Hush, hush, Becca Fitzpatrick, ed. B, 2010
Hush, hush, Becca Fitzpatrick, ed. Lluna Roja-La Galera, 2010
Esta novela refuerza mi sentimiento de
rara avis o que quizá con treinta y años hay cosas que me pierdo. Desde antes de llegar a la librería, ya me había encontrado con anuncios y reseñas de este novela por los blogs de literatura juvenil que frecuento. En todos se cantaban las bondades de la historia, lo buena y emocionante que es, lo carismático de su protagonista masculino y un montón de cosas más. Bueno, en todos no. En el blog
El cementerio de los libros olvidados lei una reseña que me divertió y que debió servirme de señal. ¿Le hice caso? No. Si lo hubiera hecho ahora tendría unas cuantas neuronas más, más tiempo que perder en algo más interesante y no estaría haciendo esto.
- O sea, que no te ha gustado.
No, no me ha gustado. Y hace unos años, antes de madurar y todo eso, hubiese despechado esta reseña diciendo simplemente algo así como: "Este libro es una inmensa y apestosa mierda. Y ya está". Pero desde hace unos años recuerdo siempre esa frase que nos decían en el instituto, justifica tu respuesta. Y a eso vamos. A justificar. Aviso: voy a destripar el argumento de arriba a abajo. Con mala leche y alevosia. Así que si alguien quiere leer la novela, que se retire ahora.
Empecemos por el argumento. ¿De qué va
Hush, hush?
Nora es una chica que se considera normal aunque en verdad es un fracaso andante y bastante idiota, la pobre. Sólo tiene una amiga que se llama Vee y que es más idiota que ella y que en la novela cumple la típica función de "amiga-putón de boquilla, pero decente que deseas que alguien le pegue un tiro para que cierre la boca". No se le conocen más relaciones, ni amistades ni nada pese a que ella suele fantasear con que algún chico a veces la mira. Su padre murió hace un tiempo y vive con su madre aunque ésta pasa mucho tiempo fuera de casa por cuestión de trabajo y cuando vuelve a casa siempre está fuera con los amigos o en alguna boda (vamos, la madre es el típico personaje desdibujado que solo sirve para aparecer de vez en cuando e impedir un beso entre los protagonistas). Un día en la clase de biología (empiezo a pensar que en la novela juvenil estadounidense sólo existe la clase de biologia) la obligan a hacer un trabajo con un alumno nuevo llamado Patch. Éste Patch es el hombre, el héroe, el macho de la historia y que reúne las siguientes características:
- Misterioso.
- Poco hablador.
- Mirada profunda y negra.
- De pasado misterioso (otra vez la palabra) y turbio.
- Viste de negro.
- Y es un chico malo. Muy malo.
- Y tiene esa típica actitud de chulo/perdonavidas del que cree tener una enorme p***a entre las piernas.

Chicos malos, chicos malos.
Ella, naturalmente, en cuanto posa sus ojos en él siente "una óscura humedad" recorriéndole el cuerpo. Vamos, que se moja toda. Él con solo mirarla ya lo sabe todo de ella, que colabora en la revista digital del instituto, que le gusta la música barroca, que toca el chelo, que en verdad no quiere ir a estudiar a la universidad (todo esto no vuelve a aparecer en la novela. Nora no escucha ni una sola vez música, ni vuelve a hacer referencia a un instrumento y sólo de vez en cuando dice que tiene un trabajo para la revista que nunca llega a concluir porque siempre tiene otra cosa que hacer). A partir de ese momento empieza un tira y afloja de trescientas y pico páginas en el que él se comporta como un chulo perdonavidas que la trata mal y ella como una idiota sin personalidad que justifica que la mangonee porque confía en que la quiera como ella no admite quererle a él. De vez en cuando intentan matar a Nora, pero ella siempre se libra porque deja su chaqueta a otros personajes. Sí, se la deja a su amiga Vee y el asesino es tan inútil que confunde a una rubia más bien rellenita con una castaña flacuha. Se le da a una indigente y el asesino es tan idiota que confunde a la vieja pobre con la adolescente idiota y le mete dos tiros.
Aparecen otros personajes como:
- Leonard: en principio parece el buen chico que tratará bien a la protagonista y que le van dando plantón de forma sistemática para convertirse hacia la mitad del libro en sospechoso de asesinato y luego borracho y sospechoso de todo lo malo.
- Jules: amigo del de arriba que entra y sale de la novea sin pintar nada hasta la escena final donde se descubre que el malo de todos los malos y suelta un largo discurso explicándo todos sus planes, toda su historia y lo que ha comido esa mañana en vez de cargarse a Nora y a otra cosa mariposa.
- La psicóloga del insituto (no recuerdo como se llama y paso de buscarlo) que ni hace su trabajo ni hace nada más que decirle a Nora que se aleje de Patch. Tiene una escena rollo Glenn Close en
Atracción fatal que es la monda lironda.
- Otros: vamos, personajes que ni pintan ni cortan ni hacen nada de nada.
Al final resulta que Patch es un ángel caído (pero de los que quieren ser buenos) porque se enamoró de una pava y luego ésta se muere y... (oh, Dios mío... y él viste de negro y es callado y seguro que tiene cara de merluzo... todo esto me recuerda peligrosamente a... sí... aquella película donde sólo salían rizos de Meg Ryan, tonos dorados del atardecer, la cara de palo de Nicolas Cage y un más que agradecido camión)... y él se ralla y entonces de vuelve malo y quiere ser humano, pero, claro, el amor redime y, vamos, lo de siempre.

- Pero, Jorge, sigo sin saber por qué no te ha gustado. Si te tragas y disfrutas arumentos más tontos que este.
