lo cambiamos.
- Es que no lo entiendo.
- Porque el libro tiene la tapa rota.
- Se rompió al quitarle el forro, pero te explico. Yo iba a hacer un módulo...


***

- Eh, oye, chico.
- Sí, un momento.
- Sí, tú, el gordaco de las gafas, ¿qué precio tiene este libro?


***

- ¿Y cuentos clásicos para niños de tres años, tenéis?
- Sí, mira, están por aquí.
- Había una colección que tenía texturas que le gusta mucho.
- Debe ser esta.
- Sí, esta. ¿Solo tenéis estos títulos?
- Ahora mismo sí.
- Es que casi todos ya los tiene.
- El de Ricitos de oro es gracioso.
- Es para un niño.
- Bueno, da igual, ¿no? Los cuentos no tienen sexo.
- Ya, pero es para un niño. No le voy a leer un cuento a un niño donde el protagonista sea una niña. A mi hijo no le he leído ni le leeré Blancanieves o La Cenicienta porque, claro, que va a pensar. Es como si a una niña le leyeras Los tres cerditos. Es ridículo.


***

Conversación oída. Un tipo que se creía interesante alardeaba de profundos conocimientos literarios para impresionar a su acompañante. Se detiene ante la sección de cómics y toma en sus manos From Hell de Alan Moore y Eddie Campbell.
- ... es como esto. Los cómics. Que leer cómics está bien, pero, claro, no puedes tomartelos en serio. Leer cómics es... no sé... como leer 50 sombras de Grey. Para pasar el rato están bien, pero los que se los toman en serio no son verdaderos lectores. Se han quedado a medio camino.


***

- Oye, nene.
- Diga.
- ¿Los libros que tenéis en el escaparate son de dar o de vender?
- De vender.
- ¿Los vendéis?
- Sí.
- ¡Pero si ya los ha visto todo el mundo!


***

- ¿Tenéis velas?
- No.
- Como es una librería he pensado que tendríais velas.
- Pues no.
- Para regalar con el libro.
- No tenemos.
- Es que había pensado regalar un libro con la vela.
- Ya.
- Pero si no tenéis velas.
- Pues no.
- ¿Ahora qué puedo regalar?
- Puede regalar un libro.
- Pero sin la vela no es lo mismo.
- Es lo que hay.
- Pues ya me has fastidiado el regalo.


***

- Perdona, para una chica de quince años, ¿qué me puedes recomendar? ¿Blue Jeans, Moccia, Espinosa o con quince años ya puede leer algo de Coehlo?


***

Entra un representante.
- ¿Qué? ¿Hablamos un poco de Sant Jordi?


Sale un representante.

***

- Perdona, ¿tenéis el libro que le vi una vez a una chica?
- No sé, ¿sabes algo más?
- Sí, follaban.


***

Y el momento más triste de las navidades fue cuando entró una de las clientes habituales. Joven lectora voraz que he visto crecer, que nos recomendamos mutuamente libros y pasamos minutos muertos hablando de libros, la vida, el universo y todo.
- Vengo a despedirme.
- ¿Y eso?
- Dicen mis padres que leo demasiado y me han prohibido comprarme más libro.
- ¿Cómo?
- Que si quiero leer, tengo un ordenado bien grande y que me los baje, pero que ellos no se gastan más dinero en chorradas de estas. Que ya he leído bastante.


Y a los padres.


PD. Ya está. Fin. Hecha la entrada con gifs. No sé si haré más. Esto da mucho trabajo.

"Me enamoré mientras dormía" de Moruena Estríngana. No es una reseña

Me enamoré mientras dormía, Moruena Estríngana, NowEvolution

Seré breve, pero antes algunas consideraciones.

Esto no será una reseña.

Será un comentario donde me referiré únicamente a las ochenta primeras páginas del libro. ¿Por qué? Porque es lo que he podido leer de esta novela antes de sentir un derrame cerebral. Pensando en cómo enfocar lo que será un comentario muy breve, se me ocurrió reflejar mi reacción al leer esto con un gif (¿se dicen así?). No lo he hecho por dos motivos básicos:
1. No sé cómo se ponen gifs y me da pereza buscar un tutorial que me enseñe.
2. Podía herir la sensibilidad de algunos de los lectores.

