Pequeña crónica de un Sant Jordi soleado

El sacrificio de cuarenta lectores de Nicholas Sparks parece que fue del agrado de los Oscuros Dioses Librescos y el 23 de abril amaneció sin nubes a la vista, con buena temperatura y un espectacular sol que prometía abrazar y tostar a los libreros que nos reunimos un año más en la Plaça de Cal Font para celebrar otro Sant Jordi.
Sant Jordi.
Puto Sant Jordi.

Dibujito de A.
Más cositas de las que hace aquí.

Van ya ocho Sant Jordi como librero. Y empiezan a pasar factura. Ya sé que no son nada comparado con los trece de mi compañera de trabajo, los veintitantos de mi jefe o los treinta y muchos de algún compañero librero, pero, oye, son mis años y me quejo si quiero.

A las seis y media suena el despertador. Despierto incluso antes que los gatos. A. lleva media hora despierta disfrutando de un café con leche en tranquilidad. Estirarme, ir al lavabo, un pipí reconfortante y una larga ducha. Vestirse cómodo y desayuno rápido. A las siete y media ya estamos en la Plaça de Cal Font preparados para montar la parada. Llega la furgoneta, los compeñero y empezamos. Caballete, madera, mesa, cajas, cajas, cajas. Y libros. Muchos libros. Cantidades ingentes de libros. Tantos libros que no caben en las mesas y tenemos que desterrar a algunos. Una parada inmensa e inabarcable. Este año se nos ha ido la pinza. Pero mucho.

Dos horas después de empezar parada montada. Unos para la tienda, otros se quedan. Y un sol inclemente que empieza a tostar al librero. Llegan los primeros clientes, los curiosos y ojeadores.


Y a ritmo creciente y cada vez más demencial será la tónica del día. Gente, preguntas, peticiones, libros, más libros y muchos libros.
¿Hacéis el descuento?
¿Tienes éste o aquél?
¿Dónde están los de cocina?
¿Tenéis un libro de un ciclista que habla con sus tatuajes?
¿Algo de poesía marroquina de lo setenta?
¿Hacéis fotocopias?
¿Una novela gorda dónde no haya que leer mucho?
¿Kafka a la plancha?
El típico libro para alguien que no lee nada.
¿Tenéis este libro en catalán y en tapa dura? ¿Y este en castellano y en bolsillo? ¿No? ¿Y si lo pido lo tendréis para esta tarde?
¿Tienes un libro que es muy famoso? Pues la segunda parte.
Una novela que pasa en Barcelona, o cerca, y sale una chica o varias y les pasan cosas. Lo han dicho esta mañana por la radio. O la tele.
El libro de la portada azul con una chica que mira así. Y reproduce la mirada.
¿Tiene este libro en francés? ¿No? ¡Pero si pasa en Francia!
¿Tienes el libro de Jane Austen?

En general buen rollo, sonrisa, alegría. El sol ayuda y mirar, rebuscar y comprar libros pone de buen humor. Siempre está el capullo que se enfada por no hacerle descuento sobre el descuento, la que se indigna por no tener ese libro en concreto, el que se quiere colar o las dos adolescentes que intentan robar el "libro" del señor Grey. Todo transcurre con buen ritmo, alegría y buen humor. Vale que las visitas de los colegios provocan dolor de cabeza con sus voces agudas hablando y chillando todas a la vez, y que los estudiantes con sus preguntas sobre quién ganó el premio Planeta  incordian un poco (el año que viene me invento los títulos), pero el día pasa de forma agradable.

Hasta que llegan las seis de la tarde. Entonces empieza la fiesta.


Se abren las compuertas y la plaza se llena a reventar. Entonces es cuando empieza de verdad Sant Jordi. Tres horas de agobio continuo, de preguntas y más preguntas, de ir de aquí para allá, de contestar y de empezar con la letanía de "se ha acabado, se ha acabado, se ha acabado". Es cuando eso que cuentan de la experiencia es un grado y el librero que llevo dentro brilla y empiezo a organizar a los compañeros de la parada, a dirigirlos: cobra, allí, atiende, vigila. Y recomendación exprés. La respuesta rápida porque no puedo dedicar más que unos pocos segundos a cada persona que pregunta. Tres o cuatro títulos, sinopsis rápida y confíe en mí. Novela de aventura, thriller, negra, juvenil, realista, romántica, etc. Y de vez en cuando, un gracias por aquel libro que me recomendaste y que tanto me gustó, los tres saludos de Alcalde, las felicitaciones por el santo, el buen humor general, el espectacular sol que me ha dejado brazos, cara y labios quemados y esa joven clienta que sin avisar te salta
- Los libros me gusta comprártelos a ti porque además de vender libros, sabes hablar de libros y me escuchas cuando hablo yo. Y eso es muy bonito".

Algunos conceptos básicos que las personas tienen más o menos interiorizadas, el día de Sant Jordi quedan olvidados y obsoletos. Tratar bien lo que no es tuyo, dejar algo donde lo has encontrado, no revolcarse por encima de los libros, nada de morder o pegar. Y niños. Miles de pequeñas manos toqueteando, tirando, abriendo, lanzando ante la mirada cómplice de padres, madres o abuelos a los que ese día se la pela y bufa que los críos se conviertan en demonios de Tasmania que arrasan la sección infantil de la parada. El librero se desespera y al final se rinde. No se puede poner orden. El caos es el dueño y señor y solo un marine espacial podría intentar poner algo de orden.

