Así que si entre tus planes está leer en algún momento Agentes de Dreamland, pero prefieres no saber nada de ella y entrar con el sentido de la sorpresa intacto, mejor que dejes de leer
AHORA
No me lo tomaré como algo persona, amable lector.
Nos vemos en la próxima entrada.
Bueno, ahora que solo estamos los íntimos, los que les da igual saber cosas de las novelas y los que ya han leído Agentes de Dreamland, empezamos.
Agentes de Dreamland, ed. Runas, traducción de
Una secta que está esperando el advenimiento de algo.
Una sonda planetaria que se pierde en el espacio.
Algo se acerca.
Agentes de Dreamland es una breve e intensa novela de ciencia ficción y horror cósmico que pone en contexto contemporáneo la mitología y el universo lovecraftiano. Y lo hace con personalidad, sin renunciar al estilo propio de Kiernan (seco, eliptico, contenido), con respeto a la tradición, pero sin convertir la novela en un pastiche lovecraftiano de tópicos y lugares comunes a pesar de encontrarse libros malditos, desierto y criaturas imposibles de describir.
Una novela de narración fría y distante repleta de silencio y lugares vacíos que el lector debe rellenar... si se atreve. Y con una narración desordenada; un puzzle donde el salto temporal y de narrador obliga al lector a recomponer la historia y rellenar todo aquello que no se explica. Y, claro, la imaginación puede ir más allá... y ya sabemos qué nos aguarda más allá.
El estilo de Kiernan es rico, poderoso en imágenes y, a la vez, seco, duro. Consigue a fuerza de personalidad convertir una historia con los elementos lovecraftianos de siempre en algo nuevo, fuerte y original.
E Inmaculata merecería una novela para ella sola.
El horror cósmico, tentacular, viscoso, innombrable y eónico me es muy afín. No consideraré a Lovecraft como uno de mis escritores favoritos, pero su universo y monstruos es uno de los que más me han influenciado para todo lo bueno y lo malo. Me divierte mucho leer las aproximaciones que se han hecho tanto serias como paródicas o el más puro refrito y pastiche. Es como el western o la comedia de instituto, me lo suelo tragar todo y voy a ello vendido.
Y sí, soy de esos que cuando leen El horror de Dunwich, Dagon o cualquier cuento de fuerzas innombrables que amenazan nuestra cordura y nuestro mundo, quieren que ganen los monstruos. Que Chtullhu nos devore a todos y que la indiferencia de aquellos que están más allá de cualquier descripción nos haga desaparecer.
Otras opiniones sobre el libro
Donde termina el infinito
El Kraken
El caballero del árbol sonriente
Entrevista a la autora
El ojo de Uk a propósito de la publicación de La chica ahogada, ed. Valdemar.
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