"Tú" de Charles Benoit

, Charles Benoit, ed. Noguer, 2011

Vuelvo a la carga después de la vorágine de Sant Jordi. Si queréis saber cómo fue pasaos por la crónica que he hecho en mi otro blog. ¿Un resumen? Agotador y mojado. Pero ya está. Ahora sólo queda hacer las devoluciones y empezar a preparar la campaña de texto. Ains... ¿y quién dijo que la vida del librero era sentarse a leer una novela de Jane Austen bebiendo té mientras un gato dormita en nuestras piernas?

Y vuelvo con la reseña de una novela corta e intensa que me ha deparado una enorme sorpresa. , del para mí desconocido Charles Benoit. Esta novela narra la historia de Kyle Chase, un adolescente normal en un punto límite. Sangre por todas partes y la pregunta de cómo he llegado hasta aquí rondando la cabeza. Y eso es lo que nos narrará esta historia con una forma que implicara al lector directamente en los sucesos y se verá inmerso en el camino de decisiones que toma Kyle hasta llegar a ese punto de no retorno.

Creo que ya lo he dicho antes,  no soy muy aficionado a la novela juvenil de estirpe realista. Digamos que las lecturas obligadas del instituto me dieron un perfil bastante sesgado de lo que en este tipo de novelas se hablaba. Las novelas que leí se limitaron a historias de amor entre la consabida marisabidilla de la clase y el inteligente y muy atractivo profesor de filosofía o matemáticas. Venía yo de la lectura compulsiva de los cuentos de Stevenson y de La princesa prometida y aquello me pareció vomitivo. Y más cuando me obligaron a leer más novelas de estas con la esperanza que me sintiera identificado con los protagonistas (la identificación... que enorme trampa narrativa) y sólo me encontraba con adolescentes con pequeños problemas hechos enormes por cuatro chorradas, muchas drogas, mucho muerto por accidente, mucha falsa trascendencia y mucho gilipollas suelto por las páginas. Todo me sonaba paternalista y puedo asegurar que todas aquellas novelas no hablaban de mí. 

Y me radicalicé. Nada de novela realista para adolescente. Salté a la literatura considerada adulta y seguí con mi querida fantasía y mi adorada ciencia ficción. Bastante realidad tenía con mis kilos de más para que me machacaran en la literatura. Supongo que me faltó otras novelas y una guía de lectura algo trabajada (y aprovecho para recomendar el excelente artículo sobre literatura realista que Cristina Anguita, compañera del diario El Tiramilla, se ha marcado. Para quitarse el sombrero).

Pero el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos y al volver a la literatura juvenil, cayeron en mis manos novelas realistas. Y sí, siguen sin convencerme y muchos títulos siguen atufando a cierto paternalismo condescendiente que me pone muy nervioso. Pero, claro, no todo es así. Y hay novelas como que me reconcilian con este género. Y es que Charles Benoit ha escrito una novela realista que parece una novela de misterio de una forma inteligente y sabiendo que al otro lado de la página existe un lector inteligente y pensante. Una novela breve en su forma, pero enorme en su fondo. Porque habla de muchas cosas con la sabiduría del tipo que sabe narrar una historia. Y consiguiendo que el lector se implique como actor en los hechos evitando la trampa emocional de conseguir la identificación con el personaje. O por lo menos conmigo no lo consiguió. Kyle Chase y yo pertenecemos a mundos distintos, pero empaticé con él como personaje a pesar de que no estaba de acuerdo con muchas de sus acciones, con ver las cagadas y equivocaciones, pero entender a la vez su opción de muda rebeldía y de miedo al mundo.

La novela trata sobre las elecciones. Las decisiones que tomamos y nos llevan a un punto. Todos los "Y si" que se plantean a posteriori. Trata sobre la libertad de elegir y que la no elección, es una elección. Trata de la familia, de los silencios adolescentes, de las amistades, de buscar el grupo, del amor que se mantiene en silencio por tener algo puro en la vida... Todo esto explicado por una fuerte voz narrativa en una arriesgada segunda persona. Toda la novela es una continuo tú que conduce la novela e implica al lector en todos esos hechos que conducen a la sangre de la primera frase de la novela. Una forma de narrar que me pareció interesante, bien trabajada y que resulta coincidente con la pendiente de lectura Sorry, publicada por Seix Barral. Y Kyle es un buen personaje. Trabajado, creíble y vivo... algo que no se puede decir de algún otro personaje...

