"Cabal" de Clive Barker

Cabal, Clive Barker, Factoria de Ideas, 2010 (edición original en 1988)

Cabal ha supuesto una pequeña decepción. No es que tuviera grandes expectativas ante la novela, pero si esperaba encontrar algo más en ella. Sobre todo si pensamos que me encontraba ante una pequeña novela de culto y ante uno de los autores de literatura de terror de los que más he oído hablar y uno de los más prestigiosos. También de los más discutidos, porque por lo que he ido oyendo y leyendo en todos estos años, o lo amas o lo odias. Con la lectura que he hecho he encontrado otro camino, de momento, y a la espera de más novelas, Barker me ha dejado indiferente.

Adjetivos como perturbadora, transgresora, perversa, monstruosa se utilizan para hablar de Cabal, y, la verdad, a lo mejor en el momento de su publicación sí, pero a estar alturas lo que era un relato terrorífico se ha quedado en una historia de aventuras entretenida, y a veces ni eso.

¿De qué va Cabal? Adam Boone sufre unas horribles pesadillas donde se ve cometiendo los más atroces crímenes. En las sesiones que tiene con su psicólogo el doctor Decker llegan a la horrible conclusión que esas pesadillas son ciertas y que los crímenes son reales. Asqueado por su condición de asesino, Adam Boone huye de la ciudad dejando su vida, su relación con Linda en pos de un mito, la ciudad de Midian. Una ciudad que acoje con los brazos abiertos a los monstruos.

Y aquí dejo el argumento porque una de las gracias de esta novela es ir desvelando los secretos y misterios. Y las sorpresas.

La novela empieza bien. La ciudad de Midian, el personaje de Cara de Botón (aunque no deja de ser algo que hemos leído y visto una y otra vez antes y después de la novela) y esa idea que recorre toda la historia de "aceptar al monstruo interior" me gustaron en su inicio, pero creo que la novela pierde fuelle en su recorrido. Es como si Barker no aprovechase del todo el potencial de su historia y se quedara a medio gas acabando como una novela de aventuras oscuras más que miedo no da, inquietud bien poca y que en ocasiones me pareció incluso ridículo.

Barker es brillante para la imagen, para el cuerpo deformado, para la creación del imaginario (la misma ciudad de Midian y su mitología podía dar para mucho más... es un mundo de posibilidades infinitas), para la reformulación brillante y original del mito del zombi otorgando nuevas dimensiones y lecturas. Supongo que por eso toda la mitología de los Engendros de la Noche es tan popular y continúa vivo más de veinte años después de su creación. Porque Barker tiene el impulso original y brillante, la fuerza para la creación del mito. Lástima que su resolución sea tan insatisfactoria.

Eso sí, tiene una buena y poderosa historia de amor. El personaje más interesante es Lori, la novia de Boone. Una chica que hará todo lo que sea necesario para estar junto al hombre que ama. Enfrentarse a la muerte y a algo mucho peor. Y renunciar por conseguir. Porque Cabal, en el fondo, más que una historia sobre el mito, o sobre la muerte, o sobre la carne, o sobre el monstruo, es una poderosa historia de amor. Lo mejor, sin duda, de esta novela.

Cabal
es una lectura entretenida y para los interesados en el horror contemporáneo es interesante. No me aburrí en su lectura aunque todo me sonaba a leído (he leído libros mucho más perturbadores, sangrientos y bestias que éste y no enclavados en el género de terror), pero me pareció que la novela ha envejecido mal. En el sentido que su concepción del mal o del monstruo está superada tanto en la ficción y, sobre todo, en la realidad.

"La elegida de la muerte. Öiyya" de Virginia Pérez de la Puente

La elegida de la muerte. Öiyya de Virginia Pérez de la Puente, Ediciones B, 2010

Una novela que empieza con una bella mercenaria pateándole la cabeza a un cadáver y alegrándose de verlo muerto establece un pacto con el lector y le hace una promesa: que se va a encontrar con una novela diferente, adulta y muy divertida. Y si esa misma novela presenta en el siguiente capítulo a la misma bella mercenaria pateando la cabeza de una niña de diez años que antes de morir le ha marcado en la frente un tatuaje, la diversión ya está asegurada y se ha ganado el corazoncito del lector.