Me vas a dejar el Stilton donde lo has encontrado sí o sí.
Te lo dice el librero.

Las nueve y media de la noche. La plaza se va vaciando. Empezamos a quitar etiquetas. Clientes rezagados. Poco a poco vamos desmontando la parada. Los conocidos se detienen a charlar y preguntan los más vendidos. La historia de una derrota, el mismo libro de siempre con diferente título del "escritor" de moda, libros que pontifican sobre la situación actual, algún libro de oh sí nena, sí, novelas históricas sin mucha historia, premios y más premios. Y sin hacer ruido se venden buenas novelas para lectores exigentes, pequeñas joyas, novelas desconocidas, editoriales pequeñas que hacen un gran trabajo, piezas de exquisito humor inglés, maravillosas novelas juveniles y algunos de los títulos preferidos del librero que estaban en la parada por pura cabezonería.





A las once de la noche cuando ya todas las cajas están en la librería, los caballetes y maderas en el almacén y el cuerpo está quejoso y dolorido, últimas palabras y vuelta a casa. Por el camino parar a comprar un par de kebabs para cenar y antes de dormir dos capítulos de Community para desentumecer y relajar el cerebro. A la cama y soñar con clientes, etiquetas, cajas y libros, muchos libros, siempre libros.

19 comentarios:

  1. Esa chica te dijo la verdad que todos pensamos :)
    porque por eso empecé a leerte, Jorge, porque recomiendas bien los libros, incluso los que no te gustan y siempre sabes decir por qué y justificarlo y sacar una sonrisa de paso, sin cebarte, midiendo bien y con las medidas distintas de cada género y público ;)
    Has vencido al dragçon un año más :D
    mil besos!!!

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    1. ¿Todos, todos? No sé. Tengo algunos clientes a los que no les importaría ver como un par de ninjas se instalan en mi cerebro para entrenar y me acaban convirtiendo en un amasijo tembloroso de carne.

      De los libros digo lo que pienso intentando no molestar ni faltar el respeto a libro/autor/lector.

      Y he vencido el dragón, sí, pero cada año me deja más agotado.

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  2. Yo me tomo un tinto recargado y me voy pa allaaaaaaa xDDD En mi pais no se hace esto, en mi ciudad la feria del libro es en septiembre (una semana entera) asi que yo me lo paso repipi comprando :D

    besote

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    1. Anda que no te lo pasarías bien tú en Sant Jordi por aquí fangirleando y buscando libros. Para septiembre queda menos, así que a portarse bien, ahorrar y volverse loca en septiembre con los libros.

      Besotes varios.

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  3. No sé, quizá ocho ya empiezan a ser demasiados pero... yo pagaba por un Sant Jordi así! Sé que quedan ganas de abrir la boca y comerse a aquél que te contesta mal, que se cabrea por lo del descuento, al niño con la voz chillona, a la abuela de turno que se tira dos horas para decidirse, a la que intenta llevarse a Grey en el bolso sin que te des cuenta (whaaat??? ajajajaj) pero... luego la sonrisa del cliente con el que siempre aciertas vale por todo lo demás, ¿no?
    Me gustará haber subido a Igualada la otra tarde, yo me quedé en Manresa y era de pena el ambiente... quizá el próximo año!
    En fin, que se palpa lo bueno que eres en lo tuyo, a mí me encantaría tener un librero como tú (de mientras me conformo con leerte vía blog ^^)

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    1. Mi jefe lleva veinticinco años. Solo pensarlo marea.

      Si te animas el año que viene te invito a Igualada y lo vives en tus carnes. El Sant Jordi de Igualada creo recordar que es bonito y la plaza se lleva de compradores, ojeadores y paseantes. Digo que creo recordar porque hace mucho que no me paseo. Me resguardo detrás de la parada y defiendo el fuerte.

      Y como librero me tienes... cualquier pregunta, duda o búsqueda de un libro solo tienes que pedirlo. A tu servicio.

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  4. La crónica te ha quedado genial, muy divertida. Leyéndote me doy cuenta de lo pesados que podemos llegar a ser los clientes. Visto lo visto, me alegro de ir siempre con mi lista (mental) de libros y no molestar a los libreros (o molestar solo a uno por Facebook :P).

    Me ha gustado ver "Hija de humo y hueso" en esa selección de libros (de los demás no he leído ninguno, aunque un año de estos quiero leer a Foster Wallace. Me da miedo que sea demasiado difícil, pero se oye hablar tanto de él que al final me despierta curiosidad). Y qué bonito lo que te dijo esa joven clienta. A pesar de todo el estrés, parece que fue un buen día, y espero que vendierais mucho mucho mucho.