Tienes razón. Me centraré. Empezaré por los protagonistas. Nora es la típica víctima de todo macho abusador que se precie. No denuncia cuando la agreden, justifica que el tipo la mangonee y obecede sus ordenes y ruegos. Es la típica heroina romántica juvenil hija de Bella Swann que por amor chupa y traga con toda la mierda que le tire en cara el chico porque en ella se establece la ecuación que amar es aceptar que el chico te haga sufrir.
Y Patch... bueno... en principio había leído que se trataba de un chico malo, peligroso e impredicible. Un héroe romántico malvado. El típico chico malo que vuelve loquitas a las muchachas. Pero malo. Malo de verdad. Más malo que la tiña. ¿Y qué me encuentro? Con el típico chuloputas. Descarado, borde, creído y que hace cosas supermalas como montar en moto sin casco o ir a jugar a los billares con tipos desgreñados y sucios. A ver... es un chulo, no malo. No confundamos términos. Malo hubiera sido si obliga a Nora a prostituirse para pagar sus deudas de juego, si la obliga a pegarle un tiro a su madre en las rodillas porque lo ha mirado mal. Aquí parece que lo peor que puede hacerle a Nora es obligarla a robar chicles en una tienda, por favor.
La novela está mal escrita, mal estructurada y mal pensada. Tiene una historia ridícula formulada de manera ridícula. Con escenas que me arrancaron unas buenas carcajadas. Porque creo (y atención que esta es mi tesis) que esta novela es una de las mejores parodias involuntarias que he leído en mi vida. Al final, tal acumulación de despropositos solo me los pude tomar a guasa. A. es testigo de mis bufidos y risas. Porque, ¿se puede escribir en serio una cosa como ésta?:
Pongo en situación. Nora, después de sentirse acosada por Patch, de verse obligada a hacer cosas que no quiere, de pensar que la quiere matar, de sentir miedo y pánico por la sola presencia del macho, lo invita a cenar a solas en su casa. Van a preparar tacos (curiosa la obsesión por la cocina mexicana de la autora). Ella cocina y él la enseña a prepara unos buenos tacos.
"- Estupendo. - Dio un paso para atrás y me examinó, atento a cualquier imperfección (se refiere al tomate que ha elegido ella)
. Por un instante me pareció ver una sonrisa secreta de aprobación (vale, el tomate es bueno, has elegido bien)
-. No se puede enseñar a cocinar - dijo -. Con eso se nace. Lo tienes o no lo tienes. Es como la química. ¿Crees que estás hecha para la química?"
El momento taco. Mi favorito: "No se puede enseñar a cocinar".
Lo siento estudiantes, a joderse. Os están timando en la escuela.
Otros momento memorables: el despliege de feromonas y seducción mientras Patch enseña (otra vez) a Nora a jugar a billar. Un momento de gran originalidad, de evidentes recursos narrativos, nunca visto y menos explicado. A la altura de momentos literarios tan nuevos como "cabellos como oro" o "negro como la boca de un lobo".
Hay un momento de la novela en que Nora quiere investigar sobre la vida de Patch. Ni corta ni perezosa decide ir al restaurante mexicano (¿veís?) donde trabaja él limpiando mesas para hablar con sus compañeros de trabajo. Para hacerlo se le ocurre entre ella y la imbécil de su amiga Vee el siguiente plan: en vez de acercarse y, sencillamente, preguntar quedan con un par de chicos. Entonces Nora se va al lavabo, se pone una peluca y de disfraza de putón verbenero bien corta y bien escotada y se va a seducir al camarero de turno y sacarle toda la información que pueda.
Y, ¿cómo descubre Nora que Patch es un ángel? Pues muy fácil, con un par de pistas absurdos (se incluye ver un par de dibujos) y una visita al google y poner en el buscador: angel + alas + cicatrices. Y ya está. En el primer enlace lo explica todo.
Y el final... ¿es tan malo Patch? Pues no. Al final no es malo. Lo que pasa es que hizo alguna cosa mala que no se menciona para no ensuciar la imagen idealizada que se tiene de él (si el confesase que se dedica a empujar a viejas por escaleras o a impedir que se cargen los vídeos en el ordenador), pero se arrepiente porque quiere ser humano, todo lo que ha hecho es porque quiere ser humano. Y la quiere y bla bla bla. Y desaparecen las cicatrices y se quieren y pueden estar juntos y pégame un tiro, A.
La verdad, no entiendo por qué gusta esta novela. No lo entiendo. Y no entiendo la obsesión de los blogs con Patch y la idea del chico malo que hace sufrir y que por amor justifico que me haga sufrir. ¿Por qué? ¿Qué necesidad hay? Y si al menos fuera un chico malo de verdad... Es una novela larga de narices, trescientras páginas para el elemento fantástico, treinta páginas de resolución llena de tópicos y un montón de diálogos ridículos, machadas, miedo y atracción y frases llenas de palabras como miedo, terror, peligro, amor, sufrir y vocabulario que relacionan amar con dolor. Personajes tópicos y otros que no llegan a categoría de personajes sino de simples sombras que corretean por allí. No sé... ¿seré demasiado mayor? ¿O nos encontramos delante de otra de esas novelas muy bien publicitadas de las que no puedes decir que son malas? ¿Dónde está la gracia de esta historia o dónde la calidad? Si alguien me lo explica con argumentos medianamente convincentes, le haré un regalo.
A no ser, claro, que se haya hecho la misma lectura que yo. Una comedia. Una parodia de la novela juvenil de ambiente fantástico y gótico. Una brutal desenmascaración de todos los tópicos manidos que se usan y abusan. Pero no lo creo... Ah, y se anuncia ya una segunda parte. ¿Me la leeré? Pues no diré que no. Si me asegura la mitada de risas y carcajadas que ésta, me la apunto.
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