Sobre superhéroes adolescentes y la fina línea que separa al héroe del villano... vamos, que hablamos de "Renegados" de Marisa Meyer

Me gusta Marissa Meyer.
Soy muy fan de sus Crónicas Lunares (¿la veremos acabada en algún momento o seguiremos viviendo el desprecio de Montena a la seria uniéndose a los casos de Vampire Academy o El círculo entre otros?). Sin corazón me gustó algo menos, pero se debe más a que las relecturas del universo de Alicia en el País de las Maravillas me producen pereza eterna que a la propia novela.
Las filias y fobias hacen mucho en la lectura... y a veces es una injusticia para la misma historia.

Así que la lectura de Renegados iba a ser un fijo.
Al poco de publicada, leída. La reseña u opinión tardaría más.
La temporada de texto es cruel y dañina y, siendo sincero, tras estar despachando cuadernitos de inglés, no me apetecía llegar a casa y ponerme delante del ordenador; solo quería cenar, un capítulo de Star Trek y a dormir.

Pero vamos al lío, ¿qué tal Renegados?
Pues muy bien. Larga, pero bien.

Publica Hidra con traducción de Guiomar Manso de Zuñiga

¿De qué va?
Nova, villana, se infiltra en el grupo de superhéroes Renegados como espía. Una vez allí las cosas se complicarán, claro, si no no hay novela.

Héroes y villanos. La lucha eterna. Lo interesante de la novela, y como lo ejemplifica la protagonista, es como va difuminando la línea que separa a unos de otros. Depende de si eres vencedor o vencido que te llamen de una forma o de otra, del tipo de persona que seas, de... Nova asiste al desmoronamiento de sus convicciones y de lo que creía tan claro al descubrir verdades que le habían ocultado, conocer a personas, etc. 

La novela intenta, y consigue, romper la dicotomía entre buenos y malos para hacer un mundo más complejo donde las buenas intenciones de los héroes no significan que el resultado sea bueno o entendamos, y apoyemos, los motivos de algunos villanos. Y la clásica pregunta, ¿libertad sin orden u orden sin libertad?


La novela no oculta sus fuentes, cómics (y películas) de La patrulla X (soy un viejales, no consigo hablar de X-Men) y tebeos de supergrupos en general y las novelas de Bradon Sanderson de la saga Reckoners pasada por la estructura clásica de la novela juvenil de aventuras (incluye romance, pero por suerte no carga las tintas en él... la novela va de otra cosa, no de miradas que se encuentran y suspiros aleteando).

Es entretenida, atractiva, bien estructurada, con personajes sencillos, pero agradables y bien tratados (en especial los secundarios) y con el estilo y talento de Marissa Meyer para la creación de universos; la ambientación es una de los temas más conseguidos de la novela. 

¿Algún pero? Sí, es demasiado larga. La novela tarda mucho en empezar de verdad y como lector he tenido la impresión de que en sus primeras ciento cincuenta páginas hay más relleno que información útil, pero una vez que la novela arranca de verdad (Nova infiltrada en los Renegados), la historia gana en interés y con un ritmo tranquilo va acelerando hasta un buen final de primera parte y dejándome con ganas de esa continuación que ya está anunciada.

Renegados es una buena lectura en consonancia con lo leído de la autora; universo interesante y correctos personajes con los que embarcarse. Bien, sí, Marissa Meyer no defrauda.

Otras opiniones

Poniéndonos al día

Bueno, una vez que la temporada de texto oficialmente se ha acabado con las primeras devoluciones de libros y cuadernos (un máximo de un 10% de lo comprado) puedo volver a ponerme con el blog. A ver, la temporada de texto no es tan dura como diez años atrás; cuando la librería se convertía en un pandemonium de padres enfurruñados y adolescentes despistados y las colas que se forman en Sant Jordi se repetían durante tres meses, pero con mal humor y si ilusión por el lote de libros de tercero, pero sigue siendo la peor época del año por desagradecida.

No es tan dura ya porque el libro de texto se muere. Ya sea porque en primaria reaprovechan más, ya sea por la reutilización o por la aparición de empresas de alquiler de material de texto, cada vez se vende menos y las librerías que participamos de ello lo notamos. Ojo, no es crítica al aprovechamiento ni a buscar otros recursos pedagógicos, es un hecho. Una parte importante de la facturación se va y muchas librerías que durante años se habían casi especializado en esto (por ejemplo, conozco librerías que durante casi cuatro meses dejaban de recibir novedades porque se dedicaban casi en exclusiva a vender libros de colegio) lo están notando mucho y pasándolo peor.

Nosotros lo hemos notado mucho, pero creo que nos hemos ido adaptando. Seguimos cuidando las novedades y mimando la literatura de género (sea fantástico, romántica o juvenil) y abriendo la librería a juegos de mesa, por ejemplo. ¿Presentaciones de libros? También, pero menos. Es un formato que desde hace años percibo que se está agotando y que despierta poco interés a menos que sea el libro de un personaje muy mediático o de un tema político, sea como sea, por motivos extraliterarios. Nos pasa demasiado a menudo organizar una presentación literaria o un encuentro con un autor / editor / traductor, publicitarlo hasta la náusea, comentarlo a clientes, moverlo por bibliotecas, etc. y que el día aparezca algún familiar y dos interesados y un despistado.  Hace poco días, por ejemplo, tuve que decir que no a una presentación que nos ofrecían que me hubiera encantado hacer, pero que conociendo la ciudad donde vivo y trabajo, no hubiera funcionado.

Pero no era de todo esto de lo que quería hablar.
Total, que la temporada de texto ha acabado y puedo dedicarle minutos al blog.
Y al reto. Con el que he tomado una pausa porque en mi inconsciencia decidí leerme seguidas casi todas las novelas que me daban pereza y eso ha ido licuando mi pobre y debilitado cerebro. Además he leído otras cosas de las que me apetece hablar, jugado a cosas interesantes, vistas películas chulas... y vuelvo a ser miembro del jurado con la consiguiente desesperanza en el futuro de la literatura juvenil que conlleva.

Sea como sea y como dice una y otra vez Niña Dragón, aquí estoy.