Y La elegida de la muerte. Öiyya (a la que llamaremos simplemente Öiyya para ahorrarme tecleos, llamadme vago) cumple con creces esta promesa de dar al lector una aventura de fantasía épica adulta, entretenida y muy divertida.

¿Qué de qué va Öiyya? Issi es una dura y hermosa mercenaria (de la que se dice que tiene las mejores tetas de todo el continente) a la que que le cuesta encontrar trabajo por ser mujer. Asqueada por esto recorre el escenario de una batalla recién concluida y pasea entre los cadáveres que se están descomponiendo. Entre ellos encuentra a una niña de diez años agonizando. Cuando se acerca a socorrerla, o por lo menos a acompañarla en su viaje a la otra orilla, la niña le toca la frente y pronuncia una única palabra Öi. En ese momento, a Issi le estalla un universo dentro de la mente. Cuando recupera la consciencia descubre que en la frente tiene un tatuaje que la identifica como la Öiyya, la elegida de la Muerte a quien la tradición la define como demonio. A la vez dos reinos están en guerra, otros dos esperan a ver qué pasa entre estos dos reínos y los cuatro están plagados de conspiradores, puñaladas traperas y trampas.

Así que es por medio de dos acciones paralelas (que se encontrarán de forma tangencial en un par de momentos de la historia) que Virginia Pérez de la Puente (a la que llamaremos Virginia para ahorrarnos palabras) construye su historia. Corre el riesgo de la dispersión o que una de las historias tapara a la otra, pero resuelve la papeleta con acierto y facilidad. Ambas acciones se complementan, se ayudan y conforman una unidad para un fin mayor: la presentación en sociedad del continente de Ridia, verdadero protagonista de esta novela.

La novela se estructura en una serie de capítulos cortos desde su mismo inicio lo que provoca que en pocas páginas el lector reciba una cantidad enorme de información (lugares, relaciones, personajes, historia, intrigas, etc.) que si no se está atento y no se hace una lectura cariñosa y atenta puede aturullar. Es una opción delicada en beneficio de la rapidez lectora. Reconozco que ni me perdí, ni me sentí avasallado. Creo que Virginia opta por tratar al lector de tú a tú y confía que sea lo suficientemente avispado para seguir todo ese caudal de información. Igual las descripciones, las justas y adecuadas para crear la impresión del entorno y dar la información de la historia y costumbres del continente. No creo que halla descripciones demasiado largas ni pesadas. Al contrario, lo que predomina es la acción rápida y directa. Cuando Virginia describe es porque creo que es necesario para la novela en ese punto.

Lo que se debe advertir es que si alguien espera una novela de acción pura y dura, de las que se conoce como "patada a la puerta y mata al monstruo" se llevará un chasco con Öiyya. Ésta es una novela más de intrigas y de tensión que de te saco la espada y me cargo a medio ejercito. Es curioso ver como Issi desenfunda realmente muy poco la espada y, aunque los personajes se ven envueltos en peleas, son pocas las escenas de acción. Eso sí, las batallas que aparecen y, sobre todo, sus resultados están bien descritos y son realmente violentos. En verdad, existen un par de momentos de gran violencia donde la sangre brilla en todo su esplendor y donde Virginia no se corta. Porque, claro, que te claven un chuchillo duele, pero que con él hagan otras cosas que no adelanto duele mucho mas.

Y en una novela sustentada sobre la intriga, la huída y el diálogo la caracterización de los personajes es crucial. Y en este aspecto, Öiyya lo consigue. Casi. Me explico. Los protagonistas de esta novela están bien construidos y son realistas en sus acciones y pensamientos. Issi es una mercenaria malhablada y dura que arrastra una profunda herida (lo que marca alguna de sus decisiones y un más que clarmoroso error). Keyen es un carroñero y amigo de siempre de Issi (y con quien vivira una historia de amor adulta y sin esas tonterías de miraditas o dobles sentidos... cuando se encuentran es para entregarse en todo). La fascinante bruja Tije, el soldado Nern (que en su primera aparición parece uno de esos guardias prescindibles de todas las novelas épicas y contra pronóstico se convierte en fundamental), o el rey Adelfried (posiblemente el personaje donde se comprueba la enorme influencia que la obra de George R.R. Martin ha tenido sobre Virgina) son personajes bien trabados, vivos, realistas y creibles. Eso marca una contraposición con una serie de secundarios que aparecen más desdibujados, levemente apuntados en la novela y, en algún caso, no dejan de ser cais meros esbozos o caricaturas. Quizá esto se deba a la decisión de no alargar una historia ya larga (hablamos de 556 páginas), pero resulta una lástima.