Porque no es perfecta. El personaje de la chica me parece poco trabajado y el del nuevo amigo me cuesta mucho trabajo tragármelo. Me resulta un punto caricaturesco, muy el rollo del pobre niño rico. Quizá le faltarían algunas páginas para desarrollar algunas de las ideas de la novela (el dolor, la relación con la familia, etc.) y quizá deja demasiado insinuado algunos de los pasajes del pasado de Kyle (que ya me gusta que sólo insinúen y sea el lector el que complete, pero no que me lo dejen todo en la niebla). Y, lamentablemente, un poco de mirada protectora del adulto al joven, hay y cierto discurso homogeneizador (todos los adolescentes son así..). Y eso me irrita.

De todas formas, es una novela muy recomendable. Breve, intensa, muy apasionante y con un buen misterio que desentrañar. Llena de buenas escenas. Mis favoritas por cotidianas pueden pasar desapercibidas y en las dos aparece el estupendo personaje de la hermana pequeña. La conversación viendo dibujos animados y la conversación que se oye tras una puerta. Pequeños y estupendo momentos.

Lamentamos la interrupción...

... pero tengo la bestia de Sant Jordi acechando. Volveremos después de la recuperación física y moral de este vuestro humilde librero.

Ilustración de Roger Olmos para su fantástico Sant Jordi.

"Diario de un zombi" de Sergi Llauger

Diario de un zombi, Sergi Llauger, ed. Dolmen, 2011

Una Barcelona post-apocalíptica e infestada de zombis. Un zombi diferente que recuerda que se llamaba Erico y que parece conservar ese algo que lo hacía humano. Una niña perdida que simboliza la esperanza. Una extraña amistad que lo cambiará todo.

Lo reconozco. Cuando saqué este libro de una caja y leí su resumen argumental pensé, vaya chorrada. Y es que la historia de amistad entre un zombi y una niña me parecía una historia ridícula pues conjugaba en uno, muchos de argumentos por los que siento cierta tirria. Así que descartada. Pasó el tiempo y un día que andaba sin lectura volví a detenerme ante la larga novela de Sergi Llauger y sin pensarlo mucho me la llevé a casa. Allí, perpretado tras un café con leche y mientras Niña Zombi me pedía que le exlicara de qué iba la novela, la lei y, vale, lo reconozco: un libro no se puede juzgar ni por las tapas ni por los resúmenes argumentales. Si así lo hubiera hecho para los restos de los restos me habría perdido una buena novela, grandes momentos y unas mas que bien invertidas horas de lectura.

Diario de un zombi es una buena novela. Un punto demasiado larga, vale, pero sin que la sensación de arrancar páginas llegue a aparecer en ningún momento. Una primera parte donde Erico vive sólo como zombi que conserva su humanidad y donde entramos en la parte más clásica y pura de literatura zombi. La lentitud, la morosidad y la fascinación en esas primeras páginas van contagiando la lectura, pero que queda interrumpido tras una esstupenda imagen de baile y un cruce de miradas. Es a partir de aquí y tras la incursión de Erico en el barrio de Gracia cuando la novela cambía de tono y empieza la verdadera aventura. Todo acompañado de un estilo rápido, ágil y muy intenso. Se me hizo cercana al presentar un mundo devastado que conozco de primera mano; una Barcelona atestada de zombis, destruida y acabada. El marco en la novela está bien construido, bien trabajado y es un actante más en el devenir de los acontecimientos. Barcelona, los polígonos, El Masnou, Girona, El Pirineo... Diferentes lugares muy reconocibles que por fin se ven invadido por hordas de muertos asesinos.

