Claudia del Moral ha vuelto y con más ganas que nunca.
A lo largo de este año son muchos los interesados que me han remitido cartas, privados, palomas, corzos, vaqueros, saltamontes, mensajes telepáticos, columnas de humo, conejos en una olla y otras formas de comunicación preguntando qué ha pasado con Claudia del Moral. ¿Se ha retirado? ¿Ha dejado de escribir y se dedica a la vida contemplativa o a resolver crímenes en trasatlánticos de lujo acompañada de su fiel y cachas Diógenes? ¿Ha muerto y ahora su cadáver momificado es adorado por una oscura secta de fan girls? ¿Por qué ha pasado de publicar seis novelas al mes de las más ardientes temáticas a este insoportable silencio que está conduciendo a sus innumerables fans a la locura y al canibalismo? ¿Qué ha pasado, por amor de un dios?
Muchas cosas han pasado. De algunas de ellas tengo prohibido hablar ya que sus ramificaciones políticas, sociales y sensuales aun están marcando el devenir de este mundo. De las demás, ahora me dispongo a hablar.
Como todos sabéis, Claudia suele pasar la mayor parte de la año en su sencilla villa en Capri.
Villa Claudia o Casa Pasión.
El lugar donde Claudia del Moral ha perpetrado sus mejores creaciones.
Diógenes, apoyo siempre fiel de Claudia.
Hasta que un día, después de una rutinaria sesión de sexo de seis horas, Diógenes prendió una llama. Quizá había llegado a la hora de compartir. De enseñar a otros escritores todo lo que ella llevaba dentro, todos sus conocimientos de técnica y creación para conseguir las más húmedas y tórridas novelas de amor y pasión. En un primer momento rechazó la idea, pero al paso de los días fue dándole vueltas y sí, de acuerdo, quizá fuera una forma de volver al mundo, reconectar con la literatura y sus seguidores y devolver el cariño que a lo largo de los años le habían dado. Una escuela, un lugar donde jóvenes escritores tuvieran cobijo, apoyo y comida para crear sus obras. Séis meses de convivencia en su pequeña villa capriana bajo la férrea tutela de una profesora tan exigente como Claudia. Cuatro escritores jóvenes seleccionados de todo el mundo que contarían con la ayuda de una figura como Claudia para alumbrar sus primeras novelas. Dicho y hecho. Anuncio, selección y la primera generación de pequeños clauditos con sus respectivas novelas. Seis meses de duro trabajo (que iremos relatando, pero sobre todo en el blog dedicado a Claudia) que cristalizan en novelas como esta:
Pasión supervividora, Agnes Tibaldi, próxima publicación.
La ambición de la joven escritora Agnes Tibaldi es la de convertirse en la reina indiscutible del género romantic survivor, novelas distópicas de supervivencia en entornos hostiles donde el amor tiene una segunda oportunidad. Su primera novela es la prueba indiscutible de que es una voz narrativa que dará mucho de que hablar.
Un mundo futuro dominado con mano y pie férreo por La Corporación Malvada, un gobierno distópico y tirano que tomó el poder tras el desastre conocido como La Gran Deflagración que dejó el mundo hecho unos zorros. Para conmemorar el día de su toma de poder, y para controlar la población de adolescentes rebeldes que exigen derechos y wifi en el metro, todos los años se organizan los Juegos Salvajes donde un par de centenas de jóvenes y jóvenas son abandonados en entornos hostiles sin nada más que ajustados trajes de cuero y un mondadientes. Entre estos adolescentes se encuentra Sylvia, la más rebelde de las rebeldes, con un precioso pelo natural, ojos almendrados, control inaudito de su peso y un fuerte carácter que quizá no le servirá de nada cuando conozca en esa selva plagada de animales mutados al misterioso, callado y guapísimo Trevor. Ella quería cerrar su corazón, pero los ojos de Trevor parecían tener el poder para hacérselo abrir. El corazón y otras cosas que una señorita siempre mantiene cerradas.
Sylvia se contempló en el arroyo que discurría dentro de su cabaña y admiró su reflejo. Aunque habían pasado seis horas, aun sentía los labios palpitantes por el beso que le había robado Trevor. Su generoso pecho se agitaba al recordar el momento en que Trevor se abalanzó hacia ella y ella, a pesar de querer resistirse, se había dejado comer la boca por el chico al que había jurado odiar. ¿Cómo se había atrevido? ¿Y por qué sentía que le había gustado?
Un alboroto en el Claro interrumpió sus profundos pensamientos. Salió de su cabaña y vio como un grupo de chicos a los que no conocía por nombre, pero que pertenecían al grupo que había bautizado como Carnaza, llevaba en brazos a Trevor.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó presintiendo lo peor.
- Un Osoespín nos ha atacado cuando nos disponíamos a recoger moras. Trevor nos ha salvado al enfrentarse al Osoespín con su mondadientes. Lo ha matado, pero...
- ¿Pero?