Y lo mejor para el final. La historia es autoconclusiva. Pese a que creo que la intención de Virginia es seguir explorando el mundo de Ridia, si un lector decide quedarse aquí, pues aquí se queda. Vamos, que la historia de Issi se cierra bien cerrada y no nos encontramos con un capítulo final de ella con un cuchillo en el costado o una amenaza de muerte o una invasión extraterrestre en el último minuto. Y eso se agradece mucho en un mundo mal acostumbrado a trilogías, pentalogías, septalogías y infinitilogías.

Reasumiendo, que me ha gustado, divertido, entretenido, angustiado y todo lo que se le puede pedir a una novela de fantasía épica de aventuras. Lo único que se le puede pedir para un posterior libro, es el acompañamiento de unas ilustraciones para poder comprobar si de verdad Issi tiene esas tetas tan bonitas de las que tanto le gusta hablar a Keyen.

"Taibhse" de Carolina Lozano

Taibhse, Carolina Lozano, ed. Edebe, 2009 (edición en castellano y catalán)

Esta novela la leí hará unos tres o cuatro meses y desde entonces la llevo en la cabeza con la intención de hacerle una reseña. Cuando pienso en cómo enfocarla, siempre me asalta las mismas dudas. Porque es una novela que me gustó, pero no. Era lo que esperaba, pero no. Me dejo una sensación satisfecha, pero a la vez me dejó con hambre. Intentaré aclarara esto.

¿De qué va Taibhse? Lia es una joven de Barcelona que está estudiando en Escocia. Tiene sus buenas amigas y un posible novio y todo parece ir bien. Gracias a su aplicación en los estudios, se hace la encargada de la impresionante biblioteca de la universidad. Un día conoce a Alástair, un chico bien parecido, pero callado con el que empieza a hablar y a fantasear. Poco tiempo después descubre que él es un fantasma, que Edimburgo es una ciudad repleta de fantasmas y que ella ha sido bendencida (o maldecida) con la habilidad de poder verlos y comunicarse con ellos. A partir de aquí Lia descubrirá otra ciudad y se dará cuenta de que la vida no acaba necesariamente con la muerte.

La palabra "taibhse" significa aparición. Y eso es lo que nos vamos a encontrar en las páginas de la novela de Carolina Lozano. Apariciones. Fantasmas reales que deambulan por Edimburgo y otros producto de la imaginación de la autora. Un montón de fantasmas al servicio de la historia de amor entre Lia y Alástair. Porque de eso principalmente trata esta novela, del primer encuento, del descubrimiento de la naturaleza de Alástair (entre gritos y sustos, lo que es un punto a favor de la autora), del enamoramiento y vencer las dificultades para llevar esa historia a buen término.

Y es esta historia, que esta bien explicada, bien ambientada y bien escrita, pero que no deja de ser la misma historia mil veces leída, la que me produjo esa sensación descrita en el principio. Pese a que lo que lei me gustó, no puedo dejar de pensar en lo que podría haber sido esta historia si Carolina Lozano se hubiera atrevido ir un poco más allá y romper con las convenciones y tópicos que encorsetan el género del "romance juvenil" o "romántica para jóvenes" o literatura para "jóvenes adultos".

Carolina Lozano escribe bien y con gusto. Su recreación de la ciudad de Edimburgo es la adecuada porque introduce al lector en el ambiente de la ciudad sin recrearse y sin agotarnos. Describe lo que tiene que describir y está al servicio de la historia y no al servicio de demostrarnos que ella ha visitado, y mucho, sus calles. Tiene escenas bien ambientadas y conseguidas (la visita a Annie, la aparición de la "mara") que consiguen inquietar al lector y que fueron las que me llevaron a pensar que si Carolina se hubiese lanzado a una novela de terror, de otra forma hablaríamos. Sin embargo, esta novela es una historia de amor y como historia de amor, pues qué quieres que te diga; que es lo de siempre un poco diferente. Y que se abusa.