El gif que quería poner se corresponde a un momento de la famosa película de David Cronenberg, Scanners (1981). En ella se puede ver como a un hombre le revienta la cabeza convirtiendo su entorno en una apoteosis de carne, sangre y masa cerebral. Es un gran momento de la película y un resumen muy acertado de mis sensaciones al leer las primeras página de esta cosa escrita por Moruena Estríngana.

Aunque no me resisto a poner la versión Lego de la escena.

La segunda consideración es que no he acabado de leer este libro (me resisto a llamarlo novela) y, por tanto, el reto no se ha cumplido ya que me comprometo a leer las obras escogidas de la primera a la última página por muy doloroso que sea. Lo admito y acepto el castigo que los lectores de este blog consideren que merezco.

¿De qué va esta novela? Haidée está en coma y la mar de feliz con un mazas en un lugar maravilloso, pero se despierta, lo olvida todo y tiene que volver a su vida. Es guapa, rica, modesta, inteligente, llena de recursos, con una familia que no la entiende, una madrastra perrísima, un padre ausente y buenos amigos. El coma viene de un tiro mal dado que le pegó una noche un ladrón. Ah, sí, conoce a un chico supermisterioso y malvadota (¡estuvo en la cárcel y todo) cuando regresa al instituto y del que se enamora antes de acabar el primer pestañeo que cruzan. Y entre "no me conviene, pero que bueno que está" va pasando los días hasta que empieza a sospechar que ladrón a lo mejor no hubo ninguno y fuerzas ocultas son las que conspiraron para meterle un tiro en la cabeza. A parte del lector, quiero decir.

No entraré en valoraciones de argumento (que hasta el punto que leí era un puro cliché), ni de personajes (cuya caracterización resulta totalmente inexistente) porque no he leído el libro en su totalidad (aunque puedo imaginar por donde van los tiros... upsi, perdona Haidée), pero sí puedo explicar porque abandoné su lectura con dolor de cabeza y bastante cabreado: está mal escrito. En Me enamoré mientras dormía hay un desconocimiento total de las normas básicas de gramática, puntuación, ortografía y sintaxis. Frases mal construidas, mal puntuadas, con faltas de ortografía y con un uso incorrecto de conectores, referentes o de los mecanismos básicos con los que se construye un discurso. Ya no uno literario, si no un simple discurso donde un predicado siga a un sujeto y dos frases estén conectadas de una forma correcta.

Esto provoca que la lectura sea algo caótico, pesado y laborioso donde el lector tiene que ir ayudando a la narración a encontrar su sentido, a volver atrás en la lectura para saber a qué se refería o a soportar frases mal construidas que con una simple subordinaba se arreglaban. Al leer este libro solo podía preguntarme si ha habido un trabajo de corrección con el texto. ¿Ha habido algún tipo de edición? ¿Cómo ha podido llegar este libro tal como está a la venta? ¿Alguien ha hecho su trabajo? Un ejemplo.

Observo su cara libre del casco. Su mirada oscura es intensa y penetrante. Sus rasgos son marcados, endurecidos y bellos, muy bellos pues pese a la dureza de sus gestos, no puedo ignorar su belleza, es realmente atractivo y mi corazón no ha dejado de latir desde que mis ojos lo recorrieron.

 ¿De verdad nadie detecto que ese párrafo tal como está no funciona? Y dejando a un lado lo absurdo que es destacar que al mirar a alguien el corazón no deje de latir. Felicidades Haidée, estás viva.

Pobre vocabulario, mal uso de conectores, puntuación caótica, repetición continua de información (a veces en el mismo párrafo), situaciones forzadas que se cargan cualquier lógica del relato y un buen número de etcéteras que no mencionaré y que, sinceramente, se podrían solucionar con una corrección exhaustiva del texto, unos buenos lectores ceros que indicaran a la autora lo que no funciona y un trabajo serio de edición por parte de la editorial. 

Y es por este motivo que o he podido acabar la lectura de Me enamoré mientras dormía. Son más de cuatrocientas páginas de puro caos (avancé páginas para constatar de que sí, todo seguía igual) que no estaba dispuesta a soportar. Así que, abandono la lectura plenamente consciente de estar incumpliendo el reto. Si hay correctivo por parte de los lectores, lo aceptaré. Pero sed bondadosos, ya he sufrido bastante.