- El Osoespín le ha clavado su aguijón en el vientre. Queríamos atenderlo allí mismo, pero antes de desmayarse nos ha dicho que solo tú podías curarle.
- Está bien - dijo -. Nunca he curado a nadie, pero no debe de ser tan difícil sacar del vientre un aguijón.
Lo llevaron a su tienda mientras ella se preguntaba si quería salvarlo. Quizá si lo hacía él volviera a besarle. Lo quería y lo odiaba por igual.
Los chicos de Carnaza lo dejaron encima de una mesa.
- Quitadle la camisa - dijo Sylvia.
Lo que vio la dejó sin aliento.
Un pecho liso, fuerte y duro. Una deseable tableta de chocolate la invitaba a acariciar y lamer cada recodo. Un ligero vello parcelaba el marmóleo pecho de Trevor y se perdía más allá de su ensangrentado vientre hacia partes que Sylvia solo imaginaba por las noches con la mano inquieta. Se quedó sin respiración, con el corazón palpitando, sintiendo como sus pezones se endurecían y bailaban dentro de su sostén de cuero, como una oscura humedad le invadía su entrepierna provocando que a cada uno de sus pasos le acompañara un ligero sonido que parecía sinónimo del deseo que le despertaba aquel hombre que se hallaba ante sí. Pasó unos minutos contemplando aquel cuerpo perfecto hasta que la chirriante voz de uno de Carnaza la sacó de su ensueño; una voz donde se adivinaba el deseo que ella le despertaba.
- Deberías hacer algo... se está desangrando. Y el olor que desprende esta atrayendo a las Arañas Lobo.
¿Qué le estaba pasando? ¿Dónde había quedado su decisión de no volverse a sentir atraída por ningún hombre? Solo tenía ganas de llorar, pero no podía. Tenía que salvar una vida. Otra vez.
Impresionante, ¿verdad?
Pues esta es solo una pequeña muestra del talento que ha nacido en la nueva Escuela Claudia del Moral para jóvenes y apasionados escritores. En los próximos días tanto aquí como en el blog dedicado a la vida ejemplar y obra de Claudia, Todo Claudia del Moral, encontraréis más información, más adelantos, más talento y mucha más sorpresas.
"partes que Sylvia solo imaginaba por las noches con la mano inquieta" XD
ResponderEliminarOjalá fuese joven y tuviera talento, podría asistir a las clases de Claudia y presentarme al neopremio ese, dos veces con la misma novela si hace falta o tres, hasta que cuele.
Se me ha pasado el arroz, solo puedo soñar con Diógenes cerrándome la puerta en mis bellas narices aguileñas
ME ENCANTA LA IDEA, OH, SÍ, POR FAVOR, MÁS CLAUDIA Y SUS CLAUDITOS!!!!!!
Nunca se sabe, Mara, nunca se sabe. A lo mejor un día aparece en tu puerta un enorme moreno muy cachas y te hace entrega de una invitación para asistir a un curso de verano, una ponencia o sencillamente darle un vistazo de lejos a Claudia. No desesperes, nunca se sabe.
EliminarClaudia ha regresado para quedarse y sus clauditos darán mucho de que hablar.
Ah... ese fragmento me ha dejado sin palabras. En serio. No sé si entiendo de qué va esta entrada. Tampoco sé quién es Claudia del Moral. Creo que me voy a ir a esconder en algún rincón, al menos hasta que decida si siento más asco que vergüenza o más vergüenza que asco o.o
ResponderEliminarEl asco y la vergüenza suelen ser dos reacciones normales cuando alguien se enfrenta pro primera vez a la sacrosanta figura de Claudia del Moral o, como en este caso, a su talento de forma indirecta. Una vez dejes de temblar y te atrevas a pinchar en la etiqueta que lleva su nombre o visitar las novedades improbables, te verás arrastrada a un mundo del que no hay escapatoria.
EliminarClaudia del Moral es la más importante y la más mejor escritora de novela romántica de la historia del universo conocido. Ha tocado todos los géneros y los subgéneros e inventado unos pocos (el romantic forense es todo cosa suya) y absolutamente todos los autores se lo deben todo. Desde Nora Roberts a George R.R. Martin. Todos. Es la musa de este blog y yo soy el trasmisor de su obra y sus palabras (no soy digno, no soy digno).
Y si esa reacción la has tenido con una novela de sus alumnas, imagina cómo será cuando leas algo suyo de verdad. Las convulsiones serán épicas.
Hmmm, si a mi amada claudia le falta ideas, yo la ayudo si eso. Habia pensado en una chica rubia natural y ojos violetas naturales que descubre un don que la hace viajar en el tiempo prejurasico. Alli se hara amiga de los grandes reptiles a base de cantarles dulces canciones como las princesas disney. Pero, de pronto encotrara a un grupo de hominidos donde encontrara al amor de su vida: cruch. El es querido por las monas de su grupo por su escasez de pelo, su increible miembro y su tableta de chocolate llena de geniales y varoniles cicatrices de t-rex. Pero el solo tiene ojos para nuestra prota y ambos acabaran en un enredadera de pasion y cuerpos depilados en plena epoca prejurasica. Pero que todo cambiara cuando se acerque el fin de los dinosauras y nuestra sensual y hermosa prota tenga que elegir entre sus carnivoros y sangrientes dinosaurios o su sensual y poco inteligente cruch.
ResponderEliminarCrees que le puede gustar a nuestra diosa literaria?
Hummm... interesante idea. ¿En qué género lo incluirías? ¿Romantic selvatic? ¿Prehistoric romance? ¿Podría ser un antecedente claro de las historias de highlanders viajeros del tiempo? Percibo un enorme potencial... que no te sorprenda que un día un flamenco te lleve una invitación para la escuela. Dentro de ti palpita el espíritu de una claudita.
EliminarEso es literatura de humor, ¿no?
ResponderEliminarBueno, igual el término literatura le queda un poco grande xD
Todavía estoy conociendo tu blog, pero me gusta mucho :)
¡Un saludo!
Este es el primer ejemplo de los muchos que vendrán de la labor de la gran Claudia del Moral como profesora. El término literatura le queda muy pequeño... es algo más... inefable.
EliminarGracias por quedarte por aquí. Un saludo.
Ya era hora Claudia. Seguro tienes a Jorge de esclavo en el mundo jurásico, y el aburrido sigue leyendo las novelas de Qué leo, qué reseño hasta que le liberes.
ResponderEliminarEs tu mono de cargas y te publica esta entrada. Bien.
Solo soy un juguete en las manos del destino y un esclavo de la voluntad de Claudia, oh hagase su voluntad.
EliminarNo tienes ni idea del privilegio que supone haber sido elegido uno de los ayudantes más próximos a Claudia. Mi vida tiene nuevos sentidos.
Jorge, no he parado de llorar de felicidad desde que me entere del regreso de Claudia, mis días eran un tormento constante sin saber nada de ella, sin poder leer sus palabras que me transportaban a escenarios inverosímiles y a situaciones inauditas. Quede tan sorprendida de la noticia que apenas hoy he podido reaccionar y escribir (^_^).
ResponderEliminarY ha vuelto con muchas ganas y fuerza.
EliminarTantas que seguramente te provocarán convulsiones, mareos y ataques histéricos de pura adoración. A partir de muy pronto podrás preguntarle directamente lo que más te inquiete y quizá ella te responda.
Sí, lo sé. Te dejo unos minutos para que te repongas.
Ay madre mia XD las cosas que leo en tu blog, me da hasta vergüenza ajena leer ese fragmento.
ResponderEliminarme quedo con esto: Nunca he curado a nadie, pero no debe de ser tan difícil sacar del vientre un aguijón.
me voy a ir ahora mismo a cotillear el blog todo claudia del moral.
Y la de cosas que leerás... Ese fragmento no es el mejor que puedes encontrar en el blog. Hay fragmentos más picantes, más sexis, más apasionados... vigila porque tu concepción de la literatura puede cambiar si conoces a Claudia.
EliminarSe nota que Claudia llevaba tiempo sin aparecer, mira las mentes inocentes que ni sabían de su existencia! Qué alegría volver a saber de nuestra autora fetiche! Una pena que esté sin ideas, pero sus pupilxs vienen pegando fuerte. Menudo avance más interesante!!! *O*
ResponderEliminarPobre Claudia, en su enorme villa y con sus rutinas de sexo de seis horas con Diógenes...qué vida tan vacía, se me saltan las lágrimas de imaginarla xD Pero el fragmento de su nueva alumna demuestra que el verdadero arte no está muerto, pronto surgirán nuevas Clauditas y Clauditos ue llenarán el mundo de esperanza... y descripciones detalladas de las reacciones hormonales en medio del peligro de muerte en la selva. Oh, sí.
ResponderEliminarMe ha encantado descubrir este blog. Me quedo a seguirlo y volveré a curiosear pronto :D
Saludos.
La virgen jajajajaja Por lo que leo Claudia es una diosa de la escritura, una perla nacarada escondida en lo más profundo de la arena. Y hablando de "perlas", ¿no será pariente de la mítica Perla Shumajer? Por lo menos deberían casarse juntas en matrimonio xD. Me hace llorar de la risa los fragmentos que llevo leídos en este blog y el otro, y corriendo que me voy a leer el de "Todo Claudia".
ResponderEliminarPD. Yo ya tengo una diosa de la escritura, pero nadie me dice que no pueda hacer un hueco para otra ;)
Saludos.
escondida en lo más profundo de la arena. Y hablando de "perlas", ¿no será pariente de la mítica Perla Shumajer? Por lo menos deberían casarse juntas en matrimonio xD. Me hace llorar de la risa los fragmentos que llevo leídos en este blog y el otro, y corriendo que me voy a leer https://conpeht.net/que-fue-la-peste-negra/
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