Y estoy algo nervioso. Deben ser los típicos nervios del estreno. Supongo que es lo mismo que cuando se inaugura una exposición o se presenta un libro o se hace la primera autopsia. Que uno quiere que todo salga bien, que la gente esté cómoda y se vaya contenta. Y supongo que por eso, para estas tardes de estreno, uno se rodea de amigos y conocidos que los salvarán si los nervios traicionan. Y como no quiero que los nervios me traicionen, he decidio que las primeras reseñas sean para personas que conozco. Dos reseñas que se pueden tomar como homenaje y demostración de cariño a dos escritores talentosos, buena gente a la que aprecio, que están haciendo grandes cosas y darán mucho de que hablar. Empezamos pues.
Dragones
Conocí a Martín Piñol porque nos sentaron juntos en una cena y hablando hablando acabamos hablando de Marc Pastor, los trailers en los cines y un fortuito ataque zombie. Me comentó que escribía, "y muy bien", especificó. Yo le dije que soy librero y que sé leer. Después de aquella cena hemos mantenido el contacto y me he ido leyendo todo lo que de Martín Piñol ha ido cayendo en mis manos. Y lo último que ha caído en mis manos, y que además coincide creo con lo último que ha publicado, ha sido esto:
La leí en un par de horas sentado en mi butaca nueva con un zumo en la mesita y con una continua sonrisa que se transformaba en ocasiones en una sana carcajada. Porque estamos, y eso es lo mejor de esta pequeña novela, ante una novela divertida. Muy divertida, añadiría. Una novela escrita para que el lector (ya sea un niño de diez años, una niña de doce o un muchacho encantador de treinta y dos) pase un buen rato, se ría, se emocione, se preocupe por los personajes y quiera una página más, una página más, una página más. Pero, ¿de qué va esta novela?
Pues hay una princesa que ni es tonta ni es cursi que la quieren casar con el príncipe más valiente que ha habido jamás, pero que es más bruto que un arado tirado por un bruto al que han expulsado de la escuela de brutos por ser demasiado bruto, y que además es creído y engreido y chulo y valiente y todo eso. Un día aparece un extraterrestre (!!!) que le mete un dedo en la nariz a la princesa (!!!) y se enamoran (!!!) y le dice que otros extraterrestres quieren conquistar la tierra y llevarse a la princesa. Y, efectivamente, los extraterrestres malos se llevan a la princesa. Y el príncipe chulo y el extraterrestre se ven obligados a colaborar pese a que se caen fatal. Y les acompaña un carcelero cobarde y vivirán un montón de aventuras y salen monos, cabezas cortadas que hablan, platillos volantes, dragones, bichos raros, rayos láseres, espadas y un montón de cosas más que parecen imposible que quepan en sólo 190 páginas.
Es una novela estupenda. Una novela de entretenimiento y aventura donde se habla de amor, amistad y de sacrificio desde una óptica humorística para que el lector se ría continuamente. Y esto es importante. Porque a Martín Piñol le gusta hacer reír y en el campo de la literatura juvenil eso es un valor añadido. ¿Por qué? Porque existen muy pocos buenos autores de literatura juvenil de humor. Y Martín Piñol es uno de ellos por dos motivos básicamente:
1. Es que es un tipo divertido que escribe cosas divertidas.
2. No es condescendiente con los jóvenes lectores. Los trata de tú a tú sin tratarlos de tontos.
3. Y escribe muy bien.
Bueno, me han salido tres motivos.
Sólo tengo un enorme pero a la novela, pero que ya le comentaré a Martín Piñol en privado aunque ya lo deducirá él cuando acabe de leer este párrafo. Martín, te pido un regalo de cumpleaños: una larga serie de libros (una de esas trilogías en dieciocho volúmenes) donde se relaten las aventuras y desventuras de mis dos personajes favoritos de esta estupenda novela: el valiente, chulo y bruto príncipe Gulman y el cobarde y carísmatico Gepecé. Sé que está difícil, pero para algo has montado un mundo lleno de magia, ¿no?
Es una novela estupenda. Una novela de entretenimiento y aventura donde se habla de amor, amistad y de sacrificio desde una óptica humorística para que el lector se ría continuamente. Y esto es importante. Porque a Martín Piñol le gusta hacer reír y en el campo de la literatura juvenil eso es un valor añadido. ¿Por qué? Porque existen muy pocos buenos autores de literatura juvenil de humor. Y Martín Piñol es uno de ellos por dos motivos básicamente:
1. Es que es un tipo divertido que escribe cosas divertidas.
2. No es condescendiente con los jóvenes lectores. Los trata de tú a tú sin tratarlos de tontos.
3. Y escribe muy bien.
Bueno, me han salido tres motivos.