    Como anécdota de Sant Jordi, recuerdo que el año pasado fui a la parada de mi pueblo a comprar el último libro de Kate Morton (de los libros que me apetecía leer, este es el único que podían tener, o eso pensaba yo) y a la librera ni siquiera le sonaba el nombre de la autora. En parte tiene excusa porque su negocio es más papelería que librería, pero es una mujer que se suele jactar de leer mucho ("Qué bueno es Ken Follett") y me sorprendió que después del éxito de "El jardín olvidado" no conociera a la autora. También la pillé otro día diciendo que "Maldito karma" ni le sonaba. En fin, que prefiero irme a comprar a otra parte.

    Besos.

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    1. Gracias. Y los clientes no molestan. Apunto lo más destacado, pero la norma general es de personas agradables que saben lo que quieren. Además, tú nunca me molestarías. Debes ser de esos clientes tan agradecidos que cuando van a pedir un libro llevan ellos el isbn.

      Con Foster Wallace cuidado. Es uno de mis escritores favoritos y fundamentales, pero reconozco que es cabrón, arisco y difícil. Si te lanzas con él, empieza con "La niña del pelo raro", uno de sus libros de cuentos. Maravilloso, brutal, un k.o. director. Leer "La broma infinita" fue una inversión de tiempo y cordura que duro tres meses de mi vida. Salí noqueado, agotado, pero repleto de alta literatura.

      Todo pueblo y ciudad necesita una buena librería para su buena salud.

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    2. Tendré en cuenta lo de Foster Wallace. De todas formas, no tengo pensado leerlo en un futuro próximo, así que ya me iré "entrenando" con otras lecturas :).

      Besos.

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  5. Vaya, si que es pesado el trabajo de librero, pero al menos es una vez al año (o tal vez dos o tres depende de los eventos que hagan). A mi me gusta ir a las ferias de libros y platicar con libreros, aunque en mi ciudad muy pocos saben realmente de libros.

    Me dio risa que comentaras de Community, acabo de empezar a verla, ya termine la 1ra temporada y pronto inicio la siguiente, muy buena serie (^__^)d

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    1. El trabajo de librero es uno de los mejores del mundo mundial, pero tiene sus fechas. Sant Jordi es mucho trabajo mara un día estupendo. Pero es la temporada de libro de texto... entonces es la locura, el mal humor y acabar deseando cosas muy malas a todo el mundo.

      Y de mayor quiero ir a estudiar a Greendale.

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  6. ¡Hola!
    Llevo un tiempo rondando por este blog sin decir nada, pero aprovechando que tengo un rato, te felicito y tomo nota de las recomendaciones, como siempre.
    Con las reseñas de Brandon Sanderson desde luego acertaste.
    Un saludo y enhorabuena.

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    1. Gracias.

      Y Sanderson, bueno, es que el cabrón es muy bueno. Pero mucho. Me alegra horrores ser en parte responsable de que conozcas a un autor tan estupendo.

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  7. Que fantástico, sé que te sonará raro, pero ¡Cuánto me gustaría estar en tu lugar!. Amo los libros y me encantaría poder abrir mi librería, pero aún solo es un sueño, me falta mucho.
    Aquí en Argentina, ayer abrió la Feria del Libro, por suerte estará abierta por bastante tiempo, sino también explotaría como tu Sant Jordi.

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    1. Sant Jordi es un día donde se concentra todo. Un ejercicio de crueldad hacia los libreros. Es un día bonito y divertido que acarrea un trabajo descomunal.

      Disfruta mucho en la feria del libro de Argentina.

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  8. Hola, Jorge. Soy otra "rondaire" de tu blog, verdadera cornucopia de maravillas :) Tengo varias Moleskines (pija que es una) repletas de recomendaciones tuyas, aunque necesitaría ocho vidas para léermelas todas. Este Sant Jordi compré un libro que a lo mejor te suena, ya que el autor es paisano tuyo: "La nit dels ocells transparents". Es una novela juvenil muy, pero que muy rara, pero (rara que es una) me encantó. Reconozco que es una empanada mental de mucho cuidado: sale una secta misteriosa formada por perdonas justas, hay viajes al pasado, sincronías misteriosas, amor fou y el malo es el tipo que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima a quien Dios (!) condenó al infierno (!!) En fin, un "mind screw" brutal, pero la recomiendo. Un saludo y que sigas muchos años con tu fabuloso blog.

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    1. ¡Y tanto que conozco a Josep Sampere! Esta novela no la he leído todavía (pronto), pero alguna otra sí que ha caído y es un autor con un mundo fantástico muy particular y perturbador. No le gustan los caminos trillados y como lector se agradece mucho. A ver si me la leo en el mes que entra.

      Y gracias por las cosas taaaaan bonitas que me dices. Por lo menos un año más seguiremos.

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  9. Ay, qué rabia no haber ido! Soy de Madrid y sólo he estado un año en Sant Jordi y me encantó, pero este año no me dieron vacaciones para ir. A ver si para el que viene puedo estar! Gracias por la crónica :)

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    1. Gracias a ti por la visita y a ver si el año que viene te puedes escapar a un Sant Jordi soleado y llenito de libros. Y si pasas por Igualada, acércate a la parada de la llibreria Aqualata y saluda. Es un bonito y muy cansado día.

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