Reconozco mi ignorancia sobre la literatura de Ecuador.
Le pondré remedio, lo prometo.
Buscando algo que leer, por casualidad cayó en mis manos Nefando de Mónica Ojeda que publica la editorial Candaya.
La leí en un par de días en un viaje doloroso que me llevó a apartar la mirada más de una vez y enfrentarme a asuntos que no quería tratar.
¿De qué va?
Todo gira en torno a seis excompañeros de piso y una juego online ilegal que se encuentra en la internet profunda.
Dura, incómoda, perturbadora, inquietante.
El dolor propio y el dolor ajeno por medio de una narración que se hunde en miserías y momentos de una enfermiza poética. Abusos, violencia física y mental, pederastia, incesto... temas incómodos, molestos y tabúes que la autora mira de frente y que como lector hay que hacer un esfuerzo para no dejarlo de lado.
Una habilidad envidiable en el uso del idioma y la adecuación del tono a cada voz narradora y protagonista.
Tan interesante como incómoda.
Aunque me resulta muy difícil recomendarla.
Aunque no dejo de hacerlo, claro.
Porque este tipo de literatura molesta, que incomoda al lector y lo saca de esos cauces cómodos del libro de siempre son necesarios y más cuando las mesas de novedades parecen en líneas generales tan adormecidas (o será que no sé dónde mirar).
La habilidad narradora y literaria de Mónica Ojeda me deja con ganas de más. Su uso de diferentes registro, voces, acentos y modismos. Su tensión narrativa a nivel de técnica y argumento. Afilada y precisa utilización de la palabra justa para provocar la emoción o reacción que busca. La paradoja de la belleza del estilo y el lenguaje y la repugnancia que provoca lo que cuenta.Una tensión que se hace insoportable por momentos, pero que, en mi opinión, no busca ni el tremendismo ni la provocación gratuita. Hay un discurso. Hay ideas.
Próximamente Candaya publicará su nueva novela, Mandíbula, donde disfrazado de thriller psicológico realiza una reflexión sobre las relaciones pasionales entre madre / hija, alumna / maestra, etc. Y según mis fuentes (aquí) jugando con el género de terror.
La prosa de Mónica Ojeda remueve. Algo de adictivo debe tener estos descensos a la parte oscura del ser humano para acabar perturbado (y algo asqueado) una novela, pero estar pensando que debes leer algo más de esta autora, Jorge. Empieza a buscar.
Otras opiniones
Mala fama
La conjura de los libros
Y un par de entrevistas a la autora
El diario de Murcia
Ocultalit
Blog actualizado, ¡hurra! Me ha gustado mucho tu reseña. En cuanto al libro, ya te dije que lo tengo en perspectiva (no es "mi estilo", pero a veces viene bien leer algo distinto, y me interesa descubrir nuevas voces), aunque, por lo que comentas, me da la sensación de que me gustaría más su nueva novela. Si la lees, ya nos contarás. ¡Abrazos!
ResponderEliminarLa leeré, la leeré. Seguro. No me pierdo otro viaje que me remueva tanto por dentro.
ResponderEliminarCada vez busco más libros fuera de los cauces en los que me siento cómodo. En esos terrenos me está costando encontrar algo que me conmueva / sorprenda / interese y tengo que ir buscando propuestas diferentes y, en ocasiones, más radicales.
Y estoy encontrando esa radicalidad temática y estilistica en buena parte de las autoras latinoamericanas que estoy leyendo. Más valientes, arriesgadas y radicales. A veces no sale bien, pero siempre es interesante.