Versión original de Lilianna Lunguiná

Ha pasado casi un mes desde la última entrada.
Joder cómo empuja la vida.
Prometo de de verdad intento llevar el blog al día, pero es complicado.
Sea como sea, vamos con el comentario a uno de los libros del año y que desde ya invito a leer a todo el que se acerque de forma voluntaria, por accidente o coaccionado a este blog.


Versión original
Memorias literarias narradas a Oleg Dorman
Lilianna Lunguinà
Traducido por Yulia Dobrovolskaia y José María Muños Rovira

Versión original son las memorias de Lilianna Lunguiná, respetada traductora que estuvo en el centro de los movimientos culturales e intelectuales de la Unión Soviética alternando con sus principales figuras, con los cambios culturales, políticos y morales que fueron ocurriendo. Versión original es un testimonio privilegiado del siglo XX y tiene la intención explícita de ser un legado para las siguientes generaciones como recuerdo, como memoria de lo que fue el país y la gente, la historia, la tradición, las contradicciones de unas generaciones atrapadas entre el deber intelectual y le miedo. Y un foco de esperanza. 

Lilianna Lunguiná en una foto de juventud

Es un libro fascinante. Nacido de un documental, el libro es la trascripición aumentada de aquel; el tono conversacional de la narradora, los saltos de tema, las promesas de recuperar motivos que se olvidan, la gracia de la conversación y el talento como narradora de Lilianna Luguiná hacen una lectura ágil, vivaz e intima; te lo explica a ti y a nadie más. Desde su juventud en París hasta el Moscú de las purgas stalinistas (¿cómo demonios puede alguien pasar de la brillantez del París de los años treinta a ese mundo soviético gris y terrible sin volverse loco?), una época que premiaba el servilismo, la mediocridad y ahogaba la creatividad o el genio. 

Estos momentos históricos siempre me parecen terribles, la destrucción de tanta creatividad, tanto potencial para conseguir belleza y verdad. Como lo fue la guerra civil española o la caza de brujas mccarthiana. ¿Cómo se recupera un país de eso? De ver a sus mejores talentos muertos, silenciados, humillados...

El emocionante encuentro de Lilianna Lunguiná con la poeta Anna Ajmatova.

Hay mucha literatura en las memorias de Lunguiná. No solo por los retratos, encuentros o relatos de amistades con escritores, dramaturgos o poetas, por ser testigo privilegiado de los movimientos culturales e intelectuales de sesenta años, si no por su propio trabajo de traductora; una figura fundamental para la literatura rusa del siglo XX. Gracias a ellas figuras como Boris Vian (¡en pie!), Ibsen (¡seguid en pie!), Astrid Lindgren (¡ni un atismo de descanso!) o Strindberg (¡cómo alguien se siente conoceréis mi furia!) llegaron al público ruso. Reflexiones sobre el proceso creativo, sobre la traducción, sobre cómo se escribía en una época de censura tan férrea donde un adjetivo que se considerase conflictivo podría acarrear deportación y cárcel.

Leer estas memorias es un privilegio. Una ventana no tan lejana que asoma a un terror que parece lejos, pero que siempre acecha. Y a pesar de toda la tristeza, son unas memorias felices porque hubo amigos, amor, amistades, conversaciones y risas. 

El libro concluye con una impresionante colección de fotografías donde asomarse a otra época y a un puñado de nombres fundamentales para la literatura rusa del siglo XX (y, por tanto, para la literatura en general) y tantas vidas truncadas por la guerra y el horror. Esas sonrisas y ese talento que apagaron...

2 comentarios:

  1. Ahora no, pero me guardo tu recomendación para cuando esté en modo ruso. Muy interesante, sin duda.

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    1. Te apasionará.
      Y es de esos libros que llevan a otros libros que llevan a otros que llevan a otros...

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