Después de esto es evidente que los protagonistas hacen un viaje, como también lo hace el género ya que me dio la impresión de que Sergi Llauger aprovechó para ir dejando caer las diferentes facetas de un género, el zombi, mucho más fructífero de lo que pueda parecer: el clásico ataque y acoso del zombi romeriano, Matheson y su Soy leyenda (que pese a no salir zombis, es fundamental para el género), a los zombis lentos y a los rápidos, pero también aparecen referencias a videojuegos, a momentos más cercanos a la ciencia-ficción (la imponente figura de los Arcángeles) y al cine de acción. Incluso con arrebatos de un saludable universo pulp en la figura del mad doctor (aunque a momentos me resulto excesivamente caricaturesco), absurdos planes y egolatría.

Pero claro, todo esto (y mucho más que se me escapa) no dejaría de ser un mal pastiche o un sencillo juego de referencias si no fuera por una cosa: Sergi Llauger cumple con honores y crea dos buenos personajes protagonistas: Erico y Paula. Por extraña alquimia, Sergi hace posible y creíble la imagen de un zombi con sentimientos y alma. Aunque no es una figura nueva (recuerdo la saga de David Wellington ahora mismo que tan insatisfecho me dejó), sí que es la que más me creo. Erico se presenta con suficientes capas como para empatizar con él como personaje. Tanto el Erico humano como el muerto. Su camino de un cinismo construido sobre la soledad hasta la responsabilidad y el amor que acaba sintiendo por Paula, la niña, la heroína de esta historia y personaje al que hay que salvar. Entre Erico y Paula se establece una historia de amor y amistad, un respeto por el diferente y una necesidad de dos personas solas y heridas por crear una familia. Diario de un zombi no deja de ser una novela sobre el amor, la familia y la esperanza.

Y resulta sorprendente esta última. Porque pese a la dureza, la violencia y la crueldad, Diario de un zombi es una novela luminosa y esperanzadora. A pesar de todo hay esperanza. Hay salvación y redención para el ser humano. Será capaz de luchar y ganar a sus fantasmas.

La historia está bien narrada y resulta muy entretenida y adictiva. Para mi gusto la parte de las cavernas es demasiado... no sé... excesivamente deudora de ciertos videojuegos (pese a que me resultó valiosa como fuente de inspiración para una partida de rol), prefiriendo la tensión psicológica y la violencia clásica del ataque en los polígonos, la entrada en Girona, la tensión humana con el grupo de refugiados o la escena que más recuerdo, el encuentro con el otro, con lo que podría ser yo, que hace Erico en la tienda de electrodomésticos.

Resumiendo, vamos, una buena y entretenida novela post-apocaliptica. Un estimulante relato de zombis y una preciosa novela sobre la amistad. Con menos gore de lo que pueda parecer, más acción de la que uno imagina y muchos y buenos sentimientos. Una muy estimulante propuesta del nuevo fantástico español.

"Gata blanca" de Holly Black

Gata blanca, Holly Black, ed. Plaza y Janés, 2011

Holly Black es muy buena.

Lo ha demostrado con la saga de Spiderwick y con la estupenda El tributo (un cuento de hadas extraordinariamente perverso). Y con Gata blanca demuestra con creces que es una de las mejores y consigue una novela que está entre lo más granado de este año y, estoy seguro, será una de las mejores lecturas que haré este 2011.  Hala, ya está dicho.

Un toque con la mano y estás muerto. O con todos tus huesos rotos. O sin personalidad. O atrapado en una relación. O con los recuerdos cambiados. O convertido en un picaporte. Un mundo donde la magia es ilegal y está reducida a unos pocos, habitualmente delincuentes o mafiosos. Este es el mundo en el que se mueve Cassel, un chico normal en una familia de trabajadores de maldiciones. Intenta llevar una vida normal hasta donde puede. Pero una noche se despierta desnudo en el tejado del internado donde estudia. Recuerda que ha soñado con una gata blanca y es consciente de que su aburrida y normal vida está a punto de acabar. Y más cuando le expulsan del internado y tiene que irse a vivir con su abuelo y reencontrarse con su familia. A partir de ese momento, Cassel se verá envuelto en una intriga que desvelará secretos de su pasado y que lo llevará a un futuro que no quiere vivir.

