Generación Dead, Daniel Waters, ed. Molino, 2010
Ésta es la reseña de una relectura. Aprovechando que estos días se ha publicado la segunda parte, decidí releerme esta
Generación Dead para refrescar la historia y los personajes de una novela que me había gustado mucho. Las relecturas siempre son peligrosas por lo que puede ser decepcionantes. Una historia revisitada a la que le aparecen las fisuras, los fallos, el aburrimiento. Asistir como por medio de una segunda lectura aquella historia que tanto había gustado y emocionado se desmonta. Hay libros que no soportan una segunda vez ya sea por ellos mismos, ya sea porque como lectores somos otras personas.
Afortunadamente,
Generación Dead cumplió todas las espectativas en la relectura y las amplió con nuevos matices. Definitivamente, ésta junto con la trilogia de
Los Juegos del Hambre y
Oscuridad es la mejor novela juvenil leída este año.
Algo ocurre con los adolescentes americanos. Se están levantando de sus tumbas. Vuelven a la vida como muertos. Más lentos, más fríos, menos comunicativos. Quieren volver con sus familias y amigos, pero algunos se encuentran con el rechazo. Nadie puede explicarse qué pasa y los medios de comunicación se lanzan a explicaciones cada vez más demenciales. Se les llama zombis, muertos vivientes, sacos de gusanos, hijos de Romero, pero no se pudren, no comen carne. Solo intentan llevar una vida "normal". El problema es que no todos los "sacos de sangre" están de acuerdo con su reincorporación a la sociedad.
Phoebe Kendall es una chica gótica que entra en contacto con Tommy, uno de los chicos resucitados que parece más despierto y rápido que sus congéneres. Se siente muy atraida por él y parece que esos nuevos y confusos sentimientos son correspondidos. Además, Tommy es una especide de líder de esta nueva
comunidad de adolescentes, escribe un
blog para concienciar y hablar de su situación y cuida de los muchachos abandonados. Phoebe y Tommy, además, participan en el proyecto piloto de una asociación donde también nos encontramos con Adam y Margi (amigos de Phoebe), Colette (una chica muerta que fue amiga de Phoebe y Margi) y otros chicos vivos y muertos. Y Karen, claro. Y todos sienten que el odio y la incomprensión crece a su alrededor.
Lo sé, como resumen es una mierda, pero es difícil resumir el argumento de una novela tan compleja y llena de matices como ésta. Sí, he útilizado el adjetivo "compleja" y pienso justificar mi respuesta. Lo primero que diré es que esta novela no es lo que parece. Cuando vino el representante a la librería y entre las novedades nos presentó
Generación Dead la despachó con un "lo mismo que
Crepúsculo, pero con zombis" (naturalmente, no había leído la novela). En mi otro blog me permití una maldad sobre ese argumento que me vendieron de "zombis enamorados" (leer
aquí y así de paso promociono el blog de
Matices) y imaginaba una historia con un héroe romántico que pierde una oreja de un beso apasionado, una heroina quejándose de que ya no la quieren porque se le están cayendo las tetas y de malos buscando a los secundarios para irse de merendola. Llegó la novela y me la lei. Y, de momento, dos conclusiones:
1)
Generación dead no tiene nada que ver con la saga de
Crepúsculo más allá de un elemento fantástico y una historia de amor (elementos que también podemos encontrar en
La Odisea,
Crónicas de la Dragonlance,
Ensayo sobre la ceguera o
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo). Si la novela no ha tenido el éxito que la editorial se esperaba era por lo equivocado de ésta, enfoncarla como si una nueva saga de vampiros gusiluz se tratase. Y no. Realmente creo que algunas editoriales piensan que los lectores de juvenil somos idiotas y, en verdad, se piensan que poniendo una cita de la Meyer o una referencia a los dos panolis, el libro se venderá sólo. ¿Qué tipo de frase publicitaria es "zombis de instituto para los fans de Crepúsculo". ¿Y para los no fans? Pero es que encima una novela y otra no tienen nada que ver. Son dos universos a parte en realidades a parte en dimensiones a parte.
2) Pese a lo que digan las reseñas, pese a lo que digan los personajes, pese a lo que digo yo mismo en la etiqueta, en esta novela no salen zombis. Salen muertos que andan. Permitid esta diferencia de léxico porque es importante. En el imaginario relacionamos zombis con seres lentos, irracionales y con ansias infinitas de ingesta masiva de carne humana. Todos tenemos en mente los aterradores zombis romerianos (o en su defecto, sus primos bastardos, esos infectados corredores de sprints). En esta novela no encontramos nada de eso. La naturaleza de los que vuelven es otra (aunque algunos personajes de la novela cometen esos mismos errores derivados de la cultura pop y tratan a los que regresan como si fueran extras de películas de Romero con dramáticos resultados) Tampoco deberíamos relacionarlos con los revividos vudú de clásicos como
La legión de los hombres sin alma o
Yo anduve con un zombi porque no estamos ante muertos dominados por un demiurgo o maestro de muertos.
Los que vuelven están muertos y punto. Y luchan por poder reintegrarse a una sociedad que en gran parte los rechaza. Al estar muertos no tienen derechos como ciudadanos, su familiares no están obligados a hacerse cargo de ellos, ni las instituciones, etc. Éste retrato de un nuevo segmento de la sociedad que lucha por sus derechos es el tema central de esta novela. Una metáfora del racismo, de la homofobia o de cualquier prejuicio que la sociedad en masa tiene. Un nuevo acercamiento al viejo, pero muy actual tema de que el mayor peligro y elmejor ejemplo del fracaso de una sociedad es el miedo a lo desconocido y a lo diferente. La ignorancia, el miedo, los rumores, la falta de información, los prejuicios sociales y religiosos son los que hacen tan difícil la reincorporación de esos adolescentes más machacados, perdidos y confusos de lo que estaban en vida.
