Días eternos, Rebecca Maizel, ed. Mundo Puck, 2011
Pillo el resumen argumental de la página web de Puck, porque hace semanas que lei la novela y, la verdad, no me fío mucho de mi memoria.
Lenah Beaudonte ha sido una vampira durante cinco siglos. Quinientos años de seducción, muerte en vida y sangre. Pero sus poderes oscuros la han enfermado. Ya no soporta más ser la vampira más temida del mundo. Lo que ella anhela es sentir el roce del sol en su piel, palpar el suelo desnudo con sus pies, compartir el aliento de un beso humano. Lenah quiere volver a ser mortal. ¿Pero podrá hacerlo después de cinco siglos de oscuridad?
Después de un largo y doloroso ritual, Lenah se despierta como una adolescente de dieciséis años en un mundo que no conoce y deberá aprender a vivir con todo lo que había perdido: el sentido del gusto, el tacto, el deseo y amor con un humano. Pero librarse del alma de un vampiro no es tan fácil, y sus antiguos congéneres, atrapados en un universo de decadencia y destrucción quiere a su reina de regreso.
Con Días eternos se ha perdido en mi opinión la gran oportunidad de dar con la novela que diera un vuelco y renovara las premisas de ese subgénero tan amado/odiado como es el vampírico. Empecé a leerla sin muchas expectativas (se lo podéis preguntar a A.), pero a las pocas páginas empecé a pensar que quizá me encontraba delante de ese bisonte blanco que todo lector desea encontrar algún día, una novela desconocida en una editorial pequeña que reinventa un género. Los ingredientes los tenía:
1. Una gran protagonista femenina. Vampira de quinientos años. Hija de puta como ella sola. Con remordimientos. Sin poder sentir, pero anhelando una caricia. Fuerte, independiente, activa.
2. La corte de vampiros. Hablamos de vampiros clásicos: cabrones egoístas adictos a la sangre y a la matanza. Desprecian la vida humana y el mejor humano es el humano desangrándose poco a poco en una copa. Aquí no hay espacio para chupasangres adolescentes que suspiran por una belleza eternas. Matan porque matan y les gusta matar. Vicken, Rodhe y los vampiros restantes son los mejores personajes secundarios. Una forma de ver lo vampírico que si bien no es una vuelta de tuerca al mito, por lo menos es una visión más fresca. Monstruos sin sensibilidad que matan por sentir algo.
3. Una forma de contar muy interesante. Saltos temporales que desvelan el pasado en unos excelentes flasbacks (¿se escribe así?) que hacen que la novela y la protagonista gane en profundidad. Un estilo cuidado, una narración fluida, una forma ajustada a la historia que cuenta.
4. Es sangrienta y violenta. Los vampiros son hijos de puta que no tienen consideración por la vida humana. Matan.
5. Y entretenida. Mucho. Se lee en un momento y deja en el lector una sensación muy satisfactoria y con la sensación de haber leído algo importante si no fuera porque...
... la autora, de forma inexplicable cae de lleno en algunos de los tópicos más irritantes de la actual novela paranormal romántica y construye una trama que choca de forma directa con todo lo apuntado anteriormente. ¿El qué? Una vampira de quinientos años dentro de una historia ambientada en un instituto. No. Y menos de esta manera.
Intentaré explicarme.
Tienes un buen personaje protagonista. Tienes buenos secundarios. Unas relaciones personales complejas y estimulantes. Toda una mitología detrás apoyando un gran principio de novela, pero con variaciones bien hechas para que resulte fresca. Tienes el estilo y la ambición y solo tienes que construir el argumento que llevara a todos estos personajes a contribuir a una buena historia y ¿qué haces? La misma historia que han hecho millones de novelas antes con los mismos elementos y los mismos resultados:
- Ambientación en un instituto donde solo se mencionan dos clases.
- Triángulo entre el chico guapo más popular del mundo mundial (y uno de los protagonistas masculinos más irritantes de los últimos veinte años en su colección de machadas, chulerías y morritos que solo vienen ganas de estamparle un par de buenas hostias y su posterior conversión en el tipo sensible...) y el mejor amigo que la ama en secreto (y que es lo de siempre).
- Virginidad y todo lo que implica.
- La novia (luego ex) del chico guapo más popular del mundo mundial que es rubia, está buena, pero no tanto como se cree, y es una zorra de cuidado.
- Y un puñado de personajes secundarios de encefalograma plano y cuya personalidad rivaliza con la de una piedra (la piedra gana, por cierto) cuya única función narrativa es hacer bulto y ruido y hacer ver a la protagonista las bondades de ser popular y tener un séquito de pelotas y mala gente.
Me da la impresión de que la autora quería ir por otro camino, quizá una historia más adulta (que es la que los personajes vampíricos se merecen), pero no sé si presiones, si un mal amigo o la voluntad de cortar algo del pastel de la moda juvenil fastidian una historia prometedora. Porque es desequilibrado. Hablamos de dos protagonistas. Lenah cuando está con los vampiros es fascinante, Lenah como la nueva reina del baile es ridícula. No hay una compensación entre ambas y a momentos cuesta de creer que la misma que pone perraca cuando el guapito hace una machada es la misma persona de la que explican que llegó a beber de niños. Algo no me cuadra. Es como si toda esta ambientación estudiantil estuviera forzada y metida con calzador.
Y con todo esto no quiero decir que Días eternos sea una mala novela. No, es entretenida, está bien escrita y tiene cuatro o cinco momentos muy buenos (ejemplo, la huida de la casa en su tercio final, los recuerdos, la construcción de los dos vampiros protagonistas, viveza en los diálogos, etc.), pero mi lectura es de una novela fallida por no atreverse con romper con los tópicos más tontos del subgénero. Una pleitesía a lo más irritante. Y me sigo preguntando porqué y sigo con algo de rabia dentro. Sobre todo porque tenía todos los elementos a favor para ser algo memorable.
Otras opiniones del mismo libro:
Equinoccio
Después de lo que has comentado, no creo que lo lea. Qué pena que tiendo buenas premisas, el libro haya caído bajo los mismos simples tópicos de siempre. Quizá su idea original era que el libro fuera destinado a un público mas adulto, pero por decisiones de la editorial que la contrató le hicieron bajar a la autora la edad a la que iba dirigida y perdiendo de esta forma calidad e innovación literaria. Pero es algo que tampoco entiendo muy bien, ¿acaso los jóvenes no se merecen leer libros buenos y diferentes a lo de siempre? En fin...
ResponderEliminarYael, es la misma teoría que barajo yo. Una historia orientada a otro público, pero con un cambio a última hora. Supongo que deben basarse en estudios... si esta novela con estos elementos ha sido un éxito, esta otra novela con los mismos elementos también será un éxito... no sé... Es una novela interesante, pero fallida... una lástima porque el personaje principal es muy interesante.
ResponderEliminarpues veo que podia ser bueno... pero no lo logro x-x una verdadera pena XD
ResponderEliminarGuapo, mañana sale la reseña de Hush Hush... en el blog de Nina (creo que sera misericordiosa, pero tampoco la ha matado de gusto)
ResponderEliminarLiz, no es mal libro, pero sabe mal por lo que podría haber sido... reseñas por estos mundos la dejan bien... es que me llevé un chasco con unos primeros capítulos muy prometedores y caer en lo de siempre... ains... Y estaré atento a la reseña de Nina...
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