Holly Black es muy buena. Esto es algo que todos deberíamos tener muy claro y poner su retrato encima de la chimenea junto con los mejores escritores de novela juvenil y novela de fantasía. Y es buena porque no se contenta con seguir el camino trazado por otros autores, sino que busca crear y labrar su propio camino. Cuando el mercado está viviendo una saturación de novelas con los mismos perros con diferentes collares (cambia ahora por mañana, cambia vampiro por ángel, pero con estructuras y formas y soluciones miméticas), Holly Black nos presenta una novela que se salta las convenciones. Crea un mundo nuevo por medio de una combinación peligrosa, pero que en sus manos resulta letal y todo un triunfo: magia + relato de aprendizaje + novela negra.

Presenta un mundo nuevo y creíble. Un mundo donde los guantes son la pieza de ropa primordial, donde la magia es peligrosa y están en manos (nunca mejor dicho) de los chicos malos. Pero entiendase malos no como émulos de Patchito, sino como tipos que si se cabrean te sacan los dientes uno a uno con unos alicates oxidados y te los hacen tragar para después darte un laxante, cagarlos entre patadas al estómago para volver a sufrir una ingesta de dientes con tropezones.

Holly Black, que es muy buena no sé si ya lo he comentado, construye un universo literario con sutiles, pero marcadas, diferencias del nuestro y lo hace por medio de cuatro pinceladas bien dadas, dosificando la información y sabiendo que al otro lado del libro hay un lector y que éste es inteligente.

Los personajes están bien construido y tratados. Desde el protagonista Cassel hasta el último secundario. Complejos, atractivos, bien construidos y con personalidad fuerte. Al igual que una trama que bebe de la mejor tradición de la novela negra, pero con apuntes de magia. Desapariciones, intrigas, traiciones, mafiosos, timos, estafadores, etc. Con inteligentes tramas y originales giros argumentales que llevan y elevan la novela de las aventuras de un adolescente común, a un potente drama existencial. Al final la novela no deja de ser entre otras cosas una reflexión sobre cómo la famila nos puede joder bien la vida.

Y sí, hay romance, claro. Pero diferente. Muy diferente. Más adulto y realista de lo que nos solemos encontrar. Y sin moralinas. Sin discursos sobre lo guay de esperar y lo genial que es mirarnos a los ojos mientras caen las hojas de los árboles.

¿Algo más? Pues sí. Un sutil, a veces cínico y efectivo sentido del humor. Y un final que podría ser autoconclusivo (que no lo es porque esto es trilogía), pero con muchas lecturas: triste y desolador, pero a la vez irónico e incluso paródico con la forma de tratar el amor y la pasión en la novela juvenil romántica. Un grandioso final que lleva la novela a muy altas cotas.

Vamos, que estoy entusiasmado. Gata blanca es una gran novela (aunque por su horrible portada y su peor contraportada no lo parezca). Una muestra de que en fantasía urbana y en juvenil no está todo dicho. Un ejercicio de gran estilo, talento para la construcción de personajes y tramas, fusión de géneros y perspicacia narrativa. Una excelente novela que no debería caer en el olvido de una pila más en la mesa de novedades.


"El baúl de viaje" de Bianca Turetsky

El baúl de viaje, Bianca Turetsky, ed. Roca, 2011

Louise Lambert es una adolescente de doce años que colecciona vestidos vintage (que según parece son todos esos vestidos anteriores a 1980). Mientras busca un vestido para el próximo baile del insituto, recibe una extraña invitación de una todavía más extraña tienda con mucho más extrañas dueñas. Allí no podrá resistir la tentación de probarse un vestido que parece llevar el mar con él y al instante se verá transportada a otra época, otro cuerpo y otra vida, el de la joven estrella de cine Alice Baxter. Un viaje en el tiempo donde conocerá la historia del vestido y a sí misma.