Pero los personajes, cada uno a su manera, lucha por esos mínimos derechos. Tommy aboga por una inclusión en el mundo de los vivos, de los sacos de sangre, de relacionarse y vencer los prejuicios desde dentro (entrar en el equipo de fútbol americano, escribir un blog, salir con una chica viva...). En el otro lado está el inquietante personaje de Tak, el muerto con la eterna sonrisa que parece optar por la autoexclusión, la creación de una nueva sociedad y, por lo que puede insinuarse, cierta tendencia a una lucha violenta. Y también desde el lado de los vivos se propone una forma de integración y que da paso a una de las mejores escenas de la novela, aquella en la que en el centro de investigación se propone la venta de
merchandaising (camisetas, colonias, frases ingeniosas, etc.) sobre los muertos asimilándolos a la palabra zombi. Es en esta estupenda y muy divertida escena donde la novela se rebela como lo que para mí es en su fondo, una sátira sobre la sociedad estadounidense que la emparenta de lejos con series como
Week,
Mujeres desesperadas o
A dos metros bajo tierra. La estética de las portadas de la saga recuerda mucho a los títulos de crédito de las segunda serie mencionada en su distorsión de elementos conocidos (esa animadora muerta/viva con botas). La integración social por el consumismo.

Uno de los grandes aciertos de esta novela son sus personajes. Todos y cada uno de ellos tiene un sentido y un propósito (esto es muy novedoso en la literatura juvenil que suele abusar de personajes que están de relleno, que sólo sirven para dar una réplica o que no tienen otra función que la de ser bulto) y ninguno de ellos es perfecto. Quizá el menos trabajado sería el de Pete, al que le toca el sanbenito de ser el villano de la función y el de precipitar el dramático final. Aunque se explica muy bien el origen de su odio por los muertos, no acaba de estar bien trabado su descenso a la locura y no deja de ser un estereotipo de "malo" muy visto (por ejemplo en mucha novelas del maestro Stephen King). Y Margi podría ser el tipico personaje de relleno que sirve de contraste con la protagonista para enaltecer a esta última (ya sabéis, la típica amiga bocazas de la protagonista) si no fuera porque arrastra su particular trauma, enfrentarse a la amiga muerta y vuelta como es Colette. Con esto quiero decir que los secundarios están bien trabajados, bien escritos y sirven para dar mahor cohesión a la novela.
Y los protagonistas. Phoebe es una chica gótica encantada por la ironia de pertenecer a una subcultura de muerte en un mundo donde los muertos caminan. Es inteligente, guapa, simpática y buena amiga. Se sabe un bicho raro, pero no se obsesiona por ello. Y se siente atraida por Tommy, el líder intelectual de los muertos. Entre ellos se establece una relación que a primera vista parece la típica de toda novela con elemento fantástico, si no fuera por ciertas frases del blog de Tommy, ciertas miradas y cierta vacilación. Mientras que Phoebe es un personaje bastante plano (bien hecho, pero no depara sorpresas) Tommy es más complejo de lo que en una primera lectura puede parecer. Sus actos no siempre están claros y puede ser que se deban más por un objetivo final que no menciona, que por sinceridad con el presente. Ambos son buenos personajes, pero no tienen nada que hacer con los que considero que son los verdaderos protagonistas de esta novela, Adam y Karen.
Adam sería el típico tercero en discordia (ya sabéis, ese personajes que está para que la protagonista dude un momento y que suele acabar comentiendo alguna villanía para que la chica ya no lo mire como un posible) si no fuera por lo bien escrito que está. Es jugador de fútbol americano, uno de los chicos más populares del instituto, de espaldas infinitas, alto, fuerte y es el mejor amigo de Phoebe. Naturalmente, está enamorado de ella. Se nos explica su evolución de máquina de matar, de reacciones impulsivas y violentas a alguien centrado y tranquilo. Su evolución en lucha contra sus propios prejuicios y miedos, como los vence y es alguien honesto y consecuente hasta el final.
Y Karen, la adorable chica muerta. El sueño de cualquier chico (vivo o no vivo). Guapa y sabiéndolo. Vistiéndose para ser vista y deseada. Simpática. Graciosa. Con esa alegría que esconde mucha tristeza. La muerta más viva. La que lleva comida al instituto cuando todo el mundo sabe que los muertos no pueden comer. La que parece suspirar cuando todo el mundo sabe que los muertos no pueden respirar. La que deja correr una lágrima cuando todo el mundo sabe que los muertos no pueden llorar. Karen es un personaje muy escrito, muy creado y con eso tan difícil de conseguir que es el carisma. Y eso aun más difícil de conseguir que es que yo me enamore de ese personaje. Supongo que es por todo lo que no dice, por todo lo que deja insinuar (esa frase de Tommy de que ella es la que lo tiene todo más difícil) y ese baile con Adam y ese gracias.
Y todo esto, y muchas cosas más que dejo al descubrimiento del lector, es lo que hace que la lectura de
Generación Dead sea tan estimulante y emocionante. Porque, a parte de todo, la lectura emociona. Y uno llega al final con el corazón encongido y desolado. Porque esta novela es una de las historias más pesimistas y deprimentes del panorama juvenil. Pese a las buenas intenciones de los protagonistas, pese a luchar y buscar la reconciliación, pese a que la solución a todo es tan sencilla como el amor, no se puede luchar contra la ignorancia, los prejuicios y la locura.
Veremos a qué nos conduce esa continuación. Si existe alguna esperanza o si vivos y muertos estamos todos condenados.