Donde hablo de Doña Bárbara, todo un clásico de la literatura latinoamericana y lo bien que me lo paso con estas novelas de pasiones enfrentadas y exigencia literaria

Esta reseña pertenece al Reto Tour Latinoamericano
Nos vamos a Venezuela.

Las reseñas que más me cuestan escribir son:

a. Libros que me han gustado mucho. El entusiasmo que siento me impide razonar y solo escribiría "tenéis que leerlo" quinientas veces.
b. Clásicos. ¿Qué tengo que añadir de nuevo a lo que otros han dicho de un clásico? ¿Qué aporta mi visión de Guerra y Paz?

Así que cuando quiero hacer un comentario sobre un clásico que me ha gustado mucho el trabajo es triple.

¿De qué estamos hablando?


Esta es la edición del Círculo de Lectores que tengo. La encontré en un mercadillo hace tropecientos años. Si os interesa podéis encontrar una buena edición en la editorial Siruela.

Y llega el drama. ¿Cómo hablo de un clásico?

Para empezar diré que estamos ante una buena novela. Corrijo, una muy buena novela con la misma fuerza, potencia y furia que cuando se publicó en 1929. Aunque a primera vista parece que se ajusta al molde de la literatura criollista y regionalista de la época, su fuerza literaria hace trascender cualquier molde y se erige en algo único convirtiéndose en resumen, modelo y, a la vez, como subversión. Al igual que su gran tema es el clásico de civilización y barbarie, la fuerza de la novela trasciende esta etiqueta. Y a la vez es uno de los ejemplos más hermosos de literatura gauchesca junto con Don segundo sombra; las descripciones y relatos de la doma de caballos o el transporte de reses, las paradas y cantos de los conductores.

Por medio de un lenguaje colorido, rico, amplio; una estructura narrativa no lineal y muy inteligente con una gran habilidad en los cambios de punto de vista; unos personajes poderosos llenos de claroscuros y matices y, sobre todo, por Doña Bárbara, personaje poderosísimo que al igual que otras figuras literarias (Don Quijote, Hamlet, Emma Bobary o Ms Dalloway) trasciende el propio libro.

La gran María Félix en el papel que le valió su sobrenombre de "La Doña"
Doña Bárbara, Fernando de Fuentes, 1943

Doña Bárbara, personaje cruel, despiadado, hermoso, libre, vengativo a la que no le importa recurrir al asesinato. Sobreviviente de una brutal y horrible violación, su vida se construye en torno al odio y al poder sobre los hombres, el mundo y las cosas. Si el mundo es cruel, ella será más cruel. Símbolo de una naturaleza hermosa, pero devastadora (en contraposición al Dr. Luzarno, representante de la civilización, el orden y la ley y, por tanto, más aburrido) que ya no tiene cabida en un mundo en proceso de civilización.

Es en este personaje y en la fuerza de su lenguaje que Doña Bárbara continúa siendo una novela actual y fascinante y cuya influencia se extiende en la literatura (muy fácil de rastrear en la literatura latinoamericana posterior) como al cine (por ejemplo, la obra maestra de William Wyler Horizontes de grandeza trata exactamente los mismos temas) hasta las telenovelas (Doña Bárbara es, entre muchas cosas, una novela sobre pasiones y amores contrariados).

Edith González como Doña Bárbara en la telenovela del mismo nombre que adapta la novela de Rómulo Gallegos a los patrones del género televisivo en 191 capítulos.

Doña Bárbara es una novela compleja, poderosa, infinita y fascinante. Solo por sus descripciones de la tierra venezolana vale la pena su lectura. Y porque tenemos que leer más clásicos para conocer de donde venimos y como algunos temas son eternos.

(Tengo una sensación horrible al acabar este comentario; la misma sensación que tengo siempre que hablo de un clásico... me he quedado en la superficie y solo hablo de clichés, pero no sé hacerlo mejor. La próxima vez hablo de Claudia del Moral que con su obra siempre me crezco).

4 comentarios:

  1. Yo me vi la telenovela xDDD y bueno, si es bien dramático todo.
    Este sin duda me encantaría leerlo.

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  2. Este me lo apunto para leer a largo plazo (se agradece que alguien salga de las novedades y comente un libro, al menos para mí, desconocido). Te comprendo muy bien con la reseña, me pasa lo mismo cada vez que reseño un libro que me ha encantado o un clásico, ¡cuesta tanto estar a la altura...!

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    1. Hay que leer más clásicos y hablar de ellos.
      Esta novela era una de mis pendientes en literatura latinoamericana (y todavía me quedan muchos) y la he disfrutado muchísimo. Por su propia calidad y, sobre todo, rastreando hasta donde llega su influencia.
      Reseñas clásicos es una pesadilla. ¿Qué puedo añadir yo a Guerra y paz o Middelmarch?

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