Unas pocas aclaraciones muy necesarias para la justa valoración de esta novela tan bellamente editada que nos presenta Roca:

Esta novela contiene lenguaje que no entiendo (por ejemplo: moda vintage) o lenguaje que conozco sólo por crecer en una familia donde hay una madre que cose, una hermana que ha estudiado diseño y otra hermana que se pone y se quita mucha ropa (por ejemplo: dobladillo). Esto lo aclaro porque puede ser que a lo largo de la reseña diga alguna estupidez sobre el mundo de los trapos y lo diré desde la más absoluta ignorancia y, aún diría más, el nulo interés. Siempre he considerado absurda la fijación por telas, desfiles, pasarelas, modelos, trapos, diseños o la categoría de semidioses que tienen algunos diseñadores.

Dicho esto, vamos a la novela. El baul de viaje es una novela encantadora. Pequeña, algo frívola, un poco tonta, pero que rezuma encanto por cada una de sus páginas. Consigue el milagro alquímico de hacerme leer una novela llena de descripciones de trapos, de reflexiones sobre moda, de nombre de diseñadores. ¿Y cómo? Para empezar por el tema de los viajes en el tiempo que siempre es agradecido y que aquí se resuelve con la socorrida excusa de "es magia".

Segundo, por una protagonista que pese a no ser un milagro de composición, tiene encanto y gracia. Hace un viaje de maduración personal rollo "como aprendí a quererme" y me acaba resultando simpática. El resto de personajes la verdad es que no están muy elaborados, pero la historia tampoco chirría por esto ya que lo que importa aquí es el marco.

Tercero, la recreación de una época muy concreta. Los vestidos, la forma de hablar, las convenciones sociales, están tratados de una forma correcta y bien documentada. Sin entrar en detalles, pero con gracia suficiente para pasar de una página a otra. Bianca Turetsky escribe de una forma fácil, efectiva, con gracia. Hecho de menos más cuerpo en su novela, más estructura dramática, pero consigue que un individuo al que l moda se la trae al fresco, se lea toda una novela y la siga con interés. ¿Y por qué?

Porque Bianca Turetsky es lo suficientemente inteligente que se da cuenta que pese a que ella es una apasionada de esta moda vintage, el lector puede que no. La anécdota no puede ser el centro de la novela, sino una excusa para hablar de otra cosa. ¿El qué? El legado, el peso de los recuerdos y la conservación de la memoria de los objetos. Porque lo que me ha gustado más de la novela es la pasión con la que habla Bianca de la moda vintage, la misma pasión que con la que hablo yo de los libros de segunda mano.

Y es por esto por lo que la novela deviene a mis ojos una obrita encantadora, porque habla de uno de mis temas, pero partiendo de otro sitio. Para mí un libro usado es el portador de una historia. Una dedicatoria, una fecha, un papel entre sus páginas, un subrayado concreto, una hoja sucia, mojada, etc. El libro ha sido receptor de la historia de sus diferentes dueño hasta que llega a nuestras manos. En estas nosotros nos convertimos en partes de legado, de la historia desconocida que lleva el objeto. Pues esto mismo que a mí me pasa con los libros, le ocurre a Bianca Turetsky con la ropa y se convierte en el eje y el centro de la novela. La historia, la pervivencia de la memoria y el legado del que nos hacen responsables los objetos.

Lástima que la novela se quede en apuntar y no profundice más en estos temas. Se queda un poco en la anécdota y no entra a matar en toda su capacidad. El baúl de viaje es una novela bonita, encantadora y muy divertida, pero donde casi todo es apariencia. Se echa de menos algo más de alma porque por muy bonito que sean los vestidos o la edición, como hemos aprendido por el cine, la belleza está en el interior. Porque por estilo y gracia Bianca puede hacerlo. Por suerte, estamos ante un primer capítulo de toda una serie de libros sobre la historia de vestidos. Y con ellos veremos crecer el estilo de Bianca Turetsky. Y yo estaré por aquí para verlo.

"Gregor 1. Las tierras bajas" de Suzanne Collins

Gregor 1. Las tierras bajas, Suzanne Collins, RBA, 2011

Gran novela. De las que crecen con el tiempo y con el recuerdo. De las que empiezan suaves para terminar en un lugar muy elevado entre las mejores novelas juveniles leídas este año. Una historia de las de siempre contada de una forma sutilmente distinta. Y la recuperación de la obra anterior de Suzanne Collins, autora de la magistral, definitiva e infinita trilogía de Los juegos del hambre.