Me explico. Dejando de lado la visita a Annie y un prometedor, pero demasiado corto y precipitado final, el resto del libro se centra en Lia y Alástair y sus encuentros y desencuentros y las advertencias o extrañezas del resto de personajes (fantasmas y humanos) sobre esta historía. Y, la verdad, no da para tanto. Hubo un momento que pensé que aunque llevaba ciento cincuenta páginas, me daba la impresión de que no había pasado de la cincuenta. Es que la historia no interesa. Lo interesante y lo que motiva al lector a seguir leyendo y acabar la novela es otra cosa, son los fantasmas, es la ciudad y son las escenas que la acercan al terror.

Y creo que por eso la novela no acaba de funcionar. Porque la historia de amor es la de siempre, porque la novela aparece cargada de los tópicos y manierismos de la reciente novela juvenil romántica y no deja que surga la voz propia y personal de Carolina Lozano. Y da rabia porque ella sabe escribir, sabe ambientar y sabe crear la situación emocional. Es como si Carolina no se dejase llevar, no se lanzase al vacío y rompiese con lo que otros ya escriben. Taibhse me ha producido la sensación de que lo que hay, está bien, pero lo que podría haber sido...

Resumiendo, una novela correcta, bien escrita, bien ambientada y con un par de grandes momentos (repito, los que acercan la novela a una verdadera historia de fantasmas para pasar miedo y leer bajo la luz de una linterna) que cae víctima de los tópicos que jalonan la actual novela juvenil, pero que se lee con agrada porque Carolina Lozano sabe escribir. Y cada día mejor.

"La bestia" de Alex Flynn

La bestia, Alex Flinn, ed. Versatil, 2010

¿De qué va La bestia? Pues es la historia ambientada en nuestros días de la Bella y la Bestia desde el punto de vista del monstruo. Así que nos saltamos la parte del argumento porque sólo con esa frase ya sabéis como empieza, como sigue y como acaba.

La verdad, el mito de la bella y la bestia siempre ha sido uno de los que menos me ha gustado. Siempre me ha parecido que no es más que una historia sumamente machista donde dos hombres deciden el futuro de una muchacha, la encierran en una casa y esperan a que ella se calme y se enamore de su captor. Una justificación del encierro de la mujer, de la idoneidad del sindrome de Estocolmo, de "yo se lo que te conviene, nena" y de todos esos psicópatas que encierran a muchachas en sotanos esperando que vean más allá del monstruo que son.

Una vez que he dejado esto claro, vamos a por la novela. Leída de un tirón hace unas semanas. Y me pareció entretenida, fácil de leer, pero difícil de creer. Ya sé que es fantasía, pero la fantasía te la deben vender con un mínimo de credibilidad. Todo el rollo del chat de transformados (¿de dónde viene? ¿quién es esa gente?), el personaje de la bruja, la evolución del protagonista... no sé... había algo en toda ella que me chirriaba y no me dejaba tener una lectura cómoda. Algo fallaba... y al final lo encontré. La novela se asienta en una profunda e irreconciliable contradicción. O, siendo menos generosos, el mensaje que da la novela es profundamente hipócrita.

Me explico. Ya sabéis que la historia es de un chico guapo, pero muy guapo, guapo de narices que sabe que es guapo de narices y que es creído y trata a todo el mundo mal, especialmente a los feos. Un día cabrea a una bruja (fea) y lo castiga a ser un monstruo toda la vida si en los próximos dos años no encuentra a alguien que lo ame por lo que es (la típica historia de la belleza está en el interior). Se muda a un castilo (en este caso a todo un edificio en pleno Brooklyn) y vive encerrado hasta que por azares del destino un tipo le ofrece a su hija como pago por su vida. La hija va al castillo (se la conoce como Bella, aunque en la novela se llama Linda que para algo es una actualización) y vive con el monstruo hasta que se enamoran y en el último minuto rompe la maldición y el monstruo vuelve a ser un principe guapo de narices, pero buena persona. (Halá, al final he explicado el argumento).

Toda la historia se vertebra sobre la idea de que la belleza está en el interior y que hay que ver más allá y todo eso. Casi todos hemos visto la versión Disney de la historia (que es la fuente principal de inspiración de la novela, claro. Si la inspiración hubiese sido la versión de Jean Cocteau o la de Borowczyk otro gallo nos cantaría). Pues bien, esta novela, a pesar de decir continuamente que el personaje principal cambia, que deja de ser superficial y ya no se fija en las personas solo por su físico, en verdad no existe una evolución del protagonista. Al final sigue valorando a las personas exclusivamente por su físico, lo único que ha cambiado es su exigencia. Resumiendo, de sólo querer a tías buenas, ahora se conforma con chicas monas (recordemos que en más de un momento se hace hincapié en que Linda tiene pecas y los dientes algo torcidos). ¿Qué no? A las pruebas me remito con un fragmento de la propia novela.

