Dioses menores, Terry Pratchett, ed. DeBolsillo, 2009 (ed. original inglés, 1992).
Alrededor del Dios se va formando un Caparazón de Plegarias y Ceremonias y Edificios y Sacerdotes y Autoridad, hasta que finalmente el Dios Muere. Y esto puede pasar desapercibido.
Un Dios poderoso que para su horror descubre que solo tiene un creyente. Una Quisición a la que todo el mundo teme y un jefe de la Quisición al que se teme más aún. Un tipo sencillo (por no decir tonto) que será el nuevo profeta. Filósofos, paseos por el desierto, tentaciones, tortugas que vuelan, conspiraciones, mecánica, tecnología, pingüinos, luchas teológicas y un montón de extraños elementos facilmente reconocibles.
Con estos elementos y muchos más Terry Pratchett construye Dioses menores, una de las mejores novelas que integran la larguísima e imprescindible saga del Mundodisco. La narración de las aventuras de Brutha, el dios Om, el jefe de la Quisición Vorbis, del filósofo Didactylos sirve a Pratchett para afilar su pluma humorística y paródica y crear una magnifica comedia en torno a la religión. Los dioses, el aparato eclesiástico, los sacerdotes y los creyentes son el objetivo de la satira e ironia del autor. Del mismo modo que los son los filósofos y los tecnócratas. Con habilidad, imaginación, humor de todos los colores Pratchett nos hace reflexionar sobre la religión, sobre la manipulación que ejerce ésta sobre el pueblo, sobre lo que el pueblo agradece esta manipulación, el egoismo de unos dioses que necesitan creyentes y sobre todas esas palabras que los profetas pronuncian en nombre de dios sin que éste lo sepa.
La novela se lee fácil y está muy bien estructurada (mejor que otras novelas del Disco) con las aventuras en paralelo de los diferentes personajes y su unión en una apoteósica escena final. Nada escapa a la afilada mirada de Pratchett y la novela se revela como un cúmulo paródico de primer nivel. La tradición cristiana, musulmana, judia, hindu, budista y etc. tienen su correlato en este relato. Parodias del pastor que pierde la oveja, de Copérnico, de los repetidos Eurekas de los filósofos, de la máquina de vapor, etc. Pero todo esto no se queda en el mero chiste o en la gracia paródica del momento, sino que sirve para construir un discurso reflexivo sobre las creencias y las manipulaciones de éstas. Como en otras novelas (y pienso muy especialmente en Brujerias y su sátira de la historia, o en la maravillosa ¡Guardias! ¡Guardias! y su reflexión sobre el poder) lo que acaba resultando es una comedia con un poso final triste y escéptico. Lo que percibo en mi lectura es un gran escepticismo y una visión pesimista del ser humano. Una mirada propia del buen humorista y sátiro que sabe que el mundo es como es y que el ser humano ya se encargará de estropearlo.
Una gran novela novela, una comedia extraordinariamente divertida, una parodia brillante de religión y filosofia y una sátira incisiva de la naturaleza humana. Como siempre, leer a Terry Pratchett es un gustazo.
Ah, y sin embargo, la Tortuga se mueve.
La vida en este mundo - dijo - es como una estancia en una caverna. ¿Qué podemos llegar a saber en realidad? Porque todo lo que vemos de la verdadera naturaleza de la existencia es, podríamos decir, meras sombras fascinantes y enigmáticas proyectadas sobre la pared interior de la caverna por la luz cegadora y nunca vista de la verdad absoluta, de la cual podemos deducir algún atisbo de veracidad o no deducirlo, y en tanto que trogloditas buscadores de la sabiduria, lo único que podemos hacer es alzar nuestras voces hacia aquello que no es visto y decir, humildemente, "Adelante, haz el Conejo Deformado... es mi favorito".
Este año me he propuesto probar por fin a este escritor. Magnífica reseña, lo tendré en cuenta si me animo a por esta novela.
ResponderEliminarMira que es genial este escritor. No me canso nunca de leer sus libros.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por la reseña.
Como Pratchett no hay nadie, no he leído un autor tan único en mi vida, y le adoro.
ResponderEliminarBesos
Cris, pues adelante. Te recomendaría ésta novela o "¡Guardias! ¡Guardias!" para empezar. Para reir y reflexionar.
ResponderEliminarSobrasada e Izzy, estamos de acuerdo. Con sus variaciones y sus novelas mejores y peores, Terry Pratchett es uno de los grandes.