Donde hablo de "La temporada de accidentes" de Moïra Fowley-Doyle y de lo mucho que me ha gustado y como después de leer quise pedir en matrimonio a su autora

De vez en cuando ocurren flechazos inesperados.
Con La temporada de los accidentes de Moïra Fowley-Doyle ha ocurrido.

Publica GranTravesía.

Hacía tiempo que un novela de corte juvenil no me golpeaba y me entusiasmaba hasta el punto de comentarla en voz alta con A.

Esto solo pasa cuando la novela me está gustando mucho o cuando la estoy odiando de forma dolorosa e intensa (En este segundo caso A. sufre mucho con mi indignación, mis puños alzados al cielo, mis bufidos y mis tentaciones de lanzar el libro a la pared y salir a la calle con un machete buscando malos autores con los que desahogarme con la tranquilidad de que no pillaré a ninguno porque eso de correr o hacer cualquier esfuerzo físico no va conmigo).


Lo mejor de todo es que la lectura de La temporada de accidentes ha sido algo fortuito. Sencillamente un día por X motivos cayó un ejemplar en mis manos y decidí leer sin expectativas.

¿De qué va esto?
A finales de octubre, la familia de Cara es propensa a los accidentes. Golpes, magulladuras, quemaduras, etc. Algo que empezó como anécdota que alcanza categoría de obsesión. Y será durante estos días que la vida de Cara cambiará; sentimientos que no deberías estar ahí, premoniciones o la búsqueda de una compañera de colegio que aparece en todas sus fotos...

La temporada de accidentes es una novela que busca y consigue desmarcarse de la literatura juvenil al uso. Busca ser diferente y lo que en principio parece la consabida historia de una familia con secretos, gracias a una forma donde las fronteras entre realidad y fantasía son porosas y de un lenguaje que busca la poesía y la metáfora como bases, se convierte en algo nuevo. Hay una poderosa tensión en la novela entre lo real y lo fantástico y ambos universos acaban confusos.

Esto es para mí lo más interesante de la novela; como su lectura bascula en una eterna ambigüedad y ruptura de con convenciones narrativas y apuesta por lo onírico y difuso. Para mí, pese a que en algunas reseñas se quejaban de que fuera confuso y casi ininteligible, es lo que da valor a la novela. No es lineal, no es fácil y exige que el lector ponga de su parte. Algo propio de la tradición literaria irlandesa, por otra parte. Recordemos que en ese país se encuentran libros como Ulises de Joyce o esa inabarcable obra maestra que es El tercer policía de Flann O'Brien.

Esto es de lo mejor que cualquiera puede leer.
También de lo más extraño. Y divertido. Y diferente.
Y delirante. Y obsesivo. E infinito.

Creo que esta novela no podría ser de otra parte que de Irlanda. Un humor bronco, relatos de fantasmas, el peso del silencio y la culpa en la familia, lo difusas de las líneas que separa lo real de lo fantástico... El paisaje y la historia.

La temporada de accidentes es una novela poderosa, bien trabada en imagen y estructura. Una excelente primer libro que augura una autora a la que seguir muy de cerca. Como consigue que una novela realista se lea como algo fantástico, con páginas cercanas al terror.

La lectura de esta novela ha sido tan feliz que cuando la acabé solo quería buscar a Moïra Fowley-Doyle, postrarme ante ella diciendo aquello de que no soy digno de estar allí y pedirle matrimonio sabiendo que me dirá que no y adorar en silencio. Esto me ha ocurrido con muy poco autores. Pensándolo ahora diría que solo con Richelle Mead, Maggie Stiefvater y Terry Pratchett.