Antecedentes:

La bestia ya ha secuestrado a Linda y la mantiene encerrada en casa con la ayuda de sus dos complices (la criada, léase tetera y el profesor, léase candelabro). Le da cosas bonitas, le enseña sus rosas y la llena de todo lo mejor esperando ganarse su amor (lo que conseguirá, porque Linda acabará sucumbiendo al lujo y a la posibilidad de huir de la miseria que representa su mierda de barrio y su padre drogadicto). Una noche suben a la buhardilla de edificio y allí encuentran cartas antiguas y un vestido de los años veinte increiblemente bien conservado. La bestia le pida a Linda que se lo pruebe. Ella obedece.

Tenía razón. El vestido le sentaba como si lo hubieran confeccionado especialmente par su cuerpo... su cuerpo. Había dado por supuesto que no era nada del otro mundo porque siempre lo ocultaba bajo sudaderas y tejanos anchos. Pero ahora que el satén y los lazos envolvían cada una de sus curvas, no podía apartar la vista de él (...).
- Deshazte la coleta - dije sin pensarlo. Lindy hizo una mueca pero me obedeció. Se soltó el pelo y este cayó sobre sus hombros como una cascada de fuego. La mirá detenidamente.
- ¡Dios! Qué hermosa que eres, Lindy - dije en un susurr
o.

Primero de todo aplaudir la aparición del tópico de "chica que no se descubre que es guapa hasta que no se quita las gafas y se deshace la coleta" que hizo que soltara una inmensa carcajara. Segundo, nos encontramos ante la escena de la revelación, el momento en el que el protagonista de la comedia romántica se da cuenta de que está enamorado de la chica (en la comedia romántica suele ser cuando el chico ve a la chica arreglada y la chica suele caer cuando ve al chico jugando con un niño). Como podemos leer, se enamora de ella no porque sea sensible, inteligente, tenga personalidad o sus conversaciones sean estimulantes, se enamora de ella cuando ve que es guapa. Cuando ve que la chica mona y desgraciada en la que ha puesto sus esperanzas para romper la maldición y que seguro está tan desesperada que se enamora de cualquier cosa, en verdad es una muchacha guapa con un cuerpo cojonudo.

¿Dónde está su evolución? ¿En pasar de tías buenas a chicas monas como he dicho antes? Cuando acaba la novela y se rompe la maldición, sigue pensando en el físico, sigue viendo a la gente por como viste, solo que ahora a comprendido que los feos también tiene sentimientos. ¿Qué no importa lo que piense la zorra de tu ex de tu nueva novia? ¿De seguir siendo un niño rico crecido en sí mismo? La lectura que yo hago es que el protagonista sigue siendo el mismo cretino gilipollas del principio sabiéndolo disimular mejor.

Los protagonistas de la versión cinematográfica de la novela.
Las diferencias, que ella no tiene los dientes torcidos y que él no tiene pelo (no dejaremos que nos tapen las abdominales y las fans no suspiren)

Con todo lo que he dicho no quiero decir que La bestia sea una mala novela. Repito, es una novela entretenida, agil, fácil y de digestión tranquila. Lo suficientemente cursi sin llegar a tragar demasiada azucar y con algún buen momento de humor. Lo leído es una intepretación muy personal de la historia. La literatura nos permite ese lujo.

Otro mundo 1. La alianza de los tres" de Maxime Chattam

Otro mundo 1. La alianza de los tres, Maxime Chattam, ed. Puck, 2010.
Un altre món 1. Els tres herois, Maxime Chattam, ed. Estrella Polar.

Una de las promesas que más hago, y que más incumplo, es la de no empezar a leer ninguna saga de novelas hasta que no esté toda acabada, publicada y con certificación del juez de que el autor no se le ocurrirá sacar un volument sorpresa porque sí, para exprimir la historia y provocarme un cabreo monumental.