Sólo tengo un enorme pero a la novela, pero que ya le comentaré a Martín Piñol en privado aunque ya lo deducirá él cuando acabe de leer este párrafo. Martín, te pido un regalo de cumpleaños: una larga serie de libros (una de esas trilogías en dieciocho volúmenes) donde se relaten las aventuras y desventuras de mis dos personajes favoritos de esta estupenda novela: el valiente, chulo y bruto príncipe Gulman y el cobarde y carísmatico Gepecé. Sé que está difícil, pero para algo has montado un mundo lleno de magia, ¿no?
Puertas
A Susana Vallejo la conocí de forma distinta. Nos sentamos juntos en una comida. Más en concreto en una Ter-Cat que se organizó en Igualada en marzo del 2009 (reseña aquí). Fue una gran casualidad porque en ese momento llevaba veinte páginas de su primera novela, Porta Coeli I. La orden de Santa Ceclina. Hablamos, reímos, me recomendó efusivamente esa pedazo de novela que es El mapa del tiempo que no me cansó de recomendar, y me cayó estupendamente desde que me la presentaron. Pero, claro, es que Susana es adorable. Esa misma semana me lei esa primera parte y un tiempo después, la segunda (tengo pendiente la tercera y la cuarta que me ponen ojitos desde las estaterias de casa).
Saga Porta Coeli, ed. EDB, 2008-2010
La orden de Sta. Ceclina (cat. L'ordre de Sta. Ceclina)
Cosecha negra (cat. Collita negra)
El principio del fin (cat. El principi de la fi)
La llave del secreto (cat. La clau del secret)
A esta estupenda saga ya le dediqué una pequeña reseña (se puede leer aquí), pero no me canso ni me cansaré de recomendarla a los clientes que me piden una buena novela de aventuras. Porque lo que Susana Vallejo ha escrito es una tetralogia que por lo que intuyo empieza siendo novelas de fantasia para irse convirtiendo volumen tras volumen en novelas de cienca ficción. Y sólo pensar que en una misma saga puedo ir de viaje entre mis dos género favoritos me llena de alegría. Pero, ¿de qué va todo esto?
Bueno, hay un mundo, el nuestro. Y hay otro mundo. Y no se sabe porqué existen unas puertas que comunican ambos mundos y permiten que los seres que habitan en uno viajen al otro y viceversa. Naturalmente, esto implica que diferentes poderes luchen por explorar y dominar ese otro mundo. Volumen a volumen iremos descubriendo los misterios de ese otro mundo y las implicaciones que supone en éste. Todo esto entre aventuras, amores, crímenes, caballeros, unicornios, bichos raros, caballos, universidades y un montón de cosas más.
¿Y tenemos que empezar por el primer volumen? No, porque eso es uno de los grandes aciertos de esta saga. Aunque forman un todo unitario, se pueden leer de forma independiente. Quien le apetezca aventura épica medieval que empiece por el primero o el segundo. Quien desee fantasía urbana, que vaya directamente al tercero. Y quien quiera ciencia ficción, tiene el último. Y luego, que vaya combinando.
Leer a Susana Vallejo es un placer. Es una de esas escritoras de las que se puede decir con toda la calma y el cariño del mundo, "joer, es que escribe muy bien la jodía". Y se percibe en sus novelas, o en sus cuentos, que se lo pasa bien escribiendo. Que aun conserva (y que conserve, por favor), el placer de escribir por escribir, para pasárselo bien y divertirse. Y eso hace que el lector se lo pase bien, que disfrute y que espere otra novela de esta preciosa (porque todo hay que decirlo) madrileña. Pero, claro, es que Susana es una de las más interesantes y más prometedoras voces de la actual novela española (y una de las mejores dentro del panorama de la literatura juvenil, por supuesto). Lo único que percibo en las dos novelas que he leído es que le falta un punto de saltar al vacío. No sé como explicarlo... como si no se atreviera a dejar salir todo lo que es capaz de hacer. Porque creo que el día que se decida a dejarse llevar, a soltar todo lo que puede llegar a hacer, puede crear algo muy grande y muy hermoso.
Y yo espero estar allí para verlo.
Página 1
Agradecido y emocionado, solamente puedo decir: gracias por...postear. (A Lina Morgan le rimaba mejor, pero la emoción me atonta las neuronas).
ResponderEliminarRegalo de cumpleaños: tendrás tu saga. Sólo te diré que en el tercer volumen volverán personajes. Y Gepecé por supuesto tendrá su spin off.
¡Huy, qué de cosas bonitas que dices! (colorá estoy).
ResponderEliminarSigo disfrutando escribiendo, y si dejo de hacerlo algún día, dejaré de escribir. Así que tranquilo, en ese aspecto.
En otros aspectos... No estés tan tranquilo. Si dejase escapar lo que llevo dentro, más vale que no estés cerca para verlo. Como decía un amigo "Aléjate de la onda expansiva de mi cerebro". XDDD