Gregor tiene once años y parece que el verano será una sucesión de aburridas tardes al cuidado de su abuela enferma y de su hermana pequeña de dos años, Boots. Por azar llegan a las Tierras Bajas, un lugar mágico donde se verán inmersos en una carrera contrarreloj para detener una guerra, cumplir una profecía y resolver asuntos de su pasado que los atormentaba. De repente, el verano de Gregor se ha convertido en una inmensa aventura.

Advertencia a posibles lectores: aquellos que busquen en Gregor lo mismo que encontraron en Los Juegos del Hambre se llevarán un chasco. Primero por su franja de edad, que empieza a los diez años. Segundo, Gregor es otra cosa. En este primer volumen de las aventura de Gregor no encontramos la dualidad moral de Los Juegos, la complejidad en los personajes y las situaciones, el discurso moral y ético de la saga maestra. Gregor es una novela de aventuras. Punto. Existe una voluntad nada enmascarada de construir un relato de aventuras de los de toda la vida; nos encontramos ante una novela de corte clásico con los elementos típicos que han definido el género aventurero desde sus inicios allá con Homero: la búsqueda, el regreso a casa, el héroe oculto, el secreto de familia, la profecía, el grupo de aventureros, etc.

Todo eso que hemos bebido en Tolkien, en la saga de Potter, en las leyendas artúricas, en la novela fantástica, en la ciencia ficción, en la saga de Narnia (saga que, por cierto, no soporto y odio con muchas de mis fuerzas y algún día hablaré de ella), en tantas y tantas películas... el argumento clásico, con algún elemento diferente. Empezando por Gregor y su hermana. Once y dos años respectivamente. Son niños. Y aunque Gregor quizá se comporta un poco demasiado adulto o demasiado héroe, su hermana es una niña de dos años con todas sus ventajas y sus defectos (más ventajas, porque como se remarca más de una vez, Boots tiene una virtud y es que no conoce el miedo y, por tanto, no conoce los prejuicios). Los habitantes de las Tierras Bajas siguen los patrones que hemos leído en otras novelas. Diferentes, humanos, pero extraños. Desconfiados, pero buena gente en el fondo.

Pero lo mejor es el mundo que rodea a los humanos, esas sociedades constituidas por animales desclasados y por tradición malvados: cucarachas, arañas, murciélagos y ratas. Los habitantes del submundo, la noche, los desechos. Supervivientes. Resulta curioso comprobar como Suzanne Collins ha conseguido dotar de tanta vida a estos personajes hasta en alguna página el punto de las lágrimas. Esto es original dentro de la tradición. Es un nuevo punto de vista y una nueva forma de narrar lo que ya hemos leído tras veces. Da protagonismo a lo que otros autores rechazan. Y consigue grandes resultados. En especial las dos cucarachas y una rata. Para recordar.

Suzanne Collis es buena. Muy buena. Y ya lo demuestra en esta su primera novela. Una historia conocida, leída, pero que vuelve a subyugar por tratar temas como el valor de la infancia, el sinsentido de las guerras, el héroe involuntario, el dolor de crecer, la familia, etc. Aunque la novela empieza a un tempo un poco demasiado lento, acaba adquiriendo un ritmo interesante y termina leyéndose con un gran interés. Y, justicia es reconocerlo, la edición de RBA ayuda. Con un formato precioso, un buen cuerpo de letra, pero, y en esto soy algo resabidillo, una traducción que hubiese necesitado un último vistazo. Pero no impide disfrutar de esta novela. Y es que no hay que olvidar que Las tierras bajas es un primer capítulo de una serie de cinco. Empieza la aventura. Se abre un mundo. Ahora es cuando Gregor empieza a crecer y con él, los libros.

Y me he quedado con ganas de su continuación. Sé que Gregor va a proporcionarme grandes momentos de lectura.



P.S. Sí, muchos días en silencio. Y por varios motivos. Si los queréis conocer una visita rápida a mi otro blog  y sabréis qué ha pasado. No es imprescindible, pero os puede hacer gracia.

Mis slashers favoritos. Parte 1

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