Naturalmente, no incumplo esta promesa porque eso significaría no leer ni literatura juvenil, ni fantástica porque parece que todo está pensando en esas malditas trilogías, cuartetos, pentalogías, etc. ¿Dónde quedaron aquellos tiempos de volúmenes únicos, historias cerradas y a otra cosa mariposa? Así que para incumplir una vez más lo prometido me lleve a casa un par de días este Otro mundo 1. La alianza de los tres, primera parte de una trilogía que según dice la propia publicidad del libro ha arrasado en Francia, un país que curiosamente tiene muy poca tradición en literatura juvenil fantástica (pero lo que tiene hay que valorarlo como la estupenda trilogía de La loba y la niña o las vibrantes aventuras de Toby Lolness).

¿De qué va este Otro mundo 1.? Bueno, digamos que por una extraña tormenta eléctrica el mundo que conocemos desaparece. Para resumir, digamos que es el fin del mundo. Matt y Tobias despiertan un día y los adultos han desaparecido, los coches han desaparecido y la naturaleza se ha adueñado de las ciudades. Ni teléfono, ni internet, ni rádio. Sólo silencio en las calles, otros adolescentes y... bueno, unos mutantes y unos adultos bastante cabrones que no pondrán las cosas fáciles a los pocos supervivientes que intentarán volver a construir algo parecido a una sociedad. Ah, y naturalmente Matt descubrirá que una fuerza extraña le busca y que es una especie de elegido para un destino mayor.

Ante todo decir que la lectura de Otro mundo me ha sorprendido muy gratamente. Vamos, que pasé un par de tardes estupendas con la lectura de las aventuras de Matt, Tobías, Ámbar, los glotones y los cinikos. Es una novela bien escrita, bien estructurada, muy entretenida, llena de acción, de aventuras, de humor y de sorpresas. Me leeré las dos siguientes entregas y sé que las disfrutaré. Eso sí, en las páginas escritas de Otro mundo no existe ni un sólo elemento original; nos encontramos con uno de los ejercicios de collages más divertidos y conscientes de la actual literatura juvenil.

Al leer la novela la sensación que me ha producido es que este buen mozo de Maxime ha cogido los elementos de sus novelas favoritas, los ha metido en una coctelera y lo ha puesto sobre el papel. En Otro mundo con encontramos con El señor de las moscas (adolescentes sin adultos construyendo una sociedad nueva), El señor de los anillos (toda la batalla final, la idea de viaje, el tema de la naturaleza y la mención expresa a la espada de Aragorn), el maestro Stephen King y su novela Apocalipsis (qué grande en todos los sentidos que es ese mamotreto), Michael Crichton y sus canibales medievales, J.K. Rowling (hay momentos que realmente parece que estemos ante Harry, Ron y Hermione conspirando contra la casa de Slytherin), Julio Verne y su Isla misteriosa (seguramente unas de las obras de aventuras que más influencia ha tenido en toda la ficción posterior), la mitología griega, el mito de Teseo, el Minotauro y el laberinto, esa pedazo de obra maestra que es El día de los trífidos de John Whyman, los universos creados por H.G. Wells, y muchos otros. Sin olvidar todo el mundo de los juegos de rol.

Este ejercicio que emprende Chattam me ha recordado a cómo escribía yo cuando tenía ocho o nueves años mis novelas en las que ensamblaba todo lo que me gustaba de otras novelas y cómics para compener un poti poti ilegible, pero que resultó uno de los ejercicios más valiosos para coger soltura e imaginación en este mundo de la escritura. Naturalmente, Maxime Chattman es más sutil y este collage de referencias, disparos, parodias y homenajes con el que él trabaja (y que sería con el que trabajaría yo ya que por algo pertenecemos a una misma generación globalizada en sus referencias) funciona... hasta cierto punto ya que mientras que algunas de las referencias están bien ensambladas dentro del discurso, otras son demasiado evidentes y despistan de la acción principal.

Pero por lo general todo está bien ensamblado y se lee con una sonrisa en la boca. Otro mundo 1 es una correcta y simpática novela de aventuras que trata el siempre agradecido tema del fin del mundo, que sabe componer escenas vibrantes, que es un poco atropellada en ocasiones (quizá la amistad de Ámbar y Matt surge demasiado pronto para que sea creíble), que bebe de todas las fuentes imaginables y donde el autor rinde un homenaje a todas esas lecturas que le hicieron vibrar cuando era niño.

Mis slashers favoritos. Parte 1

Empiezo una de esas entradas por secciones que no acabaré nunca, pero que tanto me divierten. Slasher. Ese denostado (con razón la mayor ...