Otras opiniones

La típica y breve entrada de reflexión que toca por estas fechas

¿Las fiestas?
Cansadas.
¿El ánimo?
Bastante harto.
¿Por qué?
Los cambios de ritmo, las comidas, trabajar un día, al otro fiesta, vuelta a trabajar, festivos, el hilo musical de las tiendas (en serio, creo que debe haber un círculo del infierno dedicado solo a coros infantiles de villancicos), el frío, el puto frío de los cojones, las colas en la librería, los encargos que no llegan, los que llegan, pero no vienen a recoger, las señoras mayores que presentan una queja por no ponerles una horrorosa etiqueta, las que chillan sin motivo, los que buscan un libro de "gente rara y culturas extrañas", los que buscan "uno que sale un chico y una chica y creo que se enamoran" o "me parece que salía la palabra sueño en la portada o no, que no me acuerdo muy bien", o aquel que buscaba un libro que vio en un sueño y no está seguro de si existe y del que me alejé poco a poco, muy poco a poco. Cansado, algo desmotivado y con el frío, el puto frío, metido en el cuerpo y que sé que no me abandonará hasta mediados de marzo.

¿Y el blog?
Aguantando. De momento algo hipotecado con el reto, pero bastante tranquilo. Me quedan unas veinte lecturas y ya estoy viendo la luz al final del túnel. Ahora mismo me considero de vacaciones lectoras y estoy inmerso en Guerra y paz con una enorme sensación de paz y disfrutando de cada una de las páginas. Es una obra de arte, un bálsamo para el espíritu, un libro infinito que hay que degustar con tranquilidad y sin prisas. Se tarde lo que se tarde. Lo necesitaba, la verdad.

No, en serio, ¿y el blog?
Bien, de verdad. Vale que este año ha estado en una crisis profunda y al borde del cierre, pero se ha superado. Fueron un par de meses donde no le acababa de ver el sentido a mantener esta ventana y al ir colgando reseñas u opiniones más o menos interesantes de los libros que leo. Una mezcla de mucho trabajo, poco sueño, absurdas polémicas que crisparon el ambiente en las (pocas) redes sociales en las que me muevo, bastantes mails llenos de insultos y amenazas por nombrar en vano los nombres de Travis y Patch, una serie de malas lecturas que me acabaron por abotargar el cerebro y etcéteras. Llegó un día que decidí, entre caja de reposición y deprimente servicio de novedad de Planeta, que había llegado el momento  de cerrar el blog y dedicarme a otra cosa.  Al coleccionismo de disfraces de mamuts, por ejemplo.

¿Y por qué no lo hiciste?
Sonará peloteo, pero fue por los lectores. Por la gran mayoría de la gente que entra en este blog, lee las tontás que escribo, se ríe, sonríe o piensa que soy un gilipollas, los que dejan un comentario y los que no y... Tengo mucha suerte de tenerlos. De teneros, vamos. Sin peloteo ni sentimentalismos. Porque los comentarios que tengo están llenos de contenido, de ideas, de humor y de ganas de compartir. Personas que han entendido el juego de este blog y participan, juegan y se ríen. Porque verán algo en este blog (y no acabo de entender qué) que les motiva a participar, a escribir largas parrafadas, a querer compartir ideas, emociones y anécdotas. Y es por todo esto por lo que no cerré el blog ese día y empezó el "Qué leo, qué reseño III" y han empezado a fluir ideas para próximas novedades (la novela definitiva sobre el amor prohibido, por ejemplo), cartas de Claudia diciendo que vuelve a la carga, secciones de preguntas y dudas, misterios, secretos, hijos ilegítimos, erotismo y acetite de coche en bañeras de plástico, nazis comunistas, viajes temporales, cefalópodos con sombreros graciosos y libros, sí.

Vamos, que el blog sigue abierto, por lo menos un años más. Un abrazo.
Estáis todos invitados.


Mis slashers favoritos. Parte 1

Empiezo una de esas entradas por secciones que no acabaré nunca, pero que tanto me divierten. Slasher. Ese denostado (con razón la mayor ...