La magia muerde, Ilona Andrews, ed. Versatil, 2010.
Primera entrega de la serie Kate Daniels, una mercernaria metida en un lío que le viene grande el día que se entera de que su guardián ha aparecido asesinado. Y no de una forma agradable. Desea justicia y un poco de venganza y empieza a investigar un caso que a muchos ponen nerviosos, que es mucho más grande de lo que piensa y que destapará más de un secreto. Tanto de su vida como de la ciudad de Atlanta y sus habitantes.
Detrás del nombre de Ilona Andrews se esconde un matrimonio de escritores que han construido un mundo original y diferente al que me he ido encontrando en otros libros de fantasía urbana (que no es mucho, vamos, que es un género que no he tocado en exhaustividad de momento y, quizá, lo que me parece original para los aficionados es más de lo mismo, pero qué le haremos).
Para empezar está la misma estructura de la magia. Por ondas. Un regreso de la magia pura a un mundo puramente tecnológico. Se alternan, se desplazan y se anulan. Este regreso de la antigua magia provoca el regreso de criaturas con poderes, monstruos y cambiaformas. Nos encontramos con vampiros (no con esos que miran, son guapos y románticos) que no son más que asesinos sin cerebros dominados por un grupo que se hacen llamar por el festivo nombre de Los Señores de los Muertos, y nos encontramos con La Manada, el grupo de cambiaformas (incluye lobos, leones, linces, panteras, etc.) con el que se disputan la ciudad y se intercambian acusaciones de responsabilidad en los asesinatos que se van sucediendo. Y está Kate Daniels metida en medio de todo.
La magia muerde es una muy entretenida novela de aventuras y fantasía. Llena de acción, de movimiento, de sangre y de muertos. Con más enfásis en la acción y la intriga, que en el romance y en el triángulo (lo que personalmente agradezco) y que un aficionado despistado a la fantasía de toda la vida puede leer y disfrutar con agrado.
Me gusta que tanto la novela como la protagonista sean duras, violentas y poco románticas. Las relaciones amorosas que se establecen se mueven más por lucha de poder y demostraciones de a ver quién tiene los huevos o los ovarios más grandes que por suspiros de contrarios que se atraen. Kate Daniels no es una de esas protagonistas que caen rendidas e indefensas en los brazos del primer cachas que se presente, sino que es borde, dura y fría. Y, claro, eso hace que sea mucho más interesante como personaje. Además, recibe hostias por todos lados, sangra como pocas heroinas y conserva el sentido del humor, lo que se agradece.
El argumento está bien llevado y es interesante aunque en algún momento me pareció excesivamente embrollado. Una investigación de novela negra clásica con sus pistas, sus sospechosos y su retahila de muertos que exige un punto de atención al lector. Un despiste, pierdes un nombre y una información muy valiosa. Y la violencia, claro. Mucha y muy variada que proporciona un gran entretenimiento al respetable público.
Un buen primer capítulo para lo que promete ser una buena serie que seguiré de forma atenta. Una novela que me entretuvo los dos días que me duró su lectura, me emocionó en partes, me divirtió en casi toda y me hizo creíble a su protagonista. Por ciero que me encanta esta foto. Creo que la modelo clava a la protagonista.
Ah, y agradecer a la editorial Versatil que no respetara esa horrible portada original. Nunca juzgo un libro por la portada, pero en este caso hubiese hecho una excepción.
Pues de momento no me llama demasiado la atención, lo encuentro todo demasiado rebuscado, no? Gracias por la reseña!
ResponderEliminarMuaaa
Bueno, es más sencillo de lo que puedo decir. Creo que es un buen libro de aventuras. Eso sí, es violento y sangriento (lo que me parece muy bien). Apúntala y no la descartes del todo. O investiga otras reseñas.
